Unicaja

Katsikaris quiere un base y un pívot

  • Son las posiciones que el técnico considera que se debe reforzar para hacer al Unicaja competitivo de aquí a final de temporada, pero el Consejo se niega de momento a atenderlo

Fotis Katsikaris da órdenes durante el entrenamiento del viernes.

Fotis Katsikaris da órdenes durante el entrenamiento del viernes. / Unicaja B. Fotopress / M. Pozo

La era Katsikaris en el Unicaja no ha comenzado de manera idílica. Cuatro derrotas en los cuatro primeros partidos y, aunque hay mejoría evidente en diversos aspectos del juego, el marcador es implacable. El equipo sigue inserto en una espiral de derrotas que fagocita cualquier prisma positivo que se quiera aplicar a la situación. El técnico griego ha llegado con ideas nuevas y ha refrescado el vestuario. Quiere actitud positiva y no derrotista, pide a sus jugadores más involucración en el banquillo durante los partidos, ha aumentado el volumen y la intensidad de los entrenamientos porque considera que el tono físico del plantel no es el óptimo. Y también ha tenido tiempo de constatar in situ cuáles son las carencias del equipo en estos momentos, las que considera necesarias corregir, aunque ya viniera con una idea previa de lo que había visto con anterioridad al equipo.

Katsikaris ha transmitido al club que necesita un base y un pívot para ayudar a revertir la situación, aunque, de momento, se ha encontrado con la negativa del Consejo de Administración a acometer alguna incorporación más, incluso en el supuesto de que se colocara a Gerun en algún equipo, algo ahora mismo complicado porque el ucraniano no tiene ninguna predisposición de salir. Pero Katsikaris no le quiere, lo está demostrando con hechos. Trabaja con el equipo pero no cuenta, es el último jugador. Ha sido un primer momento de fricción del técnico griego con el club, que en las conversaciones previas a su llegada mostró flexibilidad para reforzar también el equipo, de ahí el endurecimiento del mensaje desde su primera comparecencia hasta la posterior al partido en Nanterre, en la que fue más reivindicativo. No hay que perder de vista que, aunque se firmó contrato hasta 2022, hay una cláusula mutua de rescisión de contrato. Y la manera de ganar crédito es haciendo competitivo al equipo desde ya.

Sobre la posición de base, Katsikaris ve a Jaime Fernández más como escolta, más en el momento en el que el madrileño aún no está a tope físicamente tras casi un año parado. Y el regreso de Gal Mekel, en el mejor de los casos, sería ya en mayo y tras unos meses de baja con un problema de salud no menor. O sea, que no ayudaría prácticamente a meterse en el play off por el título. Los diferentes entrenadores que ha tenido Fernández en su carrera le han orientado más hacia una u otra posición. Esa polivalencia le ha permitido más presencia en pista, pero liberado de la responsabilidad de subir la bola puede jugar más liberado y concentrar esfuerzos sin renunciar a su capacidad de pase. Es verdad que quizá los mejores momentos de la era Casimiro han sido con el madrileño llevando las riendas. Hay opciones en el mercado de exteriores, más abundantes que dentro porque hay más variedad per se de jugadores. Katsikaris cree que un base potente daría alternativas a un equipo que se queda corto de físico, como él mismo ha repetido varias veces y ya se evidenciaba desde principios de temporada. De momento, Pablo Sánchez sigue entrenando con el primer equipo y se está pendiente de la evolución de Rafa Santos, que progresa mucho en el equipo junior, una vez se recuperó de la lesión que le hizo llegar muy justo al Adidas Next Generation.

Sobre la posición de pívot ya se ha hablado y escrito bastante. La irrupción de Nzosa ha tapado el gigantesco boquete, aunque no sea lo ideal que un jugador de 17 años asuma la responsabilidad demuestra cada día que es el interior más solvente a día de hoy, el que más condiciona los ataques rivales. Pero, como exhibía Kaba en los minutos finales en Nanterre, lógicamente sufre en el cuerpo a cuerpo. Gerun, como se decía, no cuenta para nada, los minutos en Sevilla y los primeros entrenamientos convencieron a Katsikaris de que no era un jugador válido, algo que sí observa en Rubén Guerrero. Pensando en futuro, Guerrero y Alonso son, de largo, los jugadores más baratos del plantel. Algo que también hay que tener en cuenta a futuro a la hora de configurar plantillas. La apuesta por la cantera no es sólo identificación.

Pero las peticiones de Katsikaris, de momento, permanecen varadas. Sí, por ejemplo, se consideró oportuno desde el banco ser uno de los patrocinadores principales de la Copa del Rey de Madrid. Pero no hay visto bueno para fichajes.

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