Hora de decisiones

Hay satisfacción con el trabajo de Ibon Navarro al frente del equipo

La participación o no en Europa y el presupuesto definitivo queda por perfilarlo, pero en el Unicaja se tiene claro por dónde debe ir el proyecto para recuperar ese estatus perdido

Ibon Navarro, en el banquillo.
Ibon Navarro, en el banquillo. / Acb Photo

Hay algún parámetro que se escapa aún, como si finalmente se jugará competición europea, en función de los criterios de la FIBA para redistribuir las plazas por países y el puesto final cajista. También va ligado al presupuesto del club para la próxima temporada. La semana pasada se conoció que la Fundación aportará dos millones de euros para la temporada venidera y hay que esperar que el banco reduzca lo que ha cubierto en los dos últimos ejercicios, cuando no se aportó desde la Fundación por la congelación del reparto de dividendos del BCE para las entidades. En cualquier caso, será un presupuesto competitivo, es posible que algo inferior, pero suficiente para construir una vez se liberan sueldos importantes de jugadores que acaban contrato.

Quedan tres partidos en una semana para cerrar una temporada para olvidar, pero que pudo ser peor aún. A comienzos de marzo el miedo estaba en el cuerpo, el descenso acechaba rebasado el ecuador de la competición. El trabajo de Ibon Navarro se estima bastante en el club. Esa racha de cinco victorias en seis partidos sirvió para alejar todos los fantasmas. Eran momentos muy delicados, con un equipo sin confianza más sus carencias y el vitoriano tocó teclas para reanimarlo. Puede quedar un sabor raro con la racha final de temporada si no se mejora en esta última semana ante Burgos, Manresa y Breogán. Y ahí estará la decisión del club, que a día de hoy sería la continuidad de Navarro, al que se contempla como el hombre indicado para construir un proyecto que pueda valer para pelear con clubes que deportivamente le enseñan la matrícula al Unicaja, cada vez a más distancia.

Obviamente, habrá que tomar decisiones importantes en la plantilla, algunas se harán solas por el final de los vínculos. Lógicamente se aguardará al final de la temporada para transmitirlas. Son estos jugadores los que tienen que acabar la campaña de la manera más digna posible y en el puesto mejor que se pueda para no quedar fuera de la competición continental. La última temporada que no se estuvo en Europa fue en la temporada 1994/95, justamente la del subcampeonato histórico de Liga ante el Barça que fue la espoleta para la explosión del baloncesto en Málaga. Pero dentro del club se ha hecho un análisis exhaustivo de lo que ha ocurrido en la temporada y en las anteriores. Y se tiene claro por dónde debe ir el proyecto deportivo. Y no sólo en la plantilla, también en lo que rodea al equipo y en estructura.

Antes hay que hacer un esfuerzo para acabar lo más dignamente posible la temporada. El play off está imposible, la décima plaza es complicadísima, algo menos la undécima aunque no se depende de sí mismo. Objetivos muy menores, pero de eso se tratará en la próxima. De ir subiendo peldaños desde una posición que no se acompasa con la inversión y la tradición.

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