El año del casi (79-76)

Resultado y crónica del Valencia Basket-Unicaja Baloncesto

El Unicaja remonta 15 puntos adversos y llega a mandar en el último cuarto pero colapsa ahí tras una eliminatoria muy competida que se resolvió en el momento final

Lessort intenta postear.
Lessort intenta postear. / Acb Photo

En Valencia acabó la temporada del casi para el Unicaja. Un casi en las tres competiciones, no hubo manera de pasar esa frontera hacia los cuatro mejores que da lustre al año. Ni en Copa, ni en Eurocup ni en la ACB. Queda una sensación rara, se compitió bien en La Fonteta , se estuvo arriba en el último cuarto tras una remontada de hormiga tras caer por 15 puntos (60-61 tras triple de Waczynski). Y justo ahí encalló definitivamente el equipo de Luis Casimiro, con las luces fundidas cuando la presión debía traspasarse al contrario. No bajó los brazos y acabó con un digno resultado (79-76). Esa sensación es de que quizá el equipo valía más, pudo crecer más durante el año. Las lesiones son un evidente factor de análisis, pero está eliminado.

¿Es suficiente? Casimiro preparaba el terreno antes del partido asegurando que era una buena temporada pasara lo que pasara. El quinto es el lugar en la parrilla de salida por presupuestos y quinto acaba. Lo cual no obsta para constatar que la tijera se va abriendo progresivamente con los cuatro mejores de la competición. El Valencia va ganando la guerra y también venció en esta batalla. Es la realidad a día de hoy, el Unicaja está por debajo. Sólo con el mantenimiento de un bloque sólido y un crecimiento con las incorporaciones se puede pelear por algo más. Una frase de Carlos Suárez lo ejemplifica bien:“Tenemos que recuperar el respeto que hemos perdido y que ellos han ganado”. Ellos son el Valencia y el ámbito de interpretación es extenso.

Fueron 40 minutos de partido muy tenso y con muchas alternativas. Empezó el partido Casimiro amagando con zona, quizá para proteger a Shermadini, aunque el desequilibrio que provoca defensivamente el georgiano es alto. Advertía justo antes del partido Casimiro de que el Valencia hizo ahí mucho daño en el segundo partido y se había trabajado en ello. Pero ni se protegía el aro demasiado ni se impedían los triples taronjas, que esta vez sí entraban.

El ataque era un dolor para los malagueños. No había fluidez ni capacidad para meter la bola dentro. Tardó varios minutos en construir un tiro cómodo el Unicaja, que veía cómo el Valencia colapsaba su aro pero tenía capacidad para llegar a puntear tiros. Perdía muchos balones el Unicaja. Si el viernes perdió tres en 34 minutos, esa cifra ya estaba rebasada en el minuto 5. No había ninguna clarividencia y el nivel físico del Valencia era superior. Entre medias, Casimiro forzaba una técnica.

En la pobreza de ideas y con Tobey masacrando el aro malagueño, el Unicaja encontró algo de aire con el final del primer cuarto (25-10). La confluencia de Alberto y Suárez en pista dio algo de empaque defensivo y la respuesta fue un 0-7 de parcial. En ese margen en torno a los 10 puntos de desventaja se instalaba el partido. No era malo para la superioridad que mostraba el Valencia. Vives metía dos triples y Tobey golpeaba de nuevo, superando en la rotación a Dubljevic.

Pendía ahí de un hilo el Unicaja, que se tenía en el partido. Triples de Alberto, Roberts y Suárez daban algo de aire, anotando desde las esquinas. Se perdió una oportunidad para bajar de 10 puntos, pero se mantenía en esa frontera (42-31) con una doble técnica para Díez y Diot ya acabado el primer tiempo por encararse.

El Unicaja elevó el nivel de agresividad en la segunda mitad, no había otra si se quería competir. Dos triples de Milosavljevic recordaban a su exhibición del viernes. El Valencia no metía con la continuidad de la primera mitad, tenía más problemas ante la mayor energía que empleaba el equipo malagueño. Hubo un momento crítico, con un +12 y balón para los valencianos. Pero se tenía el Unicaja, no concedía la oportunidad de doblarle el brazo.

No había tampoco fluidez excesiva, la tensión era máxima en un partido de play off, pero poco a poco fue encontrando el ataque a Shermadini, un factor de equilibrio malagueño. Tres canastas del georgiano y un pase a Dani Díez acercaban bastante al Unicaja (56-51) antes de una continuación de Tobey sobre la bocina del tercer cuarto (58-51).

Otra vez Shermadini era capaz de producir puntos y pases para ponerse a tiro. Y en una transición, Waczynski metía un triple desde la diagonal que daba la primera ventaja del partido (60-61).

Tuvo alguna bola para distanciarse el Unicaja, pero no hubo claridad y repelían San Emeterio y Dubljevic (64-61). Una dudosa falta en ataque de Shermadini le cargaba con la cuarta. Se iba 66-61 el Valencia con un brutal mate de Abalde, estuvo cuatro minutos sin anotar un punto el Unicaja justo cuando veía la orilla.

Colapsó el Unicaja y, quién lo diría, el partido lo acabó ganando Labeyrie con dos triples, uno de ellos con adicional (73-64). Seis minutos sin una canasta en juego eran demasiado en un partido así, sólo se podía sostener si el rival tampoco anotaba. Y encontró en el francés a un jugador determinante, cuando no lo suele ser con su tiro. El aro ya se hizo pequeñísimo y el Unicaja colapsó. Se acabó una temporada que fue el año del casi.

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