La Euroliga crece, se convierte en una competición cada día más atractiva, seguramente a costa de las competiciones nacionales. Pero, en ocasiones, se convierte en una tarea difícil seguir los pensamientos y razonamientos de Jordi Bertomeu, CEO del organismo y la mente que mueve la mejor competición del mundo fuera de la NBA.

Durante esta semana, Bertomeu hablaba en una entrevista en la propia web de la Euroleague para valorar los 20 años de existencia de la competición como tal. En clave Unicaja, también se refería a la importancia de la Eurocup para dejar vías abiertas de acceso para proyectos pujantes hacia la Euroliga, aumentada a 18 clubes este año. "Esas dos licencias distribuidas para la Eurocup a través del ascenso y descenso que permitirán a proyectos ambiciosos y sólidos encontrar su camino a la élite", se refería.

Sin embargo, Bertomeu estuvo en Lyón para el estreno del ASVEL Villeurbanne, club que cuenta con el respaldo de Tony Parker en la presidencia y el Olympique Lionnais de fútbol. Derrotó, por cierto, al Olympiacos con autoridad. Antes, hubo una rueda de prensa en la que Bertomeu expresó sus visiones. Y el mensaje no casaba con el anterior. "Es el momento en el que estamos diseñando la Euroliga del futuro con un selecto grupo de 16 equipos que tendrán una presencia a largo plazo en la Euroliga. Y para el diseño de ese futuro, el ASVEL será parte de la conversación. Por tradición, por la pasión y por la ambición de este club y este proyecto. Confiamos en esta visión, en la dirección del ASVEL", decía el mandatario catalán.

¿Se va a una Euroliga completamente cerrada? ¿Se deja espacio a través de la Eurocup para que "proyectos ambiciosos y sólidos" puedan encontrar su camino a la élite? Dos mensajes distintos con días de diferencia.