"Esto es una locura. Es la hostia. En otro deporte sería imposible", afirmaba el seguidor del Unicaja Harper Fernández respecto al ambiente vivido en los aledaños del Palacio de los Deportes José María Martín Carpena durante estos primeros días de la celebración de la Copa del Rey de baloncesto 2024 y es cierto es que los alrededores del pabellón se han convertido en una fiesta del deporte con personas de todas las aficiones apoyando a su equipo, pero, sobre todo, pasándolo bien y festejando en una cita señalada en el calendario de todos los aficionados de este deporte a nivel nacional. 

Como es tradición cada año con la celebración del torneo del KO por excelencia en el deporte español, las aficiones se conjuraron desde el mediodía cerca del recinto para comenzar con la clásica previa antes de que la jornada diese el pistoletazo de salida con el FC Barcelona-BAXI Manresa y el esperado Unicaja de Málaga-Lenovo Tenerife, que harían posible una reedición de la final del año pasado en los cuartos de final. Aprovechando este partido, otro seguidor de la entidad de la Costa del Sol llamado Juan Luis Roquero afirmó: "Es una oportunidad de oro para revalidar el título, pero una derrota no sería un fracaso".

Tras esto, la gente comenzó a ingresar en el Palacio de los Deportes José María Martín Carpena para ver el derbi catalán y, salvo los desplazados culés, la gran mayoría de los allí presentes entraron, habiendo elegido bando de forma previa a favor del cuadro entrenado por Pedro Martínez y así fue durante toda la duración de tan encarnizado enfrentamiento, pero, especialmente, después de la declaración de intenciones de los de la ciudad del Bages, que no tiraron la toalla en ningún momento y se les escapó el billete a semifinales en los últimos segundos de partido. 

En el descanso de esta eliminatoria, sucedió uno de los momentos más llamativos y representativos de lo que es una Copa del Rey, porque las aficiones de Unicaja y Tenerife se reunieron en la recta por la que acceden los jugadores y staff técnico para recibir a sus equipos antes de este 'nuevo clásico', que ya los enfrentó la pasada campaña en la final de esta competición, cuartos de final de los playoffs de la Liga Endesa y el tercer y cuarto puesto de la Basketball Champions League. Para esto, se desplegaron bengalas de color verde y morado por parte de la hinchada local, que al son de la música proporcionada por 'Los Mihitas' convirtieron en una fiesta la espera, en la que se intercalaron cánticos entre aficiones adversarias con todo el respeto del mundo. Sin embargo, la llegada del autobús se convirtió en una bendita locura de los malagueños presentes que recibieron a los suyos entonando el himno del al unísono con los luminarios ya mencionados y bufandas al aire. Además, López Nieto no se quiso perder nada y salió a recibir a sus jugadores en la entrada al recinto deportivo. Sobre esto, Manu García, acérrimo de los de Ibon Navarro, comentó: "Es una bendita locura. La mejor afición de la Liga Endesa. Había que recibirlos como se merecen".

Después de esto, se dio el plato fuerte a las nueve de la noche perfecto para cenar con el duelo entre estos dos equipos. La aguerrida batalla sobre el terreno de juego tenía un claro ganador en las gradas, puesto que la hinchada malagueña supo aprovechar su superioridad numérica para que se diese también de forma sonora y que se notase más su apoyo a Ibon Navarro y sus discípulos que el también existente hacia los de Txus Vidorreta por parte de los canarios. A pesar de esto, fueron los insulares quienes se hicieron con el pase a semifinales para verse este sábado las caras contra el FC Barcelona.