El Señor Lobo pelirrojo

Alberto Díaz vira con su entrega, defensa y efecto contagio un partido que pintaba feo ante el Cedevita

Con 2-0, el Unicaja se jugará en los dos próximos duelos ser primero con el Valencia

Nemanja Nedovic entra a canasta.
Nemanja Nedovic entra a canasta. / Fotos: Javier Albiñana

12 de enero 2017 - 02:02

"Soy Alberto Díaz, soluciono problemas". Podría leerse la frase en la taquilla de vestuario del malagueño. El Unicaja tiene su particular Señor Lobo con la figura del pelirrojo, con frecuencia actúa como Harvey Keitel en Pulp Fiction. Joan Plaza no es Brad Pitt, tampoco Quentin Tarantino. Aunque el juego del Unicaja a veces se aproxima al ritmo imprevisible del genial director americano. El asunto es que Alberto cambió el decorado de un partido con pinta fea en el primer tiempo. No salió hasta el minuto 17, pero su impacto en el partido fue brutal. Tres puntos, tres rebotes y dos asistencias en 20 minutos puede resultar una estadística intrascendente. Los números engañan con Alberto, cuya figura trasciende los puntos o las matemáticas. Es un clínic defensivo andante y es contagioso, para el publico y para su equipo. Arregló el cortocircuito con el Carpena tras el mal inicio y puso en las vías de los cuartos de final al Unicaja.

Ganó el equipo malagueño (73-59), que fue en progresión, desde un nivel muy bajo hasta completar la mejor prestación defensiva de la temporada ante un equipo que no anda corto de talento como es este Cedevita. No se prodiga ganando en tanteos bajos esta temporada el Unicaja y es una importante noticia. Hasta ahora ha necesitado meter mucho para ganar. También se tiraron muchos triples, pero se varió el juego en la segunda mitad. La clave estuvo atrás. Sólo 26 puntos encajados en el segundo tiempo. Es el camino para hacer a un equipo versátil, para ganar en diferentes registros. El Unicaja acaba líder de su grupo la segunda jornada del Top 16, antes del doble duelo ante el Valencia que, parece, determinará primer y segundo puesto. Ambos comparten cabeza con 2-0.

El preámbulo del partido fue significativo. Pitos para Joan Plaza y aplausos para Veljko Mrsic. No sería una sorpresa que fuera el croata fuera el próximo entrenador del Unicaja. Dirige a un talentoso Cedevita que se mostró frágil en la segunda mitad. Al principio, pescaba entre el manojo de nervios que era un Unicaja con poca idea. Las cuatro primeras canastas fueron generadas por asistencias de Nedovic, una continuación para N'Diaye y tres triples abiertos para Waczynski. Pero también perdía balones el serbio, irregular. Y el Cedevita abría un hueco (8-15) que encrespaba a un Carpena susceptible, que tenía fresco el recuerdo del mal partido de Sevilla. Exhibía escasez de ideas y no es frecuente en la era Plaza esta desconexión. El Cedevita daba sustos, se iba en el marcador (17-25, 20-29) aprovechando el colapso ofensivo. Tiene jugadores interesantes, como ese explosivo perímetro americano, Boatright-James, con muelles y calidad aunque el primero estuviera errático.

El nudo del partido llegó a 3:28 del descanso. El último jugador del Unicaja en salir (Viny no jugó), Alberto Díaz, cambió el signo del encuentro. Perdía 25-31. Cogió un rebote ofensivo imposible, hizo un par de defensas de manual. Y el poco público que acudió al Carpena se enganchó al partido. El primer parcial fue un 11-2, coronado con un triple del pelirrojo sobre la bocina, asistido por Nedovic.

Plaza movió el librillo y le salió bien la jugada. Bajó el quinteto. Díaz-Nedovic-Fogg por fuera, con constante permutación de puestos, tanto en ataque como en defensa. Y Brooks-Suárez por dentro. Ahí desarboló al Cedevita el Unicaja, al que dejó en sólo 10 puntos en el tercer cuarto. Puso las bases de la victoria desde la defensa, algo inusual en esta temporada. Morder da rédito, es el margen de mejora de este equipo. Se igualó el rebote, se pudo correr. Nedovic, que se retiraría con un golpe en la rodilla que quedó en un susto, apretó (49-37). Waczynski, inédito desde un primer cuarto en el que había firmado 3/3 en triples, aportó puntos entre el jolgorio de una afición que aplaudía irónicamente su salida. Y en el último cuarto el Unicaja se manejó para no permitir que el Cedevita se acercara a menos de cuatro puntos. E, incluso, se consiguió, un buen average. Todo con la inestimable ayuda del particular Señor Lobo del Unicaja, que responde al nombre de Alberto Díaz y lleva el número 9.

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