Con poco más de 100 personas en las gradas (algo más del doble , aunque con animosos espectadores de los dos equipos, Karhu Kauhajoki y Patrioti Levice se disputaron en el Martín Carpena la primera plaza en la final de la fase previa, que tendrá este domingo su colofón. Clubes modestos, de localidades de 13.000 y 33.000 espectadores, respectivamente, que viven un sueño en Málaga intentando acceder a la fase de grupos de la BCL. Desde la perspectiva del Unicaja puede parece infrabaloncesto. Puede ser un nivel LEB Oro raspado, pero hay que tener el debido respeto. Algunos jugadores americanos, balcánicos siempre competitivos e incluso algo que estuvo en el recién finalizado Eurobásket, como el finlandés Henri Kantonen. Mucho small ball, momentos con apenas uno o dos jugadores de más de dos metros en pista. Ganó claramente (57-81) el Patrioti Levice.

Pegó fuerte el Levice de arranque (4-13), con el bosnio Drasko Knezevic (14 puntos y siete asistencias) llevando las operaciones, algo atropellado y tomando algún mal tiro, pero creando problemas al rival. En esa línea se aguantó el cuadro centroeuropeo, superior toda la primera mitad (25-37). Dos más que correctos americanos, Tre McCallum (13 puntos, seis rebotes y cuatro asistencias) y Deshawn Freeman, dominante en el partido con sus 2.03 metros (18 puntos 15 rebotes y cinco asistencias para 32 de valoración), daban material para distanciarse.

El Patrioti extendió la renta al comienzo de la segunda mitad a los 16 puntos (31-47) y al final del tercer cuarto tenía ya el partido metido en harina (43-60). Los intentos de reacción finlandeses eran sofocados rápidamente por el Patrioti, con más chispa y leyendo mejor las situaciones en cada momento. Se había añadido Ben Kovac, un interesante alero internacional luxemburgués, potente e incisivo (17 puntos y cuatro rebotes), para terminar de sepultar las opciones rivales.

Así que el Levice, tras dos victorias consecutivas, se planta este domingo a 40 minutos de entrar en la fase de grupos de la Basketball Champions League. Es la última frontera.