Ivkovic es la última esperanza
El Efes se pone en manos del maestro serbio para construir al fin un equipo serio y con sentido
Un dineral gastado cada año sin que se le viera color en forma de resultados llevó a Tuncay Ozilhan, uno de los hombres más ricos de Turquía, a dar un volantazo a la deriva del Anadolu Efes, plenamente asentado en la élite europea en este siglo pero sin el lustre que exige la inversión. Club buen pagador, en la cantidad y en la formalidad, en los mentideros baloncestístico la idea establecida era ir a Estambul a pegar un sablazo y salir corriendo porque raro jugador se revalorizaba. Por allí han pasado muchos pero con mediocre resultado. La hegemonía que tuvo en los 90 y el principio de siglo se había perdido. La falta de un tejido social fuerte, sin el respaldo que sí tienen los clubes con una sección de fútbol, hacen al Efes un club un tanto artificial, que apenas promedia 4.000 espectadores en Euroliga y la mitad en liga nacional. Pero Ozilhan se encomendó a Dusan Ivkovic, Duda en el baloncesto serbio.
El pasado mes de febrero, Ivkovic contemplaba desde la grada del Carpena la pasada Copa del Rey. No se perdía un partido. A su derecha sentado estaba Misko Raznatovic, el superagente del baloncesto europeo, el nexo de unión entre Ozilhan e Ivkovic, que a sus 71 años cumplidos en octubre no se iba a mover por medianías sino por un proyecto sugerente. Para reseñar el palmarés completo del de Belgrado se llegaría al final del texto. En 1978 dirigía ya al Partizan. Ha ganado ligas y copas en Yugoslavia, Grecia y Rusia. La Euroliga (en 1997 y 2012, ambas con Olympiacos), la Copa Saporta, la Korac y la Eurocup. Y como seleccionador yugoslavo le dio la alternativa la mítica generación de Bormio (Kukoc, Radja, Divac, Djordjevic...) en la absoluta. Plata en Seúl'88, encadenó oros en los Europeos de Zagreb y Roma (89 y 91) y el Mundial'90 de Argentina. La guerra frustró aquella idea de verle competir ante el Dream Team en Barcelonacon el país unido. O sea, una deidad en el baloncesto europeo y mundial.
Ivkovic es la última esperanza de Ozilhan de crear un club poderoso también en la pista, en el que no haya esa sensación de un bloque de mercenarios. El año pasado ya dirigía desde el teléfono los entrenamientos del equipo, preparando lo que iba a ser esta campaña. Se amarró el fichaje de Dario Saric, clave en el entramado de Raznatovic. Y además de aflojar la chequera por el emergente referente croata y por Krstic, Perperoglou y Draper en verano y hace un par de semanas por Heurtel, se le encomendó a que diera salida a los jóvenes valores de la cantera Anadolu Efes. No hace falta porque va en su ADN. Si en el Olympiacos impulsó al núcleo griego formado por Mantzaris, Sloukas y Katsivelis y antes auspició talento juvenil en cada club que estuvo, en Estambul, además de Saric, desarrolla a varios proyectos interesantísimos. El alero Cedi Osman, con 19 años, tiene mucho protagonismo, con 20 minutos por partido y 7.4 puntos y 4.7 rebotes. Como empieza a asomar el escolta Furkan Korkmaz, de 17 y que la semana pasada jugó 16 minutos en la victoria en Vitoria, y Okben Ulubay (19). El ahora lesionado Batuk (24) o Balbay (25) también tienen aún recorrido.
Maestro de la defensa, Ivkovic ya tiene en sus manos a la mejor defensa de la competición tras 11 partidos (69.3 puntos recibidos). Si él no consigue hacer competitivo al Anadolu Efes para que olfatee la Final Four seguramente no haya ningún entrenador capaz de hacerlo.
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