Ascenso del Unicaja a Liga Femenina 2

Felicidad exultante en el vestuario

  • Gema García, Claudia Alonso y Vero Matoso, tres de los pilares del ascenso, reflexionan sobre lo conseguido

Las jugadoras del Unicaja celebran el triunfo.

Las jugadoras del Unicaja celebran el triunfo. / Marilú Báez

Había euforia lógica en Los Guindos tras la consecución del ascenso del Unicaja. Con rostros de evidente cansancio tras un fin de semana extremadamente exigente, Gema García, Vero Matoso y Claudia Alonso analizaban lo que había sido un partido loco.

"Estoy muy contenta, no me lo creo aún, ahora ya nos lo iremos creyendo. Se han pasado dos prórrogas, se ha pasado mal. A falta de pocos segundos iban cinco arriba ellas y lo veíamos negro, pero el equipo ha creído y nos hemos llevado el ascenso", decía la pívot Claudia Alonso, que ya sabe lo que es competir en Liga Femenina 2: "Ha sido una temporada muy dura, el nivel era muy bajo en Nacional pero en los entrenamientos se competía al máximo nivel. Yo creo que este equipo tiene continuidad en Liga Femenina 2, con esfuerzo y trabajo podemos competir ahí. Yo quiero seguir hacia arriba y tengo muchas ganas. Merece la pena estar en tu casa, con tu familia, reconforta".

El abrazo de liberación de Gema García, del Unicaja Femenino, con su familia

"La verdad es que ha sido un sueño cumplido, sufriendo mucho, pero así sabe mejor y por fin está el Unicaja en Liga Femenina 2", decía Gema García, que regresaba a su tierra con la misión de comandar la nave y lo ha conseguido: "La gente daba favorita al Unicaja, pero el Adareva y el Estepona estaban muy bien y Sevilla ha competido muy bien. Hemos tenido mucha cabeza, una pizca de suerte, lo hemos sabido llevar".

"Estuvimos con tensión, pero a la vez concentradas. Sabíamos lo que había que hacer, ellas tenían que ganar por seis y ha sido muy duro, con mucha tensión. Dentro se lleva de otra manera. Es un objetivo soñado, vine para que el equipo subiese y he podido ayudar. Éramos un equipazo y lo hemos conseguido", aseguraba la paleña.

"Málaga tira de baloncesto femenino, sólo hay que ver cómo se volcó el Pabellón, es un pasito más. Espero que esto sea el principio. Que desde la Liga Femenina 2 podamos ir a la Liga Día", decía con ambición Gema García, toda una subcampeona de Europa y con un gran currículum: "El nivel de esta fase es de Liga Femenina 2. Estepona podía jugar perfectamente ahí. Hay que reforzar un poquito, mezclar veteranas y jóvenes está bien, ellas pisan fuerte. Nos vendría bien algún que otro refuerzo, pero hay una base muy buena".

"He forzado bastante, pero es lo que había, vienen vacaciones, con un ascenso una se recupera bien", terminaba la malagueña, que jugó con una rodilla maltrecha nada menos que 50 minutos.

Mientras, Vero Matoso fue la que rubricó el ascenso con dos tiros libres para completar un partido espectacular, con 15 puntos, 20 rebotes y cuatro asistencias. "Fue muy sufrido hasta el último segundo con las prórrogas. Sabíamos que no iba a ser fácil. Sabíamos que la pena de la Primera Nacional es que no se acerca al nivel de exigencia de estos partidos, pero dije que si estábamos juntas y todo el equipo respondía íbamos a subir y ahí está. El final era más de corazón que de piernas. Estábamos sin gasolina, pero como en el partido del sábado no podíamos perder la esperanza. Quedaban 10 segundos y lo teníamos fuera y creímos y supimos sacarlo", explicaba la ala-pívot canaria.

"Estoy muy emocionada porque es el mayor reto al que me he enfrentado en mi vida. He jugado en Liga 1 y 2, pero aquí ganas de 80 y yo soy un persona muy competitiva, sufro si no gano en los ejercicios de tiro, y apenas competíamos. Es la felicidad pura, ha valido la pena. Es una de las cosas más gratificantes de mi carrera. 100% segura de que es de lo mejor", proseguía Matoso: "El Unicaja ha querido contar con nosotras y significa que vamos para arriba. Intentaremos ayudar y hacer presión para que todos podamos dejar a Málaga en lo más alto del baloncesto femenino español".

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