Resultado y crónica del Coosur Beti-Unicaja

Hay dinamita (74-90)

  • El Unicaja vence en la pista del Betis en su estreno con una exhibición desde el triple (21/33) 

  • Mención especial para Francis Alonso (8/8)

Gal Mekel bota el balón.

Gal Mekel bota el balón. / Real Betis Baloncesto

En la nueva realidad, hay mucha gelidez. Los saludos con viejos conocidos antes del inicio del primer partido de la pretemporada son bastante fríos, no se sabe si dar el codo, mantener la distancia o simplemente reconocer al rival. Por momentos no se sabe si se entra en un pabellón o un hospital. Los protocolos son estrictos, hay zonas vedadas para según quién, todo muy profiláctico.

Pero empieza a botar el balón y la cosa cambia. No es lo mismo, por más que las bocinas suenen, que con ambiente y calor humano. Persiste la sensación de soledad, de estar contemplando un entrenamiento con más ritmo. Se pierde parte de la gracia, pero la esencia del juego permanece. Había ganas de ver al Unicaja continuar enlazar tras la fase final de la ACB. Y fue una presentación agradable en Sevilla, con una victoria (74-90) en la que brillaron los tiradores. Fue la constatación, siempre en un contexto de que era un experimento, de que este equipo puede tener carencias, pero que tiene dinamita. 63 de esos 90 puntos llegaron gracias a 21 triples. Desde el tramo final del segundo tiempo, el Unicaja dominó con diferencias entre cinco y 10 puntos (40-49 al descanso).

Según se subía el diapasón de acierto en el triple (11/15 tres 20 minutos, 21/33 al final), así se marchaba la diferencia. En los partidos de pretemporada, no obstante, hay que atender a cosas distintas del marcador. Sin los lesionados (Gerun y Suárez se incorporaron esta semana a la enfermería, el primero con una lumbalgia y el segundo con una rotura fibrilar), Casimiro comprimió la rotación a 10 jugadores. Probó diferentes estructuras de quinteto. Thompson de cuatro y de cinco, Brizuela y Alonso de manera simultánea en pista, Bouteille de cuatro... No por mucho tiempo estos dos aspectos, pero es el momento de experimentar en la probeta las ideas. Las bajas nunca son buenas, pero dejan más margen. También entró en la rotación Yannick Nzosa, aún con 16 años, más como cinco que como cuatro.

Es evidente que lo más llamativo del partido fue el recital de Francis Alonso desde el triple. El malagueño jugaba su primer partido como profesional con el Unicaja tras cientos de ellos en cantera y un master de cinco años en EEUU, cuatro de ellos en la NCAA. Hay que poner en situación, era el primer test, no hay scouting y aún las defensas no están acertadas. Pero un ciego ve que Francis tiene una mano fabulosa, extraordinaria. Metió ocho triples sin fallo más una canasta de dos tras rebote. De todas las hechuras, tras bote, tras amago, a pie parado tras recepción. Con oposición o sin ella. Desde el lateral o más desde la diagonal. Ninguno tocó el aro, todos limpios. Seguro que en entrenamientos de élite se ven esas exhibiciones. Pero en San Pablo Francis había construido un tubo hacia el aro.

Acabó Francis con 26 puntos, pero también mostraron su dinamita Axel Bouteille y Darío Brizuela, con 19 puntos cada uno. Son dos fichajes que hubieran disparado la ilusión si se hubieran producido en julio, pero llegaron antes, en diciembre y marzo. Son coyunturas de mercado que se aprovecharon. Los dos con 25 años, en edad de crecer y apuntar hacia arriba. Sobrio también en su primer partido Tim Abromaitis, con su inteligencia para moverse y con tino para meter tres triples seguidos en el segundo tiempo. Es una apuesta segura. Podría haber sido más arriesgada, pero el suelo de ésta es alto.

Enfrente había un Betis al que también le faltaban jugadores, quizá algo de presencia interior. Gustó en su debut el francés Ouattara, que si mejora toma de decisiones puede ser un jugador con impacto en la ACB. Dejaron algún destello Kay y Harrow, pero tiene faena Curro Segura para construir un equipo con muchas novedades. Es el reverso del Unicaja, que parte desde un punto alto de conjunción y conocimiento mutuo de jugadores entre ellos y del técnico también.

Entre triple y triple, el Unicaja tuvo algún tramo de mejor defensa, otros de más laxitud, que debe corregir. Ahí debe dar un paso adelante Rubén Guerrero, debe ser más contundente a la hora de cerrar el rebote y más expeditivo con los rivales. Transcurre la temporada y el nivel de exigencia debe crecer para el marbellí, que tiene la condiciones para ser un jugador importante, pero debe desarrollarlas con constancia.

Y así se cerró el primer amistoso de la pretemporada 2020/21 del Unicaja, como siempre con muchos asteriscos. Pero con la sensación de que no había pasado un verano y que hay una cierta identidad. Habrá contextos más exigente, ante equipos más duros y físicos. Desde la próxima semana, por ejemplo, ante UCAM Murcia y Valencia.

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