Tropiezos para seguir creciendo

El Unicaja hace propósito de enmienda tras un encuentro malo en Zaragoza que no borra el camino

El trío arbitral

Will Thomas lanza a canasta.
Will Thomas lanza a canasta. / Acb Photo

El regusto tras el partido de Zaragoza fue amargo para el Unicaja y para el entorno. Fue una mala actuación, rebasado por la agresividad y la verticalidad del Zaragoza. También con momentos en los que Jahlil Okafor gobernó el encuentro bajo tableros. Es también una consecuencia ésta de las carencias de efectivos en el interior. Siempre se echa de menos al que no está cuando no hay una derrota. Sima debe seguir su puesta a punto y cuando entre Kravish (es posible que para la próxima semana se pruebe con el resto del equipo) sucederá algo parecido. Es el peaje que hay que pagar con el reajuste de roles cuando regresen lesionados.

Pudo ser, porque no había ningún debutante en la ACB en el equipo cuando el año pasado sí había un número considerable de novatos en la competición, un encuentro de la pasada temporada que realmente no se dio. No se perdió un partido a domicilio por no respetar completamente al rival, se ganó con una regularidad asombrosa para un bloque de nueva construcción que aún iba buscando su identidad. Sí se pudo ver algún tic en Zaragoza de equipo que se sabe mejor y superior y que no está todo el partido con el cuchillo entre los dientes. Demasiadas pérdidas de balón (durante gran parte del curso pasado fue el mejor de la competición en ese aspecto pese al alto rimo que se propone) o excesivas canastas de dos con alto porcenteja del rival. Lo fue soltando Ibon Navarro durante los tiempos muertos que se podían oír por televisión. “Nosotros perdimos de 20 en Vitoria el año pasado y luego ganamos, esto es lo que pasa en las primeras y últimas jornadas. Si no estás preparado, te pueden dar un bofetón”, reflexionaba el vasco en la sala de prensa del Príncipe Felipe. Y sí, a veces un revés sirve para enderezar la línea. Una derrota no es un drama, aunque a nadie le gustara. No se habían detectado indicios de relajación, de hecho, tras el descanso del domingo, el entrenamiento del lunes fue de alto nivel y con mucha intensidad, como suele. Pero este tipo de partidos ocurren a veces. Aunque el bloque se conoce también está cogiendo la temperatura competitiva después de una pretemporada que acabó siendo exigente con la Supercopa y el inicio ante el Tenerife.

Viene ahora este sábado un duelo de dificultad alta ante el Valencia Básket, que ganó en Tenerife el miércoles después de un tropiezo en casa ante el Girona en el estreno liguero. Hay presión en el conjunto que dirige por segundo año consecutivo Álex Mumbrú por hacerlo bien tanto en la competición doméstica como en la Euroliga. Se ha remozado con fichajes para intentar potenciar después de dejar salir a algunas piezas que no cuajaron bien o ya veteranos. El año pasado se ganó los dos partidos con autoridad, tanto en La Fonteta como en el Carpena, pero ahora es otra película completamente distinta. No obstante, hay ganas de revancha en el vestuario tras lo que se vio en Zaragoza. Se espera una buena entrada en el Palacio y el club espera un empujón de los aficionados. El precio de las entradas se ha elevado para compensar a los abonados y los fieles. Pero el cartel es atractivo y las sensaciones de los partidos en casa son muy buenas con el aliento de la afición detrás.

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