Resultado y crónica del Unicaja-Hereda San Pablo Burgos

Dinámica frenada (89-78)

  • Un sólido Unicaja completa un notable partido ante el San Pablo Burgos para olvidar la secuencia de derrotas

  • Buena actuación grupal y varios pasos adelante en el equipo

El Unicaja celebra un triple de Bouteille.

El Unicaja celebra un triple de Bouteille. / Marilú Báez

En un choque entre equipos con dinámicas malas, cuatro derrotas consecutivas cada uno, el Unicaja salió indemne del duelo ante el Hereda San Pablo Burgos y tachó una casilla en el reto más inmediato, la meta volante de la Copa del Rey de Granada. Victoria sólida del equipo de Katsikaris (89-78), que volteó desde el final del primer cuarto un partido que había empezado feo y lo gobernó sin grandes agobios, con varias actuaciones destacables, hasta el final del mismo. Colocó el diapasón en los 10 puntos a favor desde el segundo cuarto y rara vez lo bajó desde entonces el equipo de Zan Tabak, campeón de Copa en 2005 vestido de verde.

Varias buenas noticias en el Unicaja, más allá de la obvia de la victoria. El nivel defensivo, salvo en un primer cuarto en el que Renfroe destrozó a Cole (18 puntos al descanso, 20 al final, para el base americano), fue bastante correcto. Influyó el impacto de Yannick Nzosa, que recuperó la versión de la pasada campaña. En la vorágine del baloncesto profesional a veces se olvida que la cabeza y los sentimientos son mucho. Quizá la visita de su madre para sus 18 años, que supondrán un nuevo contrato, tras un año y medio sin verla sirvió para tocar alguna tecla interna que estaba fallando. Fue el Nzosa hiperactivo, sin miedo a equivocarse aunque cometa errores. Que toca balones imposibles, que está en cada punto. Que condiciona.

El equipo compartió mejor la bola también, con esos momentos de exceso de bote que habría que limar, pero estuvo de nuevo en 20 asistencias (ocho de Alberto), generándose triples abiertos para estar en el 50% desde la línea, el maná para cualquier equipo. Una descarga en el segundo cuarto dio el mando que ya no soltaría el equipo malagueño, que encontró al final del segundo cuarto a un Norris Cole mejorado, como picado por el primer rejón de Renfroe, para responder con un par de robos, canastas y asistencias. Un tapón de Guerrero, que también dio buenos minutos en su primera aparición en pista, dejaba el marcador en la decena arriba (47-37).

En unos buenos niveles de confianza, el Unicaja respondió a la salida más agresiva del Hereda San Pablo Burgos poniéndose al mismo nivel. Cole y Eric se cargaron de faltas, pero el equipo no lo notaba. De hecho, con Alberto al comando el equipo fluía bien. Cada relevo respondía y eso es la mejor noticia en una rotación. Francis Alonso, por ejemplo, dio un refresco calidad tras salir por primera vez mediado el tercer cuarto. El primer balón que tocó fue un tres más uno para marcar entonces una máxima renta (57-43). Es su rol ahora mismo, salir de microondas para apretar atrás y meter lo que le llegue. El efecto Renfroe se había limitado bastante, aunque lógicamente emergían otros focos de anotación, como Benite o el recién fichado Kevin Gamble, un jugador que puede subir el nivel del equipo burgalés.

Bajó al entrar en el último cuarto de los 10 puntos el Burgos (77-70) con un triple de McGee, pero mantuvo los nervios y la calma el cuadro malagueño, bien metido y concentrado, con un Abromaitis a gran nivel en los dos lados de la pista y con un triple de Norris Cole a falta de tres minutos que era ya la sentencia (87-72) de un partido que debe ser un punto de inflexión en la trayectoria del Unicaja esta temporada. Para espantar fantasmas lo mejor es ganar. Y la victoria fue de buen nivel.

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