Hechuras de equipo muy serio (64-74)

El Unicaja seduce por lo que muestra, pero más aún por lo que se adivina. La puesta de largo en la Liga Endesa fue seria y solvente. Sometió sin excesivos agobios al UCAM Murcia (64-74), que tenía bajas pero que se suele refugiar en un público caliente y en jugadores combativos para competir. Un punto de apoyo, la defensa. Innegociable para Plaza, la profunda plantilla de la que dispone le permite jugar con una baraja amplia de cartas. Tiene quintetos más defensivos y otros más ofensivos y optó por el primero para plantar una alambrada en su aro. Sólo le concedió 11 puntos al UCAM en el primer cuarto y ahí empezó a cimentar la victoria, con liderato en los 40 minutos de partido.

Seduce por lo que se le adivina porque hay piezas consideradas esenciales para el proyecto que aún distan del nivel que han exhibido en otros lares o en la propia pretemporada. Avisaban los compañeros de que había que tener paciencia con Ray McCallum y, tras deslumbrar en pretemporada, los dos primeros partidos oficiales le han humanizado, han recordado que existe un proceso lógico de adaptación desde otro baloncesto. Se le ve con un punto de ansiedad por demostrar, pero dejó un par de canastas y un par de asistencias de calidad alta.

Por suerte, llegó la competición y volvió el Alberto Díaz de guardia. Solvente en los dos lados de la pista, metió un triple cuando más apretaba el Murcia en el tercer cuarto antes de asistir para un alley hoop a Augustine y apagar la última revuelta local. El americano es canela para el juego que propone Plaza. Capaz de hacer un 2x1 a ocho metros de la canasta y recuperar. De rebotear y de asistir, de hacer muchas cosas distintas. Con ellos, un Jeff Brooks estelar (15 puntos y nueve rebotes), un Nedovic dominante y desequilibrante (12 puntos y cinco asistencias), un Suárez siempre solvente, un Milosavljevic mordiendo atrás para ganar minutos, un Salin que parece que llevara varias temporadas de verde... Así hasta un Shermadini que tiene que conectar con sus compañeros y viceversa. Debe manejar la atención extra que atrae como mejor pívot de la competición el año pasado.

Todo esto lleva a un Unicaja con hechuras de equipo muy serio, para pensar en cosas grandes. Este UCAM no es un superequipo, pero quizá fuera el estreno más estimulante de la era Plaza, que apostó por un quinteto aguerrido y con altas cualidades defensivas de salida. Decía el técnico en la víspera que le había insistido a los nuevos en lo que supone jugar en Murcia. Y comprendieron todos el mensaje. Alberto-Salin-Milosavljevic-Brooks-Augustine fueron los cinco que pusieron el partido sobre las vías para el Unicaja. Con más contundencia defensiva que ofensiva de parte malagueña, el UCAM veía el aro pequeñísimo. Salin metió ocho puntos (dos triples y un contraataque) para comenzar. La entrada de McCallum y Nedovic daba otra dimensión ofensiva. Y un triple del serbio era repelido por Urtasun sobre la bocina del primer cuarto (11-17).

Las primeras canastas de Shermadini y McCallum más una plástica entrada de Nedovic daban la máxima ventaja al Unicaja (11-24), que encontraba situaciones favorables para producir con el talento de sus exteriores. Una desconexión de un minuto permitió al UCAM regresar al partido (19-26) y llevó a Plaza a devolver a la pista al primer quinteto para recuperar la solidez defensiva. Al UCAM se le salieron dos triples prácticamente de dentro, pero Benite, siempre peligroso cuando entra en racha, seguía metiendo (22-28). Se perdió el Unicaja en ataque, con pérdidas de más (ocho al descanso). Pero un triple de Brooks tras una buena circulación dejaba al descanso nueve puntos de renta (24-33). La desproporción en aciertos de tiros de dos (5/18) y de tres (6/12) chirriaba.

Plaza optó por mezclar quintetos tras el descanso y la fórmula le resultó. Con Nedovic desequilibrante y el punto de cordura e intensidad de Alberto Díaz, el Unicaja empezó a despegar de nuevo. Mejores circulaciones (en apenas siete minutos ya se habían repartido tantas asistencias como en la primera mitad, con Augustine bien en ese aspecto) y posibilidad de canastas espectaculares, con mates de Brooks y un gran alley hoop de Nedovic a Milosavljevic. Brooks encadenó seis puntos y el Unicaja estaba con una ventaja de 15 puntos (35-50) y la percepción de pleno dominio. McCallum perdió dos balones nada más salir y el UCAM encadenó un parcial de 8-0 que devolvía a los locales al partido (43-50). Pero regresó a pista Alberto, que metió un triple y le dio un gran pase a Augustine para un alley hoop con el que se cerraba el tercer cuarto (43-55).

El Unicaja dominó sin grandes problemas hasta el final, con alguna canasta bonita, pero básicamente con una seriedad defensiva destacable a estas alturas de la temporada para dejar a un rival peligroso en un tanteo bajo. Plaza acabó jugando con Suárez y Brooks para terminar de ajustar los bloqueos. Con Nedovic de capataz ofensivo, con la constancia de Alberto y una sobriedad altísima de Brooks y Augustine, el Unicaja comienza la temporada avisando de que puede ser una temporada muy feliz. Tiene hechuras muy serias.