Smith, un hombre feliz

Jamar Smith aterrizó tarde en Málaga, pero rebosante de alegría. El escolta procedente del Limoges arregló el papeleo que le retuvo algunos días en Estados Unidos y se espera que durante la temporada no tenga que hacer ningún viaje exprés a su país natal como sí tienen que hacer, por ejemplo, los balcánicos.

Smith (28 años y 1.93 metros) vino solo y en breve se le unirá su familia. Será presentando el lunes a las 12:45 horas en el Carpena, pero antes se habrá puesto al día en los preceptivos reconocimientos médicos y pruebas físicas que sus compañeros, salvo los internacionales, ya hicieron. Ayer estuvo en el Hospital Quirón para las pruebas cardiológicas, esta mañana estará en la pista auxiliar del Carpena para realizar el circuito que el cuerpo técnico y médico del club emplea para coger los parámetros y datos con los que trabajar durante el año. Y el lunes, antes del entrenamiento, irá a Carranque para hacer el test de esfuerzo.

Smith se alojará en el paseo marítimo, como la mayoría de jugadores nuevos. El acuerdo que tenía el club con la Reserva del Higuerón se extinguió y los cajistas optan por un lugar en el que en un radio de 10 minutos tienen el pabellón, el centro de la ciudad y los principales nudos de comunicación de la ciudad. De hecho, a través de las redes sociales el jugador pedía consejo sobre dónde encontrar la mejor comida después de asegurar que "me encanta Málaga" y de agradecer las respuestas de los aficionados.

Smith, destacan quienes pudieron departir con él, transmitía ilusión y felicidad por aterrizar en su nuevo destino y estaba deseando conocer a sus compañeros y técnico, pero la revisión médica se lo impidió. Joan Plaza quedó prendado de su juego en los dos Unicaja-Limoges de la pasada temporada, en los que promedió 16 puntos, 5 rebotes, 4 asistencias y 20.5 de valoración. "Puede ser mucho mejor de lo que él cree", auguraba Joan Plaza.