La victoria del Prometey sobre el Hapoel Jerusalem en el play in de la Basketball Champions League ha descolocado al Unicaja deportivamente, porque se preveía el triunfo israelí ya que era uno de los favoritos para el torneo, y también de manera logística. El triunfo ucraniano supone que en 10 días (juega el 8 de febrero) debería viajar hasta Zaporizhia, donde juega sus partidos el Prometey. Sucede que es una zona de máxima tensión ahora mismo, los ojos del mundo miran a la frontera entre Rusia y Ucrania por la posibilidad de que se desencadene un conflicto armado. Más allá de cuestiones geopolíticas y sobre quién tiene razón, es un quebradero de cabeza para el Unicaja organizar un viaje a varios miles de kilómetros. El Hapoel estuvo allí el pasado martes y no hubo problemas.

Zaporizhia es una ciudad de 700.000 habitantes y está al sureste de Ucrania, cerca de Crimea, zona que Rusia se anexionó hace un tiempo, y también de la zona del Donbass, donde también persiste un conflicto armado y en cuya frontera hay desplazado más ejército ruso.

El Unicaja ha hecho consultas a la FIBA y está a la espera de indicaciones. Está organizando el viaje, estudiando todas las posibilidades, en previsión de que haya que desplazarse y también está en contacto con la Federación Española. Y es que, en teoría, en la próxima ventana del mes de febrero en la que estarán a buen seguro varios jugadores cajistas, España debería jugar en Córdoba primero y después en Kiev ante Ucrania y de momento no hay decisión tomada sobre lo que sucederá.

Antes de viajar a Ucrania, en este tramo en el que se coge un ritmo de dos partidos por semana, el Unicaja tiene que desplazarse a Bilbao y Zaragoza para partidos de ACB y recibir en la BCL al Oostende el próximo martes antes de, en teoría, jugar el 8 de febrero en Ucrania.