Carlos Arroyo: "Chris Duarte quería volver a enamorarse del baloncesto, es un talento increíble"

La leyenda boricua, coapoderado de Vaqueros, explica cómo el dominicano, tras quedar apartado de la NBA, recuperó la ilusión y la pasión por el juego en Puerto Rico: "Ama este deporte; es un tipo centrado, humilde..."

Duarte habla del Unicaja

Carlos Arroyo y Chris Duarte.
Carlos Arroyo y Chris Duarte. / BSN

Carlos Alberto Arroyo (Fajardo, 1979) es una de las grandes leyendas del baloncesto de Puerto Rico y referente indiscutible en toda Latinoamérica. Base de enorme talento, carácter y personalidad, fue durante más de una década el rostro de la selección, con la que alcanzó la cima en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 al liderar la histórica victoria sobre Estados Unidos. En la NBA disputó más de 500 partidos a lo largo de una carrera de ocho temporadas, con pasos por equipos como Toronto Raptors, Denver Nuggets, Utah Jazz, Orlando Magic, Detroit Pistons, Miami Heat y Boston Celtics. En Miami compartió vestuario con LeBron James, Dwyane Wade y Chris Bosh, formando parte de uno de los proyectos más mediáticos de la liga. Su huella no se limitó a Norteamérica: también brilló en Europa, conquistando títulos y dio lustre a su carrera en clubes como el Maccabi Tel Aviv, Besiktas, Galatasaray o Barça, siempre con su liderazgo y capacidad ofensiva como señas de identidad. Ganador en múltiples ligas y querido por su gente, hoy Arroyo sigue vinculado al deporte como coapoderado de los Vaqueros de Bayamón, el hasta ahora equipo de Chris Duarte. Buena relación entre ambos y pegados durante la final de Puerto Rico en la fila VIP.

En una entrevista para Abriendo el Podcast, medio dominicano, Carlos Arroyo cuenta cómo se cocinó el fichaje de Duarte por Vaqueros, resultando muy positivo por ambas partes. “He seguido a Chris toda su carrera. Nos conocimos hace un año y medio, en un showcase en Orlando, hace ya algún tiempo. Y tuvimos una conversación, pero nada en especial: hablando de su carrera y felicitándolo por lo bien que lo estaba haciendo. Y cuando surge la situación de Chicago (los Bulls cortan a Duarte en febrero), yo entendía que un jugador como él, con un talento increíble, iba a terminar en Europa u otro equipo de NBA. Pero cuando lo dejan en libertad es una fecha incómoda, entonces, y yo que pasé por ese proceso en mi carrera, me comuniqué con él y tuvimos una primera base. Le propuse una visión del equipo que se estaba formando en Vaqueros; él es conocedor de nuestra Liga, ha venido a Puerto Rico, a jugar con la selección. Pero me comunicó que tenía otros planes en ese momento. Me dijo que si algo cambiaba, nos íbamos a comunicar. Y así fue. Tenía una oferta de Europa, otra de NBA y también de China. Puedo corroborar que tuvo esa oferta de NBA porque hablé con gerentes de franquicias NBA y tenía una oportunidad real, pero no le interesaba en ese momento”, detallaba el coapoderado.

Duarte y Arroyo, durante la final de Puerto Rico.
Duarte y Arroyo, durante la final de Puerto Rico. / BSN

Arroyo describió cómo el cajista se encontraba en una especie de agujero negro emocional y deportivo, un juguete roto tras perder su sito en NBA. “Chris lo que quería era jugar, volver a enamorarse del baloncesto. Yo he pasado por esa situación, entendía como podía sentirse, de que ese amor por el juego regresase; de jugar bien, sonreír. Él ha hecho eso en Puerto Rico. Mete un triple y se acerca a la grada enseñando todos los dientes. Eso lo hace el juego. Puedes estar ganando todo el dinero del mundo, pero si no disfrutas lo que haces, y no hay esa pasión, no lo vas a pasar bien. Y así fue. Estábamos en el proceso de fichar nuestro tercer refuerzo, discutiéndolo, y recibí su llamada. Hablamos de la oportunidad que podía tener aquí, del rol en este equipo, si estaba dispuesto a aceptarlo. Él aceptó, además Chris quiso conocer la cultura de aquí; su esposa es de Bayamón, al igual que toda su familia. Así sucedió. Algo muy natural, también las conversaciones con sus representantes. Todo fluyó muy bien. No pudo empezar a tiempo por el visado, pero todo pasa por una razón. Ha lucido muy bien. Estaba desesperado al principio porque quería jugar. Normal, un tipo de 26-27 años, con una cancha llena… Pero aprendió mucho en esos momentos. Se mantuvo entrenando bien. Nosotros nos quedamos horas y horas con él. Yo le decía que me tenía que ir a trabajar. Es un apasionado del baloncesto; ama a su familia, un tipo bien centrado, humilde, apasionado con el deporte y con su país también. Le decía de broma que le iban a llamar el Padre de la Patria porque aquí la gente lo quiere mucho. Muy contentos con él”, desarrollaba Arroyo.

Y muy contentos en Málaga. El Unicaja espera a Duarte para finales de esta semana. No hay necesidad de que esté para jugar en Melilla o en el Costa del Sol, pero puede ir conociendo compañeros y manera de trabajar y también adaptándose a la metodología particular de Ibon Navarro y su staff. Queda poco para ver al fichaje estrella. Ha despertado mucha ilusión, pero desde dentro prudencia y paciencia para adaptarse a otro baloncesto.

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