La celebración de la BCL del Unicaja, con júbilo y un mensaje: "A por la Liga"

El equipo brinda con su afición por el cuarto título de una increíble temporada que aún no ha acabado y fantasean con la posibilidad de verse en la calle en junio

El mensaje de Alberto Díaz

El Unicaja celebra con su afición.
El Unicaja celebra con su afición. / Javier Albiñana

Un lunes después de un título es distinto. La plantilla del Unicaja lo celebró en la madrugada como los dioses mandan, que allí había muchos, en Atenas y después emprendió un camino largo de regreso, dilatado por dos horas largas de retraso en el enlace en Barcelona. Pasadas las 18:30 horas se tomaba tierra en la Costa del Sol y se decidía acelerar el plan de celebraciones, ya comprimido sobre el habitual, para conmemorar esta Basketball Champions League, el cuarto título de una increíble y seguramente irrepetible temporada. Allí en el aeródromo había un centenar de personas. A diferencia de las últimas llegadas, de madrugada, muchos niños pequeños y chavalería. Y esa es una de las gradezas de este equipo, que ha sabido conectar y está fidelizando a una generación de futuros adultos como inmortales seguidores del Unicaja, que en 2027 cumplirá sus 50 años de historia. Algo que ya maquina en su mente Antonio Jesús López Nieto, presidente cajista, aunque en ese año sea cuando termina su mandato. Y ese dicho de padres a hijos se veía en imágenes en el Pablo Ruiz Picasso y un par de horas más tarde, previo paso por el Centro Cultural Fundación Unicaja para un encuentro privado con los mecenas que garantizan el suelo de la entidad, caras de felicidad en los más pequeños, que recitarán de memoria quiénes formaban parte de este equipo.

De la expedición de 15 en Atenas no estaban en La Victoria Manu Trujillo, de exámenes de Segundo de Bachillerato, y un Jonathan Barreiro que hizo un gran esfuerzo por jugar la final y estaba derrengado. Los Mihitas amenizaban la espera con el cántico que se traen como recuerdo de Atenas y de la hinchada tremenda del AEK, una pegadiza versión con la banda sonora de “El último mohicano” que se metía en el cerebro de los allí presentes en el Sunel Arena. Está bien hacer acopio cultural de los rivales a los que se somete en este periodo de gloria por parte del Unicaja.

Un improvisado discurso en la explanada de La Victoria, después de la pertinente ofrenda, del capitán y el jugador más laureado de la historia del club, Alberto Díaz, definía bien lo que es este Unicaja histórico. “Este grupo es maravilloso, además se sienten malagueños. Un aplauso para ellos y el cuerpo técnico, que se esconde pero está ahí. Disfrutad como lo estamos haciendo nosotros, no sólo por conseguir cosas como estas, también por tener el Carpena lleno cada día, por el cariño que nos mostráis. Esto es para vosotros, para que lo disfrutéis, para que os sintáis orgullosos de dónde somos y dónde vivimos, de Málaga y Andalucía”, decía el pelirrojo, que completó una Final Four sensacional en lo que tiene poco rival en Europa.

Después, cánticos y un mensaje que las dos partes asumen que no es imposible, aunque no deba ser ninguna carga. “A por la Liga, oé”, se cantó. Y quién dice que a finales de junio, dentro de mes y medio, no está otra vez Málaga en las calles celebrando un repóquer que sería más increíble aún.

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