Breogán - Unicaja: Derrotas no previstas (81-79)
El equipo enlaza dos tropezones a domicilio ante Girona y en Lugo, donde el equipo local tuvo más hambre y acierto para tumbar a los de Ibon Navarro
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El Unicaja se dejó su segunda derrota consecutiva a domicilio en ACB. Girona y Lugo, pistas en las que rara vez se falló en las dos temporadas anteriores y en las que se ha hincado la rodilla. No pudo el cuadro cajista con el Breogán de Luis Casimiro (81-79), que está haciendo un trabajo sensacional para revitalizar a un equipo que estaba bien abajo y que ha ganado seis de los 11 partidos desde que llegó. Crédito para el ex técnico cajista, que ha conseguido que su equipo crea y que tenga mucha hambres, más de la que demostró el Unicaja sobre la pista. No fue un buen partido, pudo dar para ganar, pero cayó la derrota en la víspera de la Copa del Rey. Alertaba Ibon tras el sorteo de los resultados extraños que hay en estas semanas previas. Y sí, han caído dos derrotas no previsibles en el nivel actual cajista, pero los rivales fueron mejores. Hay que mejorar para tener opciones en Las Palmas desde el próximo jueves, aunque allí habrá tabla rasa.
El Unicaja salió al partido a un correcto nivel de concentración y cogió las riendas del partido, con un parcial de 0-7 y una distancia de 9-15 que fue recortada por dos triples del Breogán. Encontraba el equipo de Luis Casimiro situaciones para tiros cómodos liberados en las esquinas, alguno concedido quizá en el plan de partido malagueño. Eso sí, regalaba demasiados tiros libres. Tiene jugadores el cuadro lucense con talento anotador para crearse sus propias canastas, como Grant o Hilliard, este un jugador de calibre y pasado Euroliga que busca un reimpulso en su carrera. A pie de pista estaba su agente, Misko Raznatovic, que prácticamente lleva los asuntos de la mitad de los jugadores que intervenían más Ibon.
Una falta en ataque sacada por Alberto Díaz permitía al Unicaja ir arriba al final del primer cuarto (17-20). En el segundo apretó el acelerador el equipo malagueño. Con alguna pérdida más de las que suele, peaje que ocurre a veces por el altísimo ritmo que se impone a los partidos, lo que acerca el error. Pero, con una rotación corta por las lesiones en el Breogán, parecía imponerse la batuta malagueña, con vértigo, chispazos de los Tyson, con Carter con alguna canasta de calidad máxima y con Pérez sacando de catálogo el tiro de media distancia con éxito. El Unicaja estaba ahí cerca de ese fino equilibrio de romper los 10 puntos de diferencia a favor, siempre un punto psicológico aunque en el baloncesto moderno las diferencias son volátiles y más sencillas de remontar. La distancia era de ocho puntos al descanso (34-42).
La salida de los vestuarios, sin embargo, fue pésima por parte del equipo malagueño. El quinteto fue completamente distinto al de la primera parte y esta vez no le salió bien a Ibon. El Breogán cogió mucha confianza y metió los ocho primeros ataques, con varias canastas sencillas en continuaciones. Con acierto, pero con cierta pasividad defensiva malagueña. Fue una tormenta sobre el aro cajista. En apenas cinco minutos se encajaron 22 puntos, una cifra desmedida y con el foco perdido también en ataque. No defender implicaba no correr. Mientras, el Breogán volaba y culminaba un 22-6 (54-48) demoledor, con Jordan Sakho convertido en un ogro en los dos aros. Cogía algo de aire el Unicaja dos triples de Perry y uno más Kalinoski más una gran canasta tras rebote de Tyson Pérez (58-59). Recuperaba el aliento con esa entereza mental que caracteriza a este grupo de jugadores, pero la lucidez y la continuidad no eran las más elevadas. Aguantaba el Breogán (62-61) con el mando al final del tercer cuarto. Al menos había capeado el temporal el Unicaja para jugarse todo en los 10 minutos finales.
En el cuarto final hubo momentos críticos que anunciaban el desenlance, aunque el Unicaja se acababa agarrando. Con 70-65, un rebote de ataque de Kalinoski para asistir al triple de Tillie era un balón de oxígeno. Remontaba el Unicaja (70-72 y 73-76), pero esta vez no había esa marcha extra más para dejar al rival en la cuneta. Aparecía Hilliard, Eric Vilá hacía el partido de su carrera con varios triples en el cuarto final y en los minutos finales ocurrieron variaos errores de los dos equipos. Ganaba por dos el Breogán y Hilliard subía la bola y cometía la infracción de ocho segundos para pasar de campo. Pero Sakho volvió a intimidar a Kravish. El hambre en el rebote fue determinante, al Unicaja se le fueron varios claves en el cuarto decisivo, como el que cogió Apic. Tuvo, no obstante, un triple a la desesperadaKalinoski desde su campo. También erró el de Ohio cuando no dejó salir el mal saque de banda del Breogán, que hubiera permitido sacar y montar un jugada. Dos derrotas en Girona y Lugo con equipos de zona baja, donde en las dos anteriores temporadas no se había fallado casi nunca. Es la forma en la que llega el Unicaja a la Copa. Hay quien piensa que no viene mal...
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