Se acerca un 2020 ilusionante para Málaga. Un año bisagra en el cambio de década donde la ciudad lucirá músculo deportivo. Será Capital Europea del Deporte, ejerciendo de anfitriona de importantes eventos. En esos 12 meses organizará, salvo imprevisto sobresaliente, la Copa del Rey. El diamante del baloncesto patrio volverá a la Costa del Sol seis años después. Uno de los torneos más atractivos del continente, que dibuja el camino más corto a la gloria.

Se dejó pactado el acuerdo, que avanzó Sur y pudo confirmar este periódico, en una reunión a cuatro bandas. En el consistorio estuvieron ayer presentes Francisco de la Torre, alcalde de Málaga, acompañado por Elisa Pérez de Siles, concejala de Deportes, y por el director técnico del área de Juventud y Deportes, Luis Verde. Por parte de la Diputación acudieron Elías Bendodo, presidente, y Cristóbal Ortega, diputado de Deportes. En representación de la Junta de Andalucía vino a Málaga Monsalud Bautista, delegada de Cultura y Deporte en la provincia. De la ACB acudieron su nuevo presidente, Antonio Martín, y el director general, José Miguel Calleja.

Un encuentro para limar asperezas en torno al pago del canon exigido -que sufragarán de forma proporcional las tres partes como después confirmó De La Torre- por la Liga Endesa para acoger la organización, en el que pronto hubo fumata blanca. No obstante, no se dará oficialidad al pacto y es que queda un último paso, que se apruebe en la Asamblea de la ACB, algo que tendrá lugar a principios de 2019 según las fuentes consultadas.

"Hemos tenido la reunión y hemos hablado con el presidente de la ACB. Oficialmente tienen que tomar una serie de acuerdos, esto tiene un carácter oficioso. Tenemos un clima de buscar el acuerdo y que sea factible. La afición de Málaga se lo merece", comentó el alcalde de Málaga en Cope, a lo que añadió: "Hasta que no tengan una Asamblea, que se celebre la de 2019 en Madrid, etc...no sería el momento de oficialmente decirlo. No tendría sentido mezclar un año con otro. Dejemos que se desarrolle la de Madrid y Málaga ya entra con fuerza".

Así, sería la cuarta vez que Málaga organiza la Copa del Rey tras las ediciones de 2001, 2007 y 2014. La capital de la Costa del Sol cuenta con muchos atractivos de cara a acoger un evento de este calado. La ACB contempla a la ciudad como un lugar preferente por las facilidades logísticas, de comunicación -dispone de aeropuerto y de AVE- y alojamiento -no hay peligro de saturación de plazas hoteleras-, a lo que hay que sumar las destacadas instalaciones del Carpena, un pabellón presto para citas considerables.

También hay que destacar que la ACB se sentía en deuda con Málaga, después de que la edición de 2019 estuviera encaminada tras un pacto con el anterior presidente, Francisco Roca, que se rompió con el cambio en la cúpula en la dirección. Se adelantó ahí Madrid, que disfrutará de la siguiente.

De los eventos deportivos accesibles, La Vuelta y la Copa del Rey, por este preciso orden, son los que consideran las instituciones malagueñas que tienen mejor impacto económico en la ciudad. A tenor de un estudio que distribuyó la propia ACB de la edición de 2014, se generaron casi 21 millones de euros. El desglose es el siguiente: 11, techo en ese momento en el torneo, provinieron de ingresos directos creados por el evento -gasto de asistentes, organización, patrocinadores y medios acreditados-; cerca de 4.5 los generó la marca Málaga; 3.4 fueron ingresos que acabaron en la Hacienda Pública; y dos pertenecieron al valor contingente asignado a los malagueños. Queda para 2020, pero ahí estará Málaga, anfitriona, otra vez.