El primer fichaje del Unicaja para la temporada 2019/20 fue Deon Thompson. Había consenso en el seno del club, era un jugador por el que apostar para vertebrar el juego interior, por su capacidad de jugar en dos posiciones y por su calidad. Se amarró de manera rápida su contratación, poco después de que acabara la temporada. Y, carambolas del destino, jugó sus primeros minutos como cajista en Málaga con la camiseta de Costa de Marfil, país del que ha adquirido la nacionalidad y que, si debuta en el Mundial de Japón, le permitirá jugar como cotonou.

No pudo ser más certero el estreno de Thompson en las tablas del Carpena. Dentro de la avalancha española, el nuevo cajista contuvo con 10 puntos sin fallo en el primer cuarto. Dos triples, uno el que abrió el partido, una canasta de media distancia en penetración y otro tiro corto. Parte importante del juego de su equipo pasa por él. Tiene capacidad para crear y las diagonales al aro son sitio habitual de recepción. En 17 minutos en pista, seguía con esos 10 puntos más tres rebotes al descanso del partido.

Evidentemente, no se puede medir a un jugador en un partido así y sacar conclusiones definitivas. Hará, a buen seguro, números con cierta facilidad con esta selección de Costa de Marfil, donde no hay nadie con su talento. Sin hacer mucho ruido, acabaría el partido con 14 puntos y siete rebotes.

Tras jugar este sábado ante Filipinas, Deon Thompson se quedará unos días en Málaga para cerrar la que será su vivienda la próxima temporada, pasar los exámenes médicos y ser presentado el próximo martes, antes de regresar a Italia, donde su selección tiene el campamento base de trabajo antes de ir a China. Su presentación para el que no lo conociera en Málaga resultó prometedora.