Hay muchas historias circundantes a este Mundial sub 17 que arrancó en Málaga. Una de ellas es la curiosa historia de Zaccharie Risacher, el segundo malagueño de nacimiento en el Mundial aparte de Álvaro Folgueiras con España. El hijo de Stéphane, aquel alero zurdo que desparramó clase en su cuatro años en Málaga y miembro del equipo campeón de Copa y Liga en 2005 y 2006, nació en el Hospital Gálvez en el centro de la capital, apenas 40 días después de que el Unicaja levantara su primer título nacional en Zaragoza. Sólo vivió un año y medio y no tiene recuerdos de aquella época, sí de Murcia, donde su padre prosiguió su carrera.

Zaccharie debutó en el Mundial en Alhaurín de la Torre con el poderoso equipo francés, que ganó con bastante autoridad a Serbia (81-68) en el Grupo A, con el que España se cruzará en los octavos de final. Los dos equipos tienen potencial y conviene evitarles. Con el número 35 a la espalda metió seis puntos, capturó tres rebotes y repartió dos asistencias para siete de valoración en 15 minutos en pista. Este año ya ha tenido minutos en Euroliga, ya ha sido incluso titular, aún con 16 años, con el Asvel Villeurbanne en su primer año como jugador junior. Se estrenó el pasado 18 de enero con 16 años en un partido ante el Mónaco. Después, fue titular ante el Efes en Estambul. En el país vecino sonó con fuerza, es el jugador francés más joven de la historia en haber jugado un partido de la máxima competición europea. También jugó en la LNB, la liga francesa, aunque su equipo habitual es el de la liga de promesas que se juega allí, con partidos entre los filiales (sub 21). Allí promedia 12.5 puntos y 4.4 rebotes. También estuvo en el Adidas Next Generation de Belgrado con el equipo junior, con el que tuvo actuaciones destacadas, con 13 puntos y seis rebotes. Sumó cinco partidos con los grandes, que dirige TJ Parker, hermano de Tony.

"Es muy especial volver al lugar en el que nací hace 17 años. Es especial jugar aquí. No recuerdo nada de aquella época, pero un poquito de cuando estuvimos en Murcia. Después nos fuimos a Francia y no recuerdo demasiado de cuando viví en España", decía el también alero, de 2.03 metros, y con un tiro refinado como el de su progenitor. En Francia es visto como un claro proyecto de élite y en su club ya se le da hueco en un equipo que compite con los mejores de Europa. Curiosamente, ha coincidido esta temporada con Dylan Osetkowski, la última incorporación del equipo malagueño. 

"Mis padres me contaron muchas cosas de lo bien que vivieron aquí en Málaga y en España y de que fueron felices", recuerda Risacher, que estaba satisfecho con el debut de Francia y la victoria sobre Serbia y era ambicioso con los retos de una de las teóricas favoritas del torneo: "Es un buen partido, estábamos preparados para ganar. Estamos aquí para ganar el Campeonato, para ser campeones, es nuestro objetivo. Creo que podemos hacerlo hacerlo. Estoy contento de estar aquí, feliz por estar en Málaga".