Mundial sub 17

España llega en carroza al Carpena (63-87)

  • La selección ofrece su mejor versión para derrotar a Canadá y se medirá a Australia en cuartos

  • Las fotos del partido

Hugo González realiza un mate.

Hugo González realiza un mate. / Francis Gonzalez / FEB

España empezó con dudas y salió como un avión desde Alhaurín de la Torre hacia al Carpena, donde llega liberada tras derrotar a Canadá (63-87) en un partido en el que pasó de lo peor a lo mejor. A falta de 6:42 para el final del primer cuarto parecía que las piernas le temblaban a España. 10-0 para Canadá, un tiempo muerto ya gastado y una tapa en el aro. A falta de 6:06 para el final del segundo cuarto, 10 minutos después, España ganaba 14-34. Una tormenta de baloncesto perfecta que sirvió para liberar a un grupo de chavales que disfrutó como hasta entonces no lo habían hecho en esta Copa del Mundo malagueña. Se mascaba la tensión, la derrota del primer día, la presión de jugar en casa... Algo lógico en un bloque talentosísimo pero sin callo competitivo común. Después tuvo una sima peligrosa (pasó de ganar por 27 a hacerlo por nueve en sólo cinco minutos) que ante un rival de más nivel costaría más caro. Pero forma parte del proceso de construcción.

En un momento difícil, llegó el vendaval. España soltó amarras y concentró en 10 minutos el baloncesto que se le presupone a este grupo. Todo partió desde la defensa. Hay varios jugadores top en la selección en ese lado de la canasta. Piernas de senior, envergadura, mucha actividad. Encaja pocos puntos y eso en un torneo eliminatorio es un buen escudo. De alguna manera, siendo optimistas, se le intuye a este equipo algo del método Scariolo con la gran España, algo de fatigas para crear el molde en la primera fase para activar después en modo demolición cuando llegan los cruces. Se verá este viernes con Australia en el Carpena en el partido que otorga buena parte de la nota en un torneo así, los cuartos de final.

Con un bonito ambiente en El Limón, la atmósfera ayudó a la mentalización. En esos 10 minutos que cambiaron el partido España voló. El parcial fue de 34-4. Canadá, un equipo con innegable talento pero que parece algo caótico y poco trabajado, palideció ante las manos y las piernas de los exteriores españoles. De Larrea-Marí-Hugo González, sobre todo los dos últimos, una pesadilla para los rivales. Cuando España hizo click fue una máquina de correr. Cada error canadiense era un mate o una canasta en superioridad española. Además, la hiperactividad de Folgueiras, la intimidación física de Izan Almansa, la de tamaño y movilidad anormal para su altura de Aday Mara. Zamora redujo la rotación efectiva a ocho jugadores, con Conrad Martínez y Langarita para el exterior más la de Mara (Folgueiras volvió a ser titular) para el interior). El benjamín del grupo (único de 2006), Hugo González, tuvo personalidad para encender la mecha. España encontró a Mara (en el duelo de gigantes con Rioux no hubo color) y la cerrada defensa canadiense no era tan un obstáculo porque la ejecución mejoró. Y, sobre todo, se corría.

Con 21-48 a minuto y medio del descanso, el partido parecía liquidado, pero un parcial de 7-0 de los canadienses para cerrar el primer tiempo (28-48) dejaba una rendija para que hubiera encuentro en la segunda mitad. Y lo hubo. Zamora pidió rápidamente otro tiempo muerto con 33-50 porque no le gustó a sus jugadores cómo salieron tras pasar el vestuario. En un parpadeo, España estaba sólo 39-50 arriba. Ahora el parcial era de 18-2 para los canadienses en cinco minutos. Bajó el nivel defensivo algo y el tanteo se resintió. A nueve se colocó (43-52) el cuadro norteamericano. Fue clave ahí la figura de Conrad Martínez. Dentro de tanto proyecto con condiciones físicas de alto nivel, el base del Joventut representa un prototipo más terrenal. Bajito, con menos cuerpo. Pero con mucha personalidad y el baloncesto en la cabeza. Se fue con una ovación cuando había colocado de nuevo al equipo con 16 arriba. Un par de penetraciones y un triple dieron calma y temple a los chavales españoles.

El partido se estabilizó ahí, entre los 10 y 15 puntos de renta (50-66 a favor al final del tercer cuarto). Ahora De Larrea sí gobernaba y mandaba los tiempos. Y ya la diferencia fue tranquilizadora para que Javi Zamora sacara a los jugadores que no habían intervenido con anterioridad, entre ellos el cajista Vicente. Antes, Folgueiras había sido eliminado con dos faltas risibles señaladas por la colegiada estadounidense. Y al ritmo del “Que viva España” de Manolo Escobar, tocado por Los Mihitas, la selección sub 17 llega al Carpena con aire a favor tras haber pasado el Rubicón. Ahora toca pelear por las medallas. Es un grupo con capacidad extrema para conseguirlo. Ahora toca exhibir el nivel. Primero, ante los siempre rocosos australianos.

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