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Unicaja - FC Barcelona: Los Celtics de Málaga (91-71)

Una foto del Unicaja - Barcelona

Una foto del Unicaja - Barcelona / Javier Albiñana

El Carpena fue el Boston Garden y el Forum de Inglewood a la vez. Los Celtics de Málaga abrazados a un showtime con colmillo. No tiene nombre lo de este equipo que ha cocinado Ibon Navarro, al que se le está poniendo cara de Scariolo (presente en el palco). Retumbó la inmortal melodía de Pablo López para cerrar un 2023 maravilloso tumbando al Barcelona, a quien deja herido con un 91-71. Es fascinante que tantos músicos del calibre que tiene en su plantilla cajista sepan dejar sitio al solista de turno para que el brillo sea común.

Desperdició sus cinco primeros ataques el Barcelona y cuatro el Unicaja en el arranque. Una vez que se quitaron el peso de las canastas iniciales, el partido entró en estado de ebullición y ambos conjuntos se retaron, sobre todo desde el perímetro. Le aguantaron el pulso los malagueños en principio ante los de Grimau, sujetos por Laprovittola y, sobre todo, por un inspirado Parra que anotó 11 puntos (con 3/3 en triples).

Un robo con posterior mate de Carter puso el 19-19, pero a partir de ahí el Unicaja perdió varios balones que los azulgranas aprovecharon para estirar la diferencia a 19-26. El cuarto iba a dar un poco más de sí, con el Carpena empezando a ver cosas raras en el arbitrajes. Se enervó el público a falta de unas décimas cuando se reclamó una antideportiva sobre Alberto que tras ser revisada quedó en eso, en protesta.

Fueron agitados los primeros diez minutos, pero el Barça ya tenía una diferencia importante a su favor que los de Ibon debían corregir para no perder la estela y luchar como Sísifo contra la montaña.

Si el ritmo era endiablado en el primer parcial, en el segundo aumentó en revoluciones. Sendos triples de Alberto y Taylor -desde su casa- y una canasta de Sima obligaron a Grimau a parar el partido (27-28). Tiró bien de pizarra para dibujar el camino a Willy, pero otro arreón cajista colocó un 35-30 que Darío minimizó con un triple (35-33).

No sabía cómo meter mano al Unicaja, que con una defensa poderosa, electricidad y don Will Thomas aumentó la renta hasta el 40-33. Grimau pidió otro tiempo con su equipo en bonus y casi tres minutos por delante. Un triple de Parker dio oxígeno a los culés, pero los malagueños tenían las manos rápidas y estiraron la ventaja (45-36).

Un desesperado Laprovittola dio un balonazo por la espalda a Perry tras una falta del cajista, que estaba siendo el dueño y señor del partido. Hubo amago de tángana y los árbitros fueron a revisarla. El argentino se llevó una técnica por la acción después de un buen rato de escudriñar las imágenes. El americano anotó su tiro libre y puso la máxima del duelo (46-36).

Forzó el Unicaja la séptima pérdida en el segundo parcial y Thomas anotó otro canastón en su mano a mano con Parker (48-36). El Barça buscó alguna compensación en los segundo finales, no tenía otro modo de frenar el vendaval verde. Lapro anotó un tiro libre para dejar el 48-37 al descanso. La guinda pudo ser un canastón sobre la bocina de Kravish, fuera de tiempo por décimas.

El tercer cuarto comenzó con algo menos de chispa pero volcado hacia los verdes, con un Barcelona desnortado y llegando al bonus en un abrir y cerrar de ojos. Se puso con más 15 el Unicaja (58-43), pero los culés forzaron algunas pérdidas y para llevar a otro escenario el choque, donde los de Ibon pudiesen correr menos y Satoranski manejase los tiempos.

Iba resistiendo el Unicaja, manteniendo a una distancia prudencial a los de Grimau, pero la cuarta de Perry a falta de un par de minutos trastocó los planes. Kalinic despertó para firmar el 65-58 e Ibon pidió tiempo con minuto largo por jugarse. Ganó el parcial el conjunto catalán, pero el 69-60 mantenía la llama encendida. Tocaba tirar de inteligencia emocional.

En un minuto pidió el primer tiempo muerto Grimau y luego tuvo que pedir otro porque entre Sima en defensa (felicitado por Ibon en plena marcha), las tablas de Thomas y la mano de Kalinoski pusieron un 76-62 que encarrilaba la victoria. Tenía la manita caliente, aunque fue Will quien anotó un triple imposible celebrado con júbilo por el Carpena para poner un +18 (80-62).

No bajó el pistón el equipo, con Sima enchufadísimo y Alberto siendo Alberto ante Satoranski. El pájaro estaba en el nido y el Carpena lo sabía. 12 victorias seguidas (superando la 2005/06 del título ACB) de esfuerzo, generosidad y dando un golpe duro al Barcelona además del potencial basketaverage. 91-71 al viejo coco de Ciudad Jardín. Menudo viaje.

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