Adam Waczynski fue uno de los jugadores más regulares de la temporada pasada. Su progresión desde que llegó a Málaga ha sido notable. Se ha convertido en un jugador más completo. Llegó de tener un rol protagonista en Santiago y poco a poco fue creciendo en Málaga hasta llegar a un constante buen nivel y aumentando su repertorio. Como plus, es un hombre querido por la afición malagueña, con carisma.

La continuidad de Waczynski no está clara. El Unicaja tiene hasta el 30 de junio para ejecutar la extensión recogida en el contrato que firmaron ambas partes en 2015. Ya hay dos aleros, Milosavljevic y Dani Díez, con contrato en vigor para la próxima temporada. El Unicaja, meses atrás, intentó negociar un nuevo contrato. Le ofreció al jugador polaco una cantidad inferior de lo que había recogido en ese año extra firmado en 2015 a cambio de una prolongación del vínculo. La oferta no satisfizo a Waczynski y sus agentes, que consideraban la rebaja excesiva. El club entendía que el sueldo firmado en el tercer año del contrato original era demasiado elevado.

En la misma situación que Waczynski está Salin, que tiene más opciones de continuar. Si se consumara el fichaje de Casimiro, es un jugador al que el entrenador tuvo en Gran Canaria. En la misma situación está Nedovic, que tiene hasta el 30 de junio para romper el contrato, algo que ocurrirá. La contratación del entrenador propiciará una aceleración en las gestiones.