Resultado y crónica del UCAM Murcia - Unicaja Baloncesto

Defectos sin solución (78-76)

  • El Unicaja completa un partido con picos altos en Murcia, pero pierde víctima de su inconsistencia

  • La derrota ratifica que es complicado pensar en una cristalización de mejoras de aquí hasta el final de temporada

Lecomte defiende a Alberto Díaz.

Lecomte defiende a Alberto Díaz. / ACB Photo

Resulta paradójico, pero el Unicaja jugó mejor en Murcia que en sus tres anteriores victorias seguidas. Y esta vez perdió (78-76), víctima de unos defectos que no tienen solución en esta plantilla. La candidez y la falta de contundencia en el rebote son matadoras en este nivel competitivo y se amplifican con las ausencias de Suárez y Díez.

El UCAM se jugaba la vida, era media salvación el triunfo. Nervioso y acelerado, se acabaron imponiendo las ganas pimentoneras ante un Unicaja que hubiera arrasado si los cuartos hubieran durado siete u ocho minutos. Se repitió el guión en cada periodo, despegue, con minutos de buen juego, para rentas interesantes de 10 o 12 puntos para compresión tras la reacción local. Así, hasta el final. No podía ser más simbólico, Radoncic cogió un rebote de ataque tras un error en el tiro libre de Booker y ello supuso la derrota cajista.

Bien entrados en mayo, con los play off a la vista, cuesta pensar en algo serio con esta endeblez. Hay brotes verdes, como el notable partido de Jaime Fernández, a su mejor nivel. Wiltjer tuvo uno de esos días brillantes en ataque, aunque quedara retratado en la canasta ganadora de Radoncic. Y se vieron momentos inspirados de Roberts y Shermadini. Pero el armazón, la carrocería, no da para mucho más.

La derrota, acaso, dolió más porque se desprendieron buenas sensaciones. El Unicaja completó un buen primer tiempo, rozando el sobresaliente en algunos tramos pero penalizado por los finales de cuarto. No se hizo justicia a sí mismo el equipo de Luis Casimiro, que hacía un buen trabajo. En ataque privilegió las posiciones más cercanas al aro, con buenos porcentajes, desdeñando el abuso del triple. Wiltjer (4/6 en tiros de dos al descanso) ejemplificaba esa estrategia del técnico. Amagaba con escaparse (6-13), pero el UCAM se enganchaba (17-17 al final del primer cuarto).

Es una tara importante de este equipo, el dominio del rebote defensivo no es fiable. Eso no sólo concede tiros extras al rival sino que merma la capacidad de correr, un arma demoledora de este equipo. Por ahí se iba una buena opción, pero la acabó encontrando de nuevo en el segundo cuarto. Un parcial de 2-14, esta vez con excelentes minutos en defensa y un plus con triples de Alberto y Jaime, daban una interesante ventajas de 12 puntos (24-36). Con más carácter que juego, no obstante, volvía el UCAM al partido. Triples de Radoncic y Booker le daban aire y el Unicaja tuvo unos minutos de duda. No gestionó bien las faltas aún sin estar metido en el bonus y perdió la fluidez atacante para encajar un parcial de 12-2 (36-38).

Como si fuera un déjà vu, el tercer cuarto tuvo el mismo guión. Minutos de buen baloncesto, de juego mezclado en ataque, de defensa por encima del nivel del grueso la temporada, con un Wiltjer muy acertado, que era capaz incluso de coger un rebote de ataque en un tiro libre, con un catálogo más amplio en ataque más allá de buscar una posición para tirar de tres, tanto en el posteo como en la capacidad de jugar de cara. Marcó otra vez 10 puntos de renta (45-55), pero un Askia Booker tremendo (25 años y en plena explosión) tiraba del UCAM ante una nueva descomposición cajista. Pasaba el californiano hasta la prueba de Milosavljevic, recurso final de Casimiro ante pequeños. Lecomte anotaba un dos más uno espectacular para comprimir al máximo la distancia (56-57) al final del tercer cuarto.

Se colocaba el UCAM arriba (60-57) y se empezaba a temer una implosión del Unicaja. Casimiro no se arredraba y le daba minutos de máxima dificultad a Morgan Stilma. Y el canterano le daba la defensa que pedía y cogió tres rebotes en un momento. En ataque, se le encendió la chispa a Roberts. Triple, falta con antideportiva de Lecomte (había recibido una técnica antes, por lo que fue descalificación) y dos asistencias en buenas creaciones para Shermadini. Jaime, en buena onda y con esa chispa de explosividad para marcharse de sus pares, estiraba a ocho puntos de renta (62-70) a cinco minutos del final. En dos minutos se había esfumado la renta (69-70).

Un triple de Wiltjer daba mucho aire, pero Booker estaba imparable. Radoncic capturaba un rebote, otro más, para que el UCAM entrara en ventaja en el minuto final (75-74) y Jaime repelía fabricaba un canastón, esta vez entrando por la izquierda. El ataque postrero del UCAM se convirtió en un asedio. Falló dos veces Booker, pero el rebote fue pimentonero. Y el americano se fabricó una personal a falta de 3.1 segundos. Metió el primero y falló el segundo, pero el rebote lo cogió Radoncic, quitándole la posición a Wiltjer, para meter en caída la canasta de la victoria a dos segundos del final. La última posesión, tras el tiempo muerto, fue un desastre. No es ninguna catástrofe, pero duele por la forma. Y porque ratifica que los defectos de esta plantilla, a estas alturas de temporada, no tienen solución.

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