Copa Intercontinental: ¿Por qué está el Unicaja en Singapur?
La FIBA tiene en el continente más poblado del mundo un foco de crecimiento y allí reúne a los campeones de cada zona mundial
Llegada tras 17 horas
El futuro del mundo, sostienen no pocos economistas y expertos en geopolítica en un momento especialmente convulso, está en el Estrecho de Malaca, allí donde el Unicaja llegó a media tarde del lunes en hora local para jugar la Copa Intercontinental por segundo año consecutivo. No es ya un viaje extraño para el grueso de la expedición. Los VIPS se quedaron en la escala en Estambul varios días mientras el equipo tomaba contacto con el Hotel Pan Pacific de Singapur, su casa esta semana. Ya este martes se ejercita en el Palacio Singapore Sports Hub, sede de la competición. Hay también Media Day.
La FIBAle da esa importancia a Asia. Los dos últimos mundiales de baloncesto masculino los celebró allí (China’19 yJapón-Indonesia-Filipinas’23). El de 2027 también será en el continente, pero en Catar, de donde es Saud Ali Al Thani, el actual presidente del organismo que rige el baloncesto universal. El baloncesto del continente más poblado del mundo va creciendo. Con la inclusión de los oceánicos Australia y Nueva Zelanda se pudo ver una muy atractiva Asia Cup este verano. Hay sueldos que se pagan en Japón, China o Corea del Sur a extranjeros a los que no llegan dos tercios de la ACB, como poco.
El preámbulo sirve para entender por qué demonios está el Unicaja en Singapur, una avanzada pequeña ciudad-estado de unos seis millones de habitantes en un territorio con más de medio centenar de islas y que es el segundo país con mayor densidad de población de la Tierra tras Mónaco (8.500 habitantes por metro cuadrado). Ya se hacía la pregunta el curso pasado y ya hubo cierta familiarización desde Málaga con esta decisión de la FIBA. Existe dinero para atraer eventos, una población gigantesca y el baloncesto es un deporte cada vez más universal. “Este acuerdo sirve tanto para la realización de un sueño del baloncesto que se remonta a las generaciones anteriores, así como una plataforma de lanzamiento hacia la era futura del baloncesto mundial. Singapur, como crisol de culturas, es quizás el lugar ideal para dar vida a esa visión”, comentaba el Secretario General de FIBA, Andreas Zagklis, cuando en 2023 anunció un acuerdo trianual para celebrar la Copa Intercontinental en Singapur, en un acuerdo trianual que ahora se extingue, sin todavía decisión sobre sede o formato nuevos.
Es la Intercontinental como club, aunque se entiende que se está en pretemporada, un objetivo claro, es imagen de marca, competir en la pista con los campeones de las distintas zonas geográficas del mundo. Más en un momento en el que las conversaciones entre FIBA y NBA vuelven a estar sobre la mesa para otra competición que compita con la Euroliga. Es un título cuyo nombre vende, la Copa Intercontinental. Y, en un momento en el que las vitrinas de Los Guindos se abren con más continuidad que nunca en el casi medio siglo de historia de la entidad, una oportunidad también para continuar haciendo fondo de armario una vez se alcanzó en Atenas el doble dígito de títulos en la historia de la entidad. El torneo se inició en 1966 como secuela del Torneo de Navidad que el Real Madrid celebraba, pero ha pasado por varias etapas de barbecho. Duró hasta 1987 con diversas denominaciones, reapareció en 1996 de forma fugaz y después emergió en 2013 de nuevo, primero con equipos de Euroliga, acuerdo que se quebró rápido, y desde 2017 es el campeón de la BCL quien la disputa, el Unicaja por segundo año consecutivo tras los títulos en Serbia y Grecia.
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