Yannick Nzosa ya ha dado un paso de gigante en Movistar Estudiantes, la vía de escape del congoleño para volver a sentirse jugador de baloncesto, y cuya cesión desde Málaga que se vigila con atención. Necesita el pívot competir después de un año parado en Sevilla, año donde el Unicaja esperaba ese salto adelante, incluso que a medio plazo pudiese regresar a la primera plantilla. En LEB Oro debería tener un protagonismo alto, formando parte de uno de los grandes candidatos al ascenso, apuesta estudiantil basada en otros excajistas como Carlos Suárez y Francis Alonso, columna vertebral muy reconocible en Málaga. Todavía pretemporada, primeras probaturas, pero Nzosa suma rodaje, que ya es novedoso porque el agujero negro ya era profundo.

El canterano del Unicaja anotó 8 puntos el pasado sábado ante Clavijo (59-61), segunda victoria del conjunto de Pedro Rivero. Formando parte del quinteto inicial, anecdótico, pero confirma que Nzosa cuenta con todas las letras. Jugando muchos minutos como '5', que habría sido un recurso extraordinario si el congoleño estuviese en la actual plantilla del Unicaja. Habría quitado quebraderos de cabeza durante el verano. Por sus condiciones y un físico todavía por pulir, necesita ganar masa muscular aún, debería ser su posición natural. 4 puntos sumó Carlos Suárez en ese triunfo, por los 11 de Francis Alonso, otro que debería ser puntal en el proyecto estudiantil, ya recuperado de una lesión de rodilla que le perjudicó para hacerse un sitio en ACB.

También sumó 8 puntos Nzosa la pasada semana frente a Albacete (62-70). Adquiriendo kilometraje en unas piernas demasiado paradas en los últimos años, progresión frenada en seco, todavía con 19 años (cumplirá 20 en noviembre). Está a tiempo de encauzar una carrera deportiva donde vino todo de golpe al principio, irrupción que le hizo daño. Un año que va a ser crucial en su desarrollo.