Unicaja-Boulogne

"Emoción" en el regreso de los aficionados al Carpena

  • Los espectadores explican sus sensaciones en el Unicaja-Boulogne, primer partido con público desde el 1 de marzo en el Carpena

La afición del Unicaja, antes de su primer partido

Una liturgia rara para un partido del Unicaja pero vivida con "emoción" por el reducido número de hinchas cajistas que acudieron al Carpena para el estreno en esta Eurocup 2020/21. Un reducido grupo de aficionados en las gradas, 225 por estricto protocolo (el resto hasta cumplir los 400 que limita a día de hoy la Junta de Andalucía para estos eventos los cumplen jugadores, árbitros, directivos, seguridad, servicios sanitarios...).

Desde una hora antes del partido, se fue citando a los espectadores en turnos de cinco minutos. Tenían que haber dado su conformidad al uso de sus datos en previsión de hipotéticos problemas de salud. A la llegada, desinfección de manos y zapatos y toma de temperatura. Y a intentar disfrutar de un espectáculo extraño pero especial, el primer partido con público en el Carpena desde que el 1 de marzo la instalación estuviera atestada ante el Real Madrid en un partido de liga regular.

"Estoy nerviosa, desde marzo que nos confinaron no podíamos venir, con mucha ilusión de que 200 y pico podamos apoyar al equipo. Es una nueva experiencia para nosotros, la verdad es que estoy emocionada. Queremos mucho al Unicaja, vengo con mis nietos y queremos mucho todos al club. Tenemos los tres el carné y cuando nos dijeron que podíamos venir, una ilusión y ganas de verlos...", explicaba con emoción una mujer con dos nietos que estaban preparados para vivir un encuentro especial.

"La situación es rara, como todo lo que vivimos. Con la mascarilla y el contacto, que normalmente estás cerca de la gente durante el partido, pero con mucha emoción y con la sensación de sentirte un privilegiado", explicaba un hombre que entraba con su hijo pequeño en el Carpena. Aunque hubiera núcleos familiares, había que dejar una superación entre las personas a la hora de sentarse, cosas del protocolo.

"Llevábamos mucho tiempo sin ver baloncesto en directo. Teníamos mono ver el equipo y a ver si se normaliza cuanto antes y puede venir más gente. Con ilusión, a ver si podemos hace una buena temporada", afirmaba una pareja que acudía también con muchas ganas de ver al equipo in situ. 

Aplausos en una función especial cuando el equipo salió a calentar y cuando sonó el himno de Pablo López por primera vez tras siete meses que se han hecho muy largos. Un hogar con algo más calor.

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