Unicaja

Casademont Zaragoza - Unicaja: En un lugar del poste bajo... (70-74)

  • El Unicaja sale vivo de la incomodísima pista del Zaragoza encontrando soluciones a las propuestas mañas y encadena su novena victoria consecutiva desde mediado marzo

  • Las fotos del partido

Kendrick Perry realiza un mate.

Kendrick Perry realiza un mate. / ACB Photo

Ejercicio de supervivencia del Unicaja en Zaragoza. La pista donde han perdido esta temporada Madrid, Barça y Valencia es una visita al dentista por las peculiares características del Casademont. De allí, en el festivo San Jorge aragonés y en un lugar que siempre arranca una sonrisa desde ese título de Copa en 2005, también salió vivo el Unicaja en un mes de abril tremendo en el que aún no ha perdido y en el que ha conseguido desbloquear varios retos. 70-74 en un partido de mono y no de frac. La gira por Galicia y Aragón, cinco noches durmiendo fuera de casa, se salda con dos triunfos y la pelea abierta por la cuarta plaza con el Tenerife en la ACB. No fue un partidazo en términos de juego y continuidad, pero sí certifica esa idea de que el Unicaja tiene mil recursos distintos para ganar partidos, puede vencer a tanteo alto y bajo, en partidos abierto y trabados. Con protagonismo de cualquiera de los 12 jugadores, con momentos de brillo para todos.  

El Casademont complicó un partido en el que cedió al Unicaja hueco para el triple y tendió a colapsar la pintura, utilizando defensas zonales. Los tres primeros ataques cajistas fueron tres triples de Perry, excelso. Meter sencillo tiene un reverso, que se tiende a veces a elaborar menos de lo que corresponde. Y fue una tendencia en el partido. El cuadro maño bloqueó bien la salida de los indirectos de Kalinoski, al que los árbitros sacaron del partido con un par de faltas dudosas. Hubo momentos de concierto de pito, sin parcialidad pero sí de incredulidad general, una tendencia que se ve en la ACB con demasiada frecuencia. El Unicaja tenía momentos de cierto descontrol que no suele. Volaba el Zaragoza con un momento de inspiración de Wright, con el respaldo de Sant-Roos y Mekowulu. Se marchaba por 34-22 mediado el segundo cuarto, con unos niveles anotadores muy bajos del Unicaja, con porcentajes de tiro inusuales. Pero es una de las virtudes de este equipo, no descomponerse en ningún momento, ni en las peores situaciones. Una seña de identidad que no es fácil construir en tan poco tiempo. Al descanso, otra vez Perry minimizaba daños (38-32).

El Unicaja se adaptó al juego maño en el tercer cuarto. Mejores lecturas de ataque y mejores defensas. Ibon Navarro rebuscó en el librillo y encontró situaciones de poste bajo, donde el Casademont no llegaba tanto. Incluso doblando alguna marca encontró el Unicaja ahí a Will Thomas, un recurso del que no se abusa pero que se guarda para situaciones especiales con intensidad. Y allí estaba el zurdo de Baltimore para percutir. Osetkowski y Barreiro también usaban ese arte. El juego entre pívots del americano es una mina a explotar más adelante. Había volteado el partido y había cogido las riendas el Unicaja (60-60).

Y en cuarto de escaso acierto y de imprecisiones, el Unicaja encontró agua al fin en el pozo de Kalinoski, con dos situaciones favorables que, ahora sí, salieron. Se hizo gigante en el rebote, atacando el de ataque con fiereza. Y con dos fabulosos tiros en caída de Will Thomas tras reverso. Parecía romper (60-67), pero el Zaragoza volvió (70-71). Ahí Osetkoswki falló un tiro libre y metió otro, pero en la siguiente jugada forzó la pérdida de Simanic con sus fabulosas manos en defensa. Desde el tiro libre, Carter ajustició. Nueve victorias seguidas... Y sumando.

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