REsultado y crónica del Baxi Manresa-Unicaja

O se juega mejor o se perderá (85-74)

  • El Unicaja cae superado por un Manresa con las ideas más claras y más acertado

  • Perdió hasta por 21 puntos, aunque una reacción final le dio una opción al final

Alberto Díaz intenta superar a Maye.

Alberto Díaz intenta superar a Maye. / acb photo

El Unicaja tiene garra y corazón, pero no juega bien al baloncesto. Y no se le ven progresos. Sacó antes partidos por tener fe y no perder la cara a los partidos, un paso adelante respecto a la temporada pasada, pero tendrá un grave problema durante la campaña si no crece. El Baxi Manresa, un equipo magistralmente entrenado con independencia de los jugadores que rotan cada temporada, se lo recordó en el Nou Congost (85-74), donde los cajistas fueron netamente inferiores durante todo el partido. Perdió hasta por 21 puntos y tuvo un arrebato para colocarse a cuatro a falta de tres minutos, pero Dani Pérez, imperial durante todo el partido, castigó dos veces que la defensa de Francis Alonso se hundiera y metió dos triples matadores para dejar la victoria en Cataluña.

Podía haber salido cara, pero normalmente saldrá cruz. Ofensivamente, el Unicaja depende de impulsos de sus jugadores, de innegable talento. Pero el baloncesto no fluye, es muy espeso. No hay circulaciones de balón, que se queda en manos de los manejadores hasta que resuelven tras mucho bote. Sin balón no hay situaciones para generar canastas fáciles. Es cierto que atacando directo se crean opciones, sobre todo a través de Jaime, que en Manresa no se concretaron. La racha final de Alberto Díaz maquilló el porcentaje colectivo en triples. Por momentos, es rudimentario el ataque. Atrás, se va a tirones, dependiendo de los jugadores que estén en pista. Otra vez un primer tiempo laxo (48 puntos en contra), sin capacidad para leer cómo Pérez guiaba a su equipo, para interpretar y leer más allá de la intensidad, que no fue la óptima. Debe convencerse el Unicaja que ganará partidos por el ataque, pero también perderá por la defensa.

Katsikaris replanteó la rotación sin Bouteille, dando minutos a Francis Alonso como tres. La primera salida de Brizuela no fue buena, estaba aún tocado, y ya no jugó más. Las faltas de Cole y Eric también propiciaron reajustes. Desde el inicio, el partido se movía al ritmo del Manresa. Más concretamente, al del citado Dani Pérez. Un base que tardó en llegar a la élite, que salió al extranjero para consolidarse, pero que a sus 31 años es uno de los mejores directores puros de la competición. En 2004 se le veían maneras serias en la primera Minicopa de la historia, bajo la sombra de Ricky Rubio. El camino fue largo, pero no desesperó y bajo las órdenes de Pedro Martínez se destapó en la ACB.

La diferencia de juego colectivo entre los dos equipos era enorme y así se perpetuaría durante el resto del partido. El Manresa creaba juego a partir del bloque directo generado por Pérez, pero todo fluía. El Unicaja, mientras, dependía de Jaime Fernández, que creaba para sí o para los demás, pero una vez soltaba el balón el juego se empobrecía. Los primeros minutos de Cole fueron flojos y los triples no entraban, apenas uno de Francis Alonso.

El Manresa mandaba ya al final del primer cuarto (25-18) y venían momentos de atasco en el Unicaja. Por encima de los 10 de renta (33-20), el cuadro de Katsikaris perdía de nuevo muchos balones (nueve al descanso), excesivos aunque peleaba el rebote. El Manresa forzaba faltas y metía muchos tiros libres. Y no había antídotos para el ataque catalán, que seguía rajando. Dos minutos brillantes de Micheal Eric, con ocho puntos creándose canastas y culminando un par de pases, daban algo de resuello al equipo cajista, pero fue una raya en el agua. Sima hacía un destrozo, tampoco Nzosa tenía su mejor día, y metía la última canasta del periodo con un mate para distanciar hasta los 12 puntos (38-36).

Se está convirtiendo en peligrosa costumbre dar el primer tiempo al rival y no siempre valdrá. El paso por el vestuario no mejoró nada y el Manresa aumentaba sin cesar la renta. No había soluciones ni en la pista ni desde el banquillo y el Baxi campeaba hasta llegar a los 21 puntos de renta a favor. Ahí Norris Cole cogió la bandera y metió varias canastas seguidas. A borbotones, cediéndose el testigo, pero con un punto anárquico que puede valer para momentos concretos, pero no como plan general. Se quedó a 13 puntos (64-51) al final del tercer cuarto la renta.

La negación de la derrota de Alberto Díaz llevó al Unicaja, progresivamente, a recortar hasta llegar a los cuatro puntos a falta de tres minutos tras una canasta de Cole (75-71). Pero ahí esperaba el gobernador del partido, Dani Pérez. Tras el tiempo muerto de Pedro Martínez, dos triples del zurdo de L’Hospitalet dejaron la victoria en Manresa ante un Unicaja que tiene más orgullo y mantiene el talento. Pero no juega bien al baloncesto.

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