Limoges - Unicaja Baloncesto

A tiro de cuartos (77-78)

  • El Unicaja consigue una trabajadísima victoria en Limoges y se queda a un triunfo de la siguiente fase 

  • Fenomenal partido de Lessort, decisivo robo de Salin y sangre fría de Roberts

Milosavljevic lanza a canasta.

Milosavljevic lanza a canasta. / @Limoges

Con el corazón en un puño y el agua al cuello, el Unicaja sacó una victoria valiosísima en la pista del Limoges (77-78). Le falta el punto de tino colectivo para que reluzca el buen juego ofensivo, pero se fallan demasiados tiros abiertos. Como contrapeso, un soberbio Lessort y un fino Roberts lideraron la victoria en Beaublanc, pista hasta ahora vedada desde aquella mítica final de Korac del año 2000.

Se queda el Unicaja a un triunfo de los cuartos de final. Una victoria ante Valencia o Estrella Roja lo garantiza. Otro cantar es el primer puesto, pero se otean las eliminatorias de marzo en el horizonte. Y es el lugar mínimo en el que debe estar el Unicaja en la vuelta a la Eurocup. ¿Dónde está el límite? Debe crecer en las próximas semanas bastante, que varios jugadores se suban al carro del que ahora tiran Lessort y Roberts.

A ratos, cortos, se intuye ese Unicaja fresco de los primeros meses, pero no hay continuidad. La buena puesta en escena (4-11), con buen movimiento de balón y tiros liberados, rápidamente fue cercenada por un tiempo muerto de Peronnet. La respuesta del cuadro lemosín fue un 10-0. Le ocurre con frecuencia a la versión actual del Unicaja, que no sabe solidificar ventajas, en momentos variados del partido. En un parpadeo, 14-11. Tenía bajas bajo los aros el Limoges, pero Boutsielle ofrecía gran rendimiento. Había intercambio ahí cerca de la canasta. Shermadini y Lessort hacían daño también.

El partido transcurría por unos cánones de acierto enormes en el tiro de dos (71% del Limoges y 80% del Unicaja al descanso) y bajísimo en el tiro de tres (20% ambos equipos, sólo cinco triples entre los dos). Zozobraba el Unicaja (25-21) cuando Boatright metía un tres más uno espectacular. Volvía a transitar por problemas (33-28) y ahí apeló a unos buenos minutos defensivos. Se empezaron a puntear tiros cada vez con más frecuencia y se retomó el mando al final del primer tiempo con unos minutos devastadores de Mathias Lessort. Dominaba al descanso (38-40).

Tuvo varios ataques para escaparse el Unicaja (38-42), pero erró tiros abiertos muy claros. Wiltjer también pasaba una importante crisis de confianza. Falló dos triples completamente solo (llegó a ir 1/9), anormales para él. Obviamente, ello conllevaba que la defensa francesa se cerraba sobre su canasta y multiplicaba los 2x1 contra Lessort. No obstante, el galo casi siempre producía. No había red en la defensa. Se comía varias puertas atrás en el tercer cuarto el Unicaja ante la desesperación de Casimiro. Y Rousselle, con su heterodoxa pero efectiva mecánica, ensartaba triples para encender las alarmas (57-51). Salvó un momento crítico el Unicaja con seis abajo y un tapón espectacular de Lessort que propició un triple de Boatright sobre la bocina del tercer cuarto (61-58). De un más que posible -8 a -3, un respiro.

Se notaba que el partido estaba pastoso. Tras dos minutos y medio del último cuarto sin ningún punto y las primeras decisiones alocadas de Boatright, entró Roberts y empató el partido. Lessort tomó las riendas y enlazó minutos magníficos en la anotación, la distribución y en defensa para dar ventaja (63-65). Volvió el atasco, Lessort tuvo un descanso quizá demasiado prolongado y Wiltjer, aleluya, metía un triple espectacular (70-70) para empatar.

Aumentaba la tensión. El Limoges quedaba eliminado si perdía y el Unicaja tiene a varios jugadores dubitativos. Ya en el minuto final, Roberts metía dos tiros libres y, tras una buena defensa, Lessort cogió el rebote después del triple fallado francés. En el ataque para sentenciar, Roberts perdía la bola con un pase en el aire pero Salin aparecía desde la nada para recuperar una bola providencial, decisiva. A 8 segundos, Roberts metía dos tiros libres y Taylor respondía a 5 segundos, el Unicaja prefería la falta para evitar un triple.

Roberts volvía a meter dos tiros libres con sangre de hielo y le quedaba la posesión para empatar (75-78) al rival. El americano, aún a costa de su quinta personal, hizo una hábil falta a Taylor, que metió a 1.2 segundos (77-78) dos tiros libres. Le quedaba un tiempo muerto a Casimiro y ello evitó cualquier problema para sellar un triunfo valiosísimo que sirve para poner los cuartos de final a tiro. Mientras se enganchan jugadores al carro, seguir vivos y con opciones en todas las competiciones es una buena noticia.

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