La carrera de Ryan Boatright, que fuera temporero del Unicaja en la temporada 2018/19, sigue en caída libre. Tras ser despedido del Rytas Vilnius, por el que había fichado hace unos meses, ahora firma por un equipo de la segunda división de francesa, la Pro B, el París Basketball. A sus 28 años, se vincula por lo que queda de campaña y la siguiente al cuadro francés, que pretende subir a la primera división gala.

Llegado a comienzos de 2019 por una plaga de lesiones en el juego exterior, para reforzar al equipo para la Copa del Rey y el Top 16, acabó siendo un jugador prescindible, se le rescindió el contrato antes de que llegara hasta final de temporada, como había firmado. Jugó 15 partidos, en los que promedió 6.9 puntos y 2.7 asistencias en 14 minutos de media. No se metió en dinámica y protagonizó algún episodio de indisciplina en el club que llevaron a tomar esa medida. 

Estrella universitaria en los Huskies de Connecticut, con los que consiguió alcanzar el título de la NCAA en 2014, jugó en los Grand Rapids Drive de la Liga de desarrollo antes de debutar en Europa con la Orlandina Basket. Más tarde, jugaría en China en las filas del Guangzhou Long-Lions, para volver a Europa a las filas del KK Cedevita croata, donde le entrenó Veljko Mrsic y quizá dio su mejor versión. El Besiktas turco fue el paso previo a dos equipos de la G-League, Agua Caliente Clippers y Texas Legends, antes de aterrizar en el Unicaja.

Durante la temporada 2019-20 jugó en las filas del KK Cedevita Olimpija. A finales de temporada, se compromete con BC Avtodor Saratov de la VTB League y noviembre fichó por el Rytas, donde también acabaron cansados de su actitud. Ahora, en Francia, tiene la opción de repuntar una carrera prometedora que se va estancando.