Josh Adams ha dejado highlights del mejor nivel visto en Málaga en años. Mates descomunales, rachas de anotación compulsivas y show. Junto a Bouteille y Brizuela ha sido el máximo anotador del equipo en la temporada. Pero ello no le ha valido para ser considerado un jugador sobre el que seguir construyendo para el futuro en el seno del club malagueño. Su dispersión, desconexiones, abuso del bote o desaplicaciones defensivas han pesado más.

El americano (26 años) ha vivido su primera temporada en la ACB, se le trajo como base pero evolucionó a la posición de escolta con Jaime Fernández haciendo lo propio hacia la de base. Es cierto que con su marcha se pierde capacidad atlética y física, pero se intentará paliar con otros movimientos. Se privilegia a un base puro, con la renovación pactada, como Gal Mekel. Acabó con 11.8 puntos (47% en tiros de dos y 35% en triples), 2.3 asisencias y 2.1 rebotes para 8.6 de valoración.

Pasó un momento difícil con el confinamiento, cuando declaró que quería marcharse a Estados Unidos para estar con su familia, aunque se quedó en Málaga para acabar la temporada y cumplir su contrato. A través de las redes sociales, Adams se despedía. "Cada año es una locura, pero creo que este año cuatro (cuarta temporada como profesional) se lleva la corona. De todos modos, ¡fue una increíble temporada en ACB y Eurocup. En una de mis ciudades y equipos favoritos para formar parte. Gracias al Unicaja, a mis compañeros de equipo, la ciudad y los aficionados. Pase lo que pase después, ¡Ha sido un placer absoluto! Sigue volando", era el mensaje del jugador de Phoenix.