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Unicaja - Casademont Zaragoza: Una máquina imparable (104-78)

  • Séptima victoria consecutiva del Unicaja, quinta en ACB, con otra exhibición de baloncesto ante el Casademont Zaragoza

  • Varios jugadores a un nivel altísimo de productividad

  • Las fotos del partido

Tyson Carter machaca.

Tyson Carter machaca. / Pepe Gómez

Hay que tentarse la ropa y frotarse los ojos, se viene de donde se viene, pero el Unicaja es ahora mismo una máquina de jugar al baloncesto, un espectáculo que los fieles se merecen sobradamente por todo lo que han tragado en años de plomo. El disfrutar del día a día, de cada partido, es algo que se había olvidado y se ha recuperado. Hay ya más de 7.000 habituales que se han vuelto a enganchar al Unicaja y es la mejor noticia. El equipo que adiestra Ibon Navarro sumó ante el Casademont Zaragoza (104-78) su séptima victoria consecutiva entre las dos competiciones, quinta en la Liga Endesa. Desde aquel partido que se fue en Badalona no se muerde el polvo.

El Casademont Zaragoza, que se dejó en casa a sus pujantes jóvenes Mara y Langarita, salió muy enchufado al partido, exigiendo. Dominaba 7-14 en el minuto 5 de partido. Hacía daño en el rebote de ataque y metía más puntos de los que suele conceder el Unicaja. La salida de Melvin Ejim fue el despertador para avisar de que se subía el nivel. La coincidencia con Lima hacía más complicada la circulación maña. En el aspecto atacante estaba un inspiradísimo Tyson Carter (17 puntos al descanso), metiendo desde fuera y penetrando en transición como un cuchillo hasta el aro aragonés. También se sumó Kalinoski (dos triples). Pero no es en ataque en lo que es sobresaliente este Unicaja, con margen de progresión aunque cada vez se ven más mecanismos y hay menos problemas en estático. Esos mismos Carter y Kalinoski también son lobos defensivos. Se va Alberto y sale Perry, también un mosca que no deja de meter manos. Al fondo de la rotación aparece Barreiro, que físicamente también ofrece otro registro en la posición de alero. U Osetkowski, que luce con su versatilidad ofensiva y su facilidad para anotar, pero tiene unas manos muy buenas atrás, es un molino rápido para rebañar balones. Brizuela también parece un más que decente defensor cuando no hace tanto suponía con demasiada frecuencia un agujero negro... Así puede continuar la lista.

El Unicaja contuvo al Casademont. Desde el minuto 5 al 15, sólo le concedió seis puntos a los maños. Se pasó del 7-14 de salida a un 33-20, 26-6 que ejemplificaba bien cómo había cambiado el partido cuando el Unicaja subió las revoluciones. Porfi Fisac se ganaba una técnica por protestar recriminándole al equipo malagueño un saque rápido. En medio del recital defensivo había también canastas de mucha calidad. Una mano cambiada de Carter para acabar con la izquierda, más triples y gritos de MVP para el de Mississippi, que se va soltando y cuya integración permite ver a un jugador de otra dimensión, superior a lo que es hoy en día el Unicaja. 49-34 era el luminoso al descanso.

Tras el paso por el vestuario tomó el relevo Dylan Osetkowski. El californiano metió los nueve primeros puntos del equipo. Mate, posteo, triple... Su repertorio al completo para alternar las posiciones de cuatro y de cinco y ser un arma táctica devastadora. Tuvo algún momento el Casademont de hacerle alguna cosquilla y ver cerca los 10 puntos de renta, pero nuevo acelerón malagueño con un Kendrick Perry también entonado y un triple que permitía rebasar la frontera de los 20 puntos a favor (71-48) en el tramo final del tercer cuarto, pero el equipo rival metió un acelerón y le dio algo de picante al partido con un parcial de 0-10 al final del periodo (71-58). Está en ese punto el Unicaja en que hace parecer a los rivales peores de lo que son. Y es un mérito de Ibon Navarro y sus jugadores. El Zaragoza ha recuperado constantes vitales con la llegada de Fisac. La salida en el último cuarto fue salvaje por parte malagueña, en los dos lados de la pista. Dos triples de Kalinoski y robo del americano para un alley hoop magnífico para Carter, triple de éste, otra contra suya, dos continuaciones de Kravish... En un parpadeo, 88-62 y partido liquidado.

El Unicaja parece muy fino en diciembre, para pensar incluso en ser cabeza de serie en la Copa y seguir el ritmo de los grandes. Cuesta aún creerlo, pero es una máquina que está muy engrasada, quizá antes de lo que se imaginaba en verano con tanto fichaje. Badalona ya se ve cerca y ya se consiguió saltar hasta final de enero en la BCL. Hay ganas de ver al equipo de caza mayor y ante rivales potentes para comprobar su techo, pero lo más importante es que se disfruta del día a día, de cada partido, del baloncesto que se practica. Una medalla de quien construyó la plantilla, de quien la dirige y de los jugadores. Y hacía mucho tiempo que eso no ocurría.

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