El Unicaja escapa de las garras del PAOK y sigue invicto en la BCL (77-63)

El Unicaja demuele en un cuarto final poderoso defensivamente a un rival de buen nivel que complicó la victoria

Darío Brizuela (27 puntos) fue el mejor estilete ofensivo

Las fotos del partido

Darío Brizuela deja una bomba.
Darío Brizuela deja una bomba. / Javier Albiñana

Pocos equipos en la Basketball Champions League pueden presumir de haber jugado una Final Four de la Euroliga y tener títulos europeos, en plural, en su palmarés. Unicaja y PAOK son dos de ellos. Un duelo con pedigrí e historia. Los griegos tiene ahora 10 veces menos de presupuesto que el Unicaja y podía presumirse un duelo desequilibrado, pero ni mucho menos lo fue, honran la camiseta y el escudo del águila bicéfala de un club que en los años 90 fue grande en Europa. Los helenos se agarraron firmemente a un partido que los malagueños dominaron desde el arranque pero nunca pudieron romper. Y hubo que masticarlo, sudarlo y casi sangrarlo para sacarlo adelante aunque el resultado fuera holgado (77-63). Un cuarto final defensivamente colosal permitió amarrar la victoria (el equipo visitante igualaba al inicio del último cuarto) y citarse con el Dijon para jugarse el primer puesto del grupo a final de mes. No fue brillante, pero fue otro partido para fortificar la idea sobre la que debe pivotar el proyecto de la temporada. Con esa base, la fluidez atacante debe llegar también. El PAOK es un buen equipo y el partido no fue un trámite, pero seguramente sirva más para un futuro. La BCL no es un paseo.

El cuerpo se cortó pronto con la lesión de Darko-Kelly, jugador del equipo griego. Las manos a la cabeza de compañeros y rivales y la rápida salida de las emergencias denotaban que era una lesión grave. Tenía el tobillo colgando en una posición antinatural. Fue retirado en camilla y fue rumbo al hospital. El partido había arrancado con dominio del Unicaja (10-3), pero el PAOK se fue metiendo progresivamente en el partido. Es un equipo con capacidad física y atlética, no a los niveles del equipo malagueño, pero bien trabajado y con un plan. No se fue del duelo y fue paciente. Había momentos en los que los de Ibon Navarro parecía que podían romper, pero no se superaba la renta de los 10 puntos. Se percibía colapso ofensivo, los tesalonicenses poblaban bien la zona.

Aunque las características del PAOK invitaban a pensar que podía ser un intercambio de golpes, suelen jugar posesiones rápidas y ritmo alegre, el entrenador Lykogiannis ya advertía en la previa de que tenían que bajar la frecuencia de tiros para que el Unicaja no se sintiera cómodo y no pudiera jugar a campo abierto. Al descanso, el plan no le salía mal. Un triple de Jaylen Hands, jugador con experiencia en UCLA y drafteado, sobre la bocina dejaba el marcador en un 36-32 que producía mejores sensaciones en los griegos. Había habido instantes para la quiebra, pero el PAOK se había mantenido, con canastas en final de posesión, como en un tres más uno del ex ACB Franke. Carter volvía tras la enfermedad y metía un triple en su primer balón.

Llamaradas de Darío Brizuela (27 puntos al final) tras salir del descanso volvían a colocar la distancia en nueve puntos (45-36), pero había hasta el momento un tope que el Unicaja no podía superar. Renfro, un interior moderno ligero con grandes muelles, metía un espectacular alley hoop. Es el Carpena en la BCL un escenario que puede cambiar carreras de jugadores, véase Tyson Carter. Polley y Franke hacía daño y, tras otro arreón de Brizuela, ahí estaba Riley para meter desde la esquina y obligar a Ibon Navarro a pedir tiempo muerto. Al final del tercer cuarto estaba todo abierto(57-54).

Darío Brizuela había mantenido al equipo con anotación continua de múltiples maneras, pero fue Alberto Díaz quien en el último cuarto encendió el horno para cocinar al rival. Fueron repetidas jugadas de altísimo nivel en varios conceptos distintos, desde el uso de los brazos al posicionamiento de piernas poderosísimo para aguantar las embestidas de su par. Cuando regresó Lima a pista, la temperatura subió más aún y al PAOK le costó más anotar. Sólo sumó cinco puntos del minuto 30 al 38 y medio. Es verdad que los árbitros dejaron ser duros. Un rebote largo que pilló Perry, junto a Alberto en pista, permitió al montenegrino de adopción atacar el aro y colocar el 68-59 que parecía ya una sentencia. Aparecería otra vez Brizuela y un espectacular mate de Osetkowski para terminar la faena, sin dejar de lado el recital defensivo.

Una victoria random de la primera fase de la BCL puede no aparentar mucho valor, pero ganar sufriendo curte. Y por el ambiente que había en el Carpena y cómo se celebraba al público, es evidente que le gusta lo que ve en la pista. Vendrán rivales más duros y habrá que crecer para hacer algo grande en la competición. Pero, de momento, el Unicaja se va perfilando y encadenando victorias.

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