Barcelona-Unicaja: Con el punch perdido (83-81)

El Unicaja se fabrica opciones para ganar en Barcelona, pero el rival juega mejor los minutos finales; se salvó el average con los azulgranas, lo que protege algo más el cuarto puesto

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Taylor, defendido por Punter y Willy.
Taylor, defendido por Punter y Willy. / ACB Photo

El Unicaja tuvo opciones muy reales de ganar en Barcelona, hizo un partido serio y competitivo, sin dar mejor versión, pero suficiente para fabricarse opciones. Era una oportunidad propicia, el rival estaba castigado físicamente, con bajas también. Pero en este tramo de vallle en la temporada, que se va alargando hasta acumular seis derrotas consecutivas en la Liga Endesa, adolece de ese punch, de esa pegada demoledora que ha construido esta etapa de gloria. Se le puede llamar clarividencia, mejor toma de decisiones en los dos aros, acierto... Pero falta una peseta para el duro. Del mal el menos. Se salvó el average y el cuarto puesto está algo más protegido aunque el Barcelona esté solo a un triunfo cuando no hace tanto estaba a cuatro. Debe recuperar el rival dos triunfos en cinco partidos para tener el factor cancha en la previsible eliminatoria de cuartos de final.

Ya con mayo en el horizonte y un título en juego en apenas dos semanas, el Unicaja mejoró las prestaciones de las visitas en los dos últimos meses, salió más concentrado y sin recibir parciales amplios, aunque el Barcelona llevaba las riendas del encuentro. Estuvo presente durante todo el partido el gigante Fall en los dos aros, también hicieron daño en distintos tramos Parker y Anderson, un jugador a veces histriónico pero que da energías y piernas al Barcelona, también un punto de locura. Se desarrolló el primer tiempo con ventajas en torno a los cinco puntos para el Barcelona, con amago de romper en algún momento pero con contención. Los dos equipos perdían más balones de lo que suelen y al Unicaja le costaba, especialmente con quintetos concretos, encontrar aro con frecuencia. Los borbotones de clase de Tyson Carter permitían estar plenamente en el duelo y marchar al descanso (39-37) con las espaldas en todo lo alto.

En el tercer cuarto cambió la tendencia del duelo, en esta época con Ibon es un periodo clave en el que suele cambiar la tendencia de los partidos el equipo malagueño. Salió algo más lúcido tras el descanso, mejorando en ataque estático, con buenas salidas tras indirectos bien ejecutadas y canastas bajo aro sencillas. Encontraba el Unicaja a Taylor, un punto más de acierto. Perdía, eso sí, buenas opciones para escaparse, subir a más de dos posesiones de diferencia. Y quizá en esos detalles estuvo el partido. Una bandeja sin oposición de Osetkowski, un par de segundos esfuerzos que no entraron, ese triple abierto, los canastones de Brizuela, Parra o Parker en momentos concretos. Es esperable de un rival de la categoría del azulgrana, en el fragor de un duelo en el que ha sido bastante inferior ante el Mónaco en los duelos en La Roca. Necesitaba estímulos positivos. Y los iba encontrando. Tuvo otro par de opciones el Unicaja de estirar más allá. Llegó con un punto de ventaja al último cuarto, subió la renta incluso, Taylor dio algo de aire. Pero no dio abasto. Jugó el Barcelona mejor el encuentro en los minutos finales y el Unicaja en el último minuto jugó para no perder el average que ya se escapó en Valencia. Quizá a medio plazo se valore. Es una inversión que habrá que ponderar a final de temporada. Cuesta ver perder tanto a un equipo que, no hay que olvidarlo, cerró la primera vuelta como líder y ahora está a seis victorias del Madrid. Todo por el bien mayor de llegar a tope al play off para derribar la última frontera. En junio se verá, aunque antes hay faena gorda las dos próximas semanas.

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