Al Alhi-Unicaja, Copa Intercontinental: Carbonilla quitada (61-73)

El Unicaja se quitó la carbonilla, sudó el jet lag y derrotó al Al Ahli (61-73) en su estreno en Singapur en la Copa Interncontinental. La dificultad debe ir in crescendo aun cuando el cuadro malagueño sea el máximo favorito. Varios jugadores están lejos aún de un nivel competitivo alto, es normal en este punto de la preparación aunque los encuentros sean oficiales. Sólidas actuaciones de Tyson Pérez, James Webb y Tyler Kalinoski sirvieron para no pasar grandes problemas ante el campeón africano, que hincó la rodilla tras hacer un partido digno pero que no lo dio ante el vigente campeón.

En este tipo de torneos, tras un viaje transcontinental, con seis horas de cambio horario y con rivales sin dificultad extrema, el Unicaja es seguramente su principal enemigo, depende de cómo sean sus biorritmos, de cómo logre entrar en los partidos. Enfrente, un Al Ahli reforzado tras ganar el título africano. Con físico y capacidad atlética, como demostró dominando el rebote en el grueso del encuentro.

Al son de Tyson Pérez, el Unicaja domingó los compases iniciales, con más imprecisiones que acierto y con un ritmo anotador bajo. El equipo malagueño sigue pretendiendo correr, pero falta engrasar el procedimiento con las novedades. Con ese déficit en el rebote, pero las constantes defensivas del Unicaja eran correctas, con un Chris Duarte activo en las líneas de pase para tocar o robar. Se escapaba el Unicaja por 10-20 tras una buena secuencia anotadora, pero tras el tiempo muerto de Mohamed Elkerdany el Al Ahli, con actividad alta, volvía a engancharse.

Rotaba Ibon, con Djedovic de vuelta, con Webb entrando el último. Se había descartado a Tillie además de Manu Trujillo, pero se seguía viendo al americano jugando como tres con frecuencia. Seguía Xavier Castañeda algo perdido, con buenas intenciones, y Chris Duarte ofrecía un chispazo en el tramo final de la primera mitad aunque perdía la última bola antes del descanso y ello le enojaba (28-34).

Tras el paso por el vestuario, Ibon Navarro cambió algunas estructuras de quinteto y parejas. Y el Unicaja comenzó a despegar. Forzando pérdidas, generando situaciones más favorables, con un James Webb bastante activo en los dos lados de la pista, con Kalinoski sacando el fusil para producir puntos y mejorar el porcentaje en triples, aún peor en el caos del equipo libio. Las cosas suelen caer por su propio peso y, manteniendo unos mínimos de esfuerzo e intensidad, el Unicaja no debe pasar apuros salvo acierto sobrenatural, que no ocurría, del contrario. Con 36-53, otro tiempo muerto libio antes de unos minutos ciertamente disparatados en los que el equipo malagueño entró en la espiral que proponía el rival y enlazaba una serie de pérdidas poco serias del equipo malagueño para cabreo de Ibon Navarro. Al final del tercer cuarto, la distancia se reducía algo (43-55).

El equipo libio se metía plenamente en el partido bajando a siete la renta y ahí en esa frontera, sin que se viera peligrar en ningún momento el triunfo, se movió el tramo final del encuentro. Volvieron a aparecer jugadores entonados, como Webb o Kalinoski, también con la jerarquía de Perry, sin estar brillante o especialmente lúcido, pero con aplomo para llevarse el partido. La rotación bajó, Djedovic y Castañeda no aparecieron en la segunda mitad. Y el Unicaja se llevó el primer trámite de una Copa Intercontinental que igual en otros aspectos interesa a la FIBA aunque la imagen que se proyecta de un pabellón vacío en el que se oyen las conversaciones entre jugadores y las órdenes de los técnicos no es la mejor para dar realce al torneo. Para este viernes, segundo test, esta vez más potente, ante el Utsonomiya japonés. Una victoria ya daría el acceso a la final del domingo. Mantener la humildad es parte básica para seguir en este ciclo ganador del que no se quiere salir.

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