Resultado y crónica del Movistar Estudiantes - Unicaja Baloncesto

Victoria en una montaña rusa (72-80)

  • El Unicaja vence en la pista del Estudiantes, con altibajos pero con los mínimos de acierto e intensidad para no pasar problemas ante un rival disminuido

Mathias Lessort intenta un mate ante Arteaga.

Mathias Lessort intenta un mate ante Arteaga. / ACB Photo

Montado en un tobogán, momentos de buen baloncesto y otros muy pobres, al Unicaja le bastaron tramos concretos de partido para sacar una victoria del WiZink Center. Un Movistar limitado, sin los más de 40 puntos por partido que aportan Gentile, Brizuela y Sutton, no impidió el triunfo malagueño (72-80). Se saca la secuencia de dos partidos tras la debacle de Valencia, de alguna manera se reacciona al aviso desde el seno del club después de la indigna derrota en La Fonteta.

¿Bastante para pensar en algo mejor de aquí a final de la temporada? Cuesta ver a la versión de Madrid compitiendo con los mejores equipos del país en el play off. Eso sí, la presencia entre los ocho mejores se amarra prácticamente con este triunfo. Hubo algún momento en el que pareció peligrar, más por sensaciones que por distancia o por calendario.

Le valieron al Unicaja momentos más que continuidad. Le dio vida al Movistar tras dominar con claridad en el segundo tiempo varias veces con circunstancias propias para romper. Se permitió el regreso del rival, aunque su fragilidad es mayor que la malagueña todavía. Hicieron daño Wiltjer y Lessort, Jaime ofreció un nivel superior y Alberto en pista llegaron los mejores tramos en consistencia. Suficiente para derrotar al Estudiantes.

El partido comenzó con los dos equipos castigando debilidades del rival. Whittington recibía mucha bola para atacar a Shermadini en continuaciones o en situaciones para jugar de cara. En el otro lado, Wiltjer desarrollaba una de esas llamaradas anotadoras que acostumbra en los inicios de partido, con un catálogo variado para superar a Caner-Medley. Después de algún intento de escapada cajista (2-8, 10-15), el Estudiantes recuperó con brío el liderazgo. Dani Díez igualaba con una canasta sobre la bocina del primer tiempo (21-21).

El encuentro transcurría en un tono bajo, con demasiadas malas decisiones, sintomático del momento bajo de confianza que atraviesan los dos equipos. Los picos altos de cada uno le permitían estirar, pero la ausencia de consistencia impedía fortificar rentas a favor. Una buena secuencia de Omar Cook, que a sus 37 años sigue teniendo el baloncesto en su cabeza, ejercía de péndulo a favor de su equipo antes de que Roberts hiciera lo propio con el Unicaja. Entre esa tira y afloja de dos equipos para nada sólidos, con un máximo de seis puntos de ventaja para el equipo malagueño y tres para los estudiantiles, los de Casimiro tenían una ventaja mínima al final del primer tiempo (40-42). Cuando el Unicaja conseguía conectar con Shermadini o Lessort producía, pero le costaba ser dinámico en ataque.

Cambió tras el descanso el perímetro Casimiro, con Alberto y Jaime juntos de salida. Pese a varios fallos defensivos gruesos de Shermadini, que se comió dos mates de Arteaga a pase de Cook y permitió con su desajuste algún tiro cómodo, el Unicaja encontró continuidad en ataque. Dos triples de Jaime, que los necesitaba, buenas decisiones de Alberto, otro triple de Milosavljevic, dos rebotes en 10 segundos de Wiltjer, uno en cada canasta, para lanzar el contraataque y llegar de tráiler... El resultado fue un parcial importante de 6-17 en los primeros cinco minutos de la reanudación (46-59).

El Movistar tiene un calendario bastante duro y la LEB es una posibilidad real. Dos descensos en esta misma década se salvaron en los despachos, pero ahora la caldera engulle de verdad. Apretó el público, a jugadores y árbitros, y consiguió una pequeña chispa. Elevó la agresividad tras el tiempo muerto de Berrocal y el Unicaja no supo igualarla en primera instancia. Parcial de 11-0 adverso, con triples de Cook y Hakansson. La rotación de jugadores no supo mantener el nivel. Y una canasta de Whittington sobre la bocina dejaba muy abierto el partido (58-61) con 10 minutos por jugar.

En ese baile de rachas, un triple de Salin insufló tranquilidad al Unicaja para un 0-9 de parcial, con dos mates seguidos de Lessort, uno tras robo en contraataque y otro en un alley hoop con Roberts. 58-70 a falta de seis minutos largo y un equipo con falta de confianza enfrente. ¿Bastante? No con este Unicaja, una montaña rusa. Seis ataques consecutivos sin producir devolvieron al Movistar Estudiantes al partido, una constante en la segunda mitad, en la que el Unicaja tuvo varias opciones de romper. Un buen triple de Jaime desde la esquina devolvió los 10 puntos (65-75) de renta a poco más de dos minutos del final. Ya sí, la victoria estaba en el bote. Sin presumir, pero ahí está.

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