El Unicaja y el Carpena están preparados para que venga 2023. El coro de Ibon Navarro cierra 2022 con un solvente triunfo ante el UCAM Murcia tras los dos pinchazos con Barça y Sassari. Faltaron las uvas para completar el cotillón en las gradas, que a cinco minutos del final a saboreaba la victoria (82-66) cimentada en gran parte en el dominio del rebote. El lunar está en la pierna de Lima, una pieza de un alto valor estructural.

Empezó el UCAM Murcia con las pistolas calientes. McFadden abrió con un triple que replicó Djedovic, pero se puso con 3-8 tras otro de Anderson que pillaba al Unicaja disperso hasta que Alberto le metió un poco de velocidad al partido y fue natural le remontada y el parcial hasta llevar el partido al 17-10, cuando Sito Alonso pidió tiempo.

En el baile de rotaciones también aparecieron imprecisiones y errores en la toma de decisión, estancando más de dos minutos el marcador hasta que Brizuela lo rompió con dos tiros libres para el 19-10. En la defensa posterior Lima, que llevaba poco en pista, se tiró al suelo por un mal gesto. Justo cuando más se hablaba de la condición física tan óptima del equipo malagueño. Mala pinta.

En la recta final del primer parcial emergió un Luther imperial con sendos triples y dos tiros libres para dejar el tanteador en 21-20 con Perry fallando varios intentos desde el perímetro.

Will Thomas abrió con un triple para estirar otra vez la ventaja (24-20). Fue el viejo señor Lobo el que sujetó al equipo, cada vez con más problemas para sostener al UCAM. Alberto Díaz repartió u par de asistencias al americano y a Kravish, pero los murcianos jugaron la baza de Jordan Sakho y fue reventando el aro y al Unicaja. Nueve puntos para el 33-35, que llegó tras un tiempo muerto de Navarro.

Estaba plano el Unicaja, bajando su porcentaje de acierto de fuera y desordenado en algunas transiciones, perdiendo balones de manera poco frecuente. Las caras delataban a los verdes, con un minuto por delante para voltear un 34-35 tras dos errores desde el 4,60 de McFadden. Pero otra vez atacó mal, con una penetración complicada de Djedovic que atacó el UCAM con otra canasta de Sakho compensada por Kravish, muy serio (36-37). El propio Sakho taponó a Perry en la última acción antes del descanso.

Regresó con nuevos aires el Unicaja, que endosó un parcial de 10-2 tras una penetración de Perry que encendió el Carpena y obligó a un tiempo muerto. Will Thomas y Kravish hacían mejor al equipo, que podría haber tenido algo más de ventaja si Perry no hubiese fallado dos tiros libres por el camino.

Diop rompió la inercia con un triple y una canasta bajo el aro (48-44). Pero no pudo con un Will Thomas que le remontó en línea de fondo y anduvo cerca del 2+1 y luego le metió otra en la cara (51-44). Ya con Alberto en pista de nuevo, la defensa era total desde línea de fondo y además complicaba la vida a Trice.

Mientras tanto, Darío se iba sacando canastones de vez en cuando. Eso se unió a una técnica a Alonso que el vasco cambió por un punto más (54-44). UCAM jugó la carta de Sakho nuevamente y acortó la separación (54-48). Brizuela y Osetkowski obraron el 60-48.

Diez minutos por delante para recuperar el camino de las victorias y seguir mirando al horizonte copero. Djedovic vio una técnica y luego cometió otras dos faltas, muy pronto, aunque el UCAM no veía aro (60-49). Mantenían los malagueños a distancia a los murcianos (66-55) y el Carpena empezó a divertirse. Volvieron las musas hasta para Ejim, que con dos canastas seguidas colocó el 70-55 y la grada entonó el himno.

Pese a los esfuerzos de los visitantes, que a dos minutos se colocaron (79-66), supo llegar bien el Unicaja a la orilla y algunos jugadores fueron limando sus estadísticas para el cierre del año 2022, con fiestecita en el Carpena con las acciones más estéticas. Ya se merecía estas mieles Málaga.