Balcerowski no baja los brazos: "Vamos a seguir luchando por llegar a la final"
El polaco se mostró crítico y desanimado tras la derrota en el Movistar Arena
Así te contamos la derrota

El Real Madrid consiguió una holgada victoria en el Movistar Arena en el primer partido de las semifinales del Unicaja. Los malagueños se vieron superados tras unos buenos primeros minutos por el gran acierto exterior de los locales, que abrieron la brecha a base de tiros de tres. Después de esto, Olek Balcerowski habló para los micrófonos de 'Cope Málaga' en los vestuarios del recinto de la capital.
El interior de origen polaco quiso animar a los aficionados para todo lo que queda de eliminatoria ante el equipo blanco: "Exacto, vamos a seguir intentando luchar por la final que al final aquí se puede jugar hasta cinco partidos". "No sé ni cómo comentar esto, ¿sabes? Puedo decir solo que solo fue el primer partido y el viernes va a ser 0-0 para nosotros". añadió al ser preguntado por una valoración en caliente del primer encuentro en el Movistar Arena.
Por último, Olek Balcerowski fue muy crítico con el juego del Unicaja en este inicio de la eliminatoria: "No, no hemos jugado a nada. Ha sido un partido complicado desde el primer momento para nosotros y nada, sí puede ser que no hemos corrido, ni tampoco hemos jugado con tanta energía como lo hicimos con el FC Barcelona, pero bueno, vamos a intentar hacerlo el viernes mejor de lo que lo hemos hecho hoy y vamos a ver qué pasa".
Aluvión blanco
El Unicaja no supo por dónde le vino el aire en el arranque de las semifinales de la Liga Endesa en Madrid. Ante un rival mentalizado para salvar la temporada con el título de Liga, con una profundidad de plantilla y una capacidad física superior a la del Barça, el escenario es distinto y más complicado. La contundente derrota encajada en el Movistar Arena es sólo eso, una derrota. Pero fue preocupante la falta de energía, lo decían los propios protagonistas, con la que el Unicaja salió al partido. 72 horas antes se había vivido un torrente de emociones más todo el castigo físico de dos prórrogas en seis días, pero es la realidad del play off. No hay tiempo ni para celebrar ni para lamerse las heridas. Es el Madrid mejor equipo, pero no por la distancia en el marcador y las sensaciones que se desprendieron en el primer choque (99-81).
El partido estuvo condicionado por un inicio en el que el Madrid se sintió muy cómodo. Y es un problema serio ante tanto caudal anotador. Tanto, que anotó nueve triples el equipo blanco para liderar 29-14 tras 10 minutos. Situaciones sencillas para los talentosos jugadores blancos, que en un contexto de exigencia menor para anotar no tienen rival. Cuando Ndiaye, para nada mal tirador desde la esquina en esa situación, anotaba desde la esquina dos triples para responder a los de Tillie algo empezaba a oler mal. Se puede contener algo si hay un acierto propio. Pero la puntería blanca impedía correr al Unicaja, que también caía en la precipitación y perdía balones. Y en estático espera Tavares, con la dificultad que ello implica para generar situaciones de anotación cómodas. La defensa blanca era de muy alto nivel, con un respeto máximo al Unicaja. Ibon se guardaba para el segundo cuarto a Kravish, la habitual kriptonita para el caboverdiano. Metía cinco puntos para empezar el de Illinois y comprimía la distancia a 10 puntos (34-24). Había alguna situación más favorable, pero no existía la continuidad en ataque y defensa necesaria para competir ante tamaño contrario. Hezonja y Musa habían disparado la ventaja con su acierto, Campazzo tenía mucho impacto en la creación y la defensa (cinco robos al descanso) y secundarios con papel creciente, como Abalde, castigaban la atención sobre otros jugadores. El 51-31 era fidedigno con lo que había ocurrido en los primeros 20 minutos.
“Nos falta batería. Las piernas pesadas, ninguna recupeción, ningún punto de contraataque, bajas posiciones defensivas... Sólo podemos hacerlo mejor”, era el diagnóstico en Movistar al descanso de Ibon Navarro. Pero no, no cambió el decorado. Los tiros se quedaban cortos y no había ese fuego para cambiar la dinámica de un partido así ante el Real Madrid. Alcanzaba ya el cuadro blanco los 25 de renta (63-38) después de que Andrés Feliz le hiciera el segundo dos más uno a Perry, especialmente irreconocible. Sucedían después mejores minutos malagueños en ataque, más pacientes para encontrar mejores tiros, pero siempre aparecía algún madridista, especialmente Musa, para despejar cualquier intento de reacción cuando se bajaba de los 20 puntos (75-53 tras el tercer cuarto).
En el último cuarto, con todo decidido, Ibon probó algunos detalles, como alinear a Balcerowski y Kravish juntos. También descargó a ciertos jugadores de minutaje y algunos pudieron coger mejores sensaciones. Garuba se fue con una brecha tras un choque fortuito con Tillie, Ejim marcó territorio con una falta dura con Tavares y con garra en los últimos minutos. El Unicaja ya sabe el nivel de agresividad que tendrá que emplear y el de baloncesto que deberá alcanzar si quiere hacer sufrir, siquiera competir, al Real Madrid. El conjunto blanco tiene máximo respeto después de haber perdido dos finales esta temporada con el cuadro malagueño y ya lo evidenció sobre el parqué. En 48 horas, segundo asalto en el mismo escenario. Se espera que con distinto resultado.
También te puede interesar
Lo último