Dentro de la sala de entrenadores del Unicaja: Así trabaja el staff de Ibon Navarro

Ibon Navarro recibe a Málaga Hoy en la sala de entrenadores del Martín Carpena. Ahí reposa la información del día a día del Unicaja, archivos secretos y tesoros ocultos, con varias pizarras indescifrables y algún desorden de partidos previos. A la entrada, los preparadores físicos Marcos Cerveró y Arantxa Pareja estudian, analizan y debaten sobre diferentes métricas. Poco bullicio. “Antes estaba esto como el camarote de los Hermanos Marx”, dice Rosa Mariscal, jefa de prensa del Unicaja, antes de ese encuentro del técnico con ese periódico. Una entrevista diferente para conocer más en profundidad al staff cajista, la forma de trabajar e intimidades de ese plan, con un equipo por detrás que lo enmarca. Y viene una Final Four de BCL, donde todo se estudia al milímetro.

Después de algún comentario sobre el Athletic para romper el hielo, el entrenador del Unicaja presenta a su cuerpo técnico. “A nivel técnico-táctico, con Andrija (Gavrilovic) , Alberto (Miranda) y Paco (Aurioles). Alberto se encarga del estudio de scouting individual y del scouting de ataque del equipo contrario, las tendencias y los sistemas del equipo rival; Andrija, de las tendencias defensivas, fortalezas y debilidades; y Paco se encarga de diferentes situaciones del juego, como los saques de banda, intentar tener controlado los diferentes quintetos en momentos de partido, con qué sale el rival después de un tiempo muerto, ya sea un momento bueno o malo, intentar anticiparnos a esas situaciones. Marcos (Cerveró) lidera el equipo de preparadores físicos, con Arantxa y Gonzalo, lo controlan todo a la hora de prevención de cargas, lesiones y todo ese control. Y ahora mismo son los que deciden el día a día del equipo porque ahora es cuando hay que afinar mucho en los trabajos diarios, en los partidos, para intentar que la gente ni se quede corta o se pase demasiado, y siempre intentando tener el mayor cuidado con la aparición de posibles lesiones. Diego Iván en lo suyo (material), Javi Salvo (delegado); los fisios, tanto Mario (Bárbara) y Jon (Cortaberría), un trabajo que va muy ligado al de los preparadores físicos y los médicos. Y Fran Vázquez trabaja con grandes, también con pequeños, en situaciones específicas de ataque, cuando pisamos pintura, diferentes momentos, cosas que nos sirvan de referencia para saber cómo atacar, que el acierto no desenmascare unas cosas y al revés. Fran nos da una visión estadística en situaciones de estrés. Es el trabajo de mucha gente y al final mi labor es gestionar todo lo que hacen los demás, más que hacer yo cosas”, abreviando esas funciones de cada integrante.

La química en la plantilla del Unicaja, aplicable además a ese staff, con ese conocimiento de estas temporadas. Importante ese background a la hora de delegar trabajo. “Llega un momento que, sobre todo en el caso de Alberto, que habíamos trabajado juntos (Miranda fue ayudante de Ibon en Murcia), ya sabe lo que me preocupa más o menos, a lo que le doy más importancia. Los planes de partido que me avanzan son calcados a los que yo hago, con lo cual hay mucho trabajo adelantado. Intentan proponer siempre cosas a lo que saben que voy a proponer yo. Necesitamos a veces cosas distintas, está esa dualidad, de intentar quitarme trabajo y también tener ese contrapunto, de proponer cosas más atrevidas, hacer cosas más conservadoras donde hacemos cosas más arriesgadas… Ese equilibrio. Hay veces donde el equipo podría funcionar perfectamente si yo no estuviera. Tanto Andrija, Paco y Alberto, saben qué les voy a proponer, entonces eso es muy bueno, porque al final nadie es imprescindible. Y a mí me quita mucho trabajo para poder hacer otras cosas y preocuparnos de otras cosas, que en este momento de la temporada hay una importancia muy alta”, explica.

Llega el AEK de Atenas, un proceso de documentación y estudio que se hace con antelación. “Andrija y Alberto ya están trabajando desde la pasada semana, antes del Andorra, y ya tenemos información. Yo he visto dos partidos del AEK, y para que cuando me pasen el trabajo y ya analicemos el pospartido de Andorra, ya sé qué cosas me pueden valer para el AEK, y analizar si pueden funcionar o no y dónde podemos mejorar o simplificarla. Vamos preparando a cada rival con un partido de antelación, evidentemente si tenemos que jugar con Tenerife, ya sea final o tercer puesto, el partido del otro día nos vale, aunque hasta cierto punto, porque no tendremos el mismo roster. Con Tenerife y Galatasaray ya hemos jugado, tenemos mucho adelantado, el único desconocido es el AEK. En una Copa del Rey, el staff tendría preparado los posibles rivales en semifinales”, señala el vitoriano, sin ser algo extraordinario por ser una Final Four. "Durante la temporada es así. No cambiamos tanto. Para el partido de AEK, vamos a tener cuatro días para prepararlo, y este equipo está acostumbrado a preparar los partidos un par de días. ¿Qué ocurre? Puedes cometer el error de dar demasiada información y que realmente la que es más importante se diluya en otra que no es tan trascendental. Intentamos mantener la identidad, el ADN, y ser selectivos en preparar la información", reflexiona.

Y llega el momento de trasladar esa información al jugador, otra parte compleja dentro de ese proceso. “No es condensación, es selección. De cara al AEK van a ser importante los jugadores, que los conozcan, no ponerte a hablar con ellos de sistemas. Lo primero que tienes que hacer es que conozcan los jugadores del AEK, que básicamente solo conocen bien a dos o tres (Hale o Kuzminskas). Y luego ya tienes una labor esta semana de que cada uno sepa qué cosa hace cada jugador y por qué AEK juega así por los jugadores que tiene”. Cara a cara y una información que es accesible en cualquier momento. “Los jugadores tienen una aplicación donde tienen los vídeos que seleccionamos, un informe estadístico individual de cada jugador, que lo pueden ver cuando quieran en sus teléfonos. Y luego en la reunión, de qué queremos hacer en ataque y defensa, nos reunimos todos. A veces hacemos otra reunión más, que se dará el caso, donde hablamos de los jugadores del rival. La primera reunión para nosotros es la más importante y va a ser la de los jugadores”, añade. En la Final Four, esa dificultad extra del ambiente hostil en Atenas. Pues también se trabaja. “Sí que es verdad que en el pasado alguna vez he entrenado con el sonido de fondo del pabellón. Pero somos un equipo con algún tiro pegado, hemos jugado en canchas complicadas, sin ir más lejos este año. Vamos a tener muchas cosas en contra, pero el equipo sabe qué tiene que hacer para ganar y hay que estar centrados. Pensar que no haya otras cosas, que por experiencia han podido pasar en el pasado”.

Del Ibon Navarro entrenador al Ibon asistente, en su momento ayudante de Scariolo o Spahija en Vitoria, de Perasovic en Valencia. Esa etapa larga permite a Ibon entender esa figura. “Cuando eres asistente, piensas que tu trabajo es súper importante (ríe), y luego te das cuenta que es solamente importante. Es más importante no hacerlo mal que hacerlo bien, porque ese trabajo mal hecho te quita opciones de ganar, hacerlo bien no te da más opciones. Es un trabajo desagradecido, porque muchas veces tienes la sensación que no ayudas, sobre todo cuando pierdes, pero sí que es verdad que si no lo haces bien te quita opciones. Por eso hay que darle valor al esfuerzo, a ese trabajo, y hacérselo ver al equipo, que ahí hay muchas horas. En la selección de cuatro clips de un jugador (repite), se escoge entre 30 o 40, y a la hora de seleccionarlos no es rifar, hay que darle muchas vueltas, decidir entre dos que se parecen mucho, por qué uno sí y otro no… Hay que darle valor, y los jugadores tienen que conocerlo”, reivindica esa importancia del entrenador ayudante, más arraigada y considerada en el universo NBA que en Europa. De las nuevas herramientas técnicas, la evolución de esa parcela. “Ahora lo que hay es más información, con lo cual el trabajo es más difícil. El trabajo no es tener información, es seleccionar información, y saber dónde mirar y para qué. Puedes tener mucha información y luego saber qué hacer con ella, tener claro qué buscas entre tanto número y saber por qué lo buscar y qué significa. Te puedes perder. También te ayuda para saber en qué dirección van los partidos, saber qué jugadores hacen ganar al rival, y muchas veces hay que saber cuándo sacarla. Hay equipos que tienen tendencias muy claras, como por ejemplo los cuartos que necesitan ganar para ganar los partidos, como llegan al último cuarto para ganar o perder un partido, lo decisivo que es el último cuarto en las victorias y derrotas. Es una información que tienes que saber utilizar. Si tienes suerte y has usado esa información en el pasado, el equipo te cree cuando vuelves a utilizarla”.

El físico, a más largo plazo. “Todas estas cosas que se dicen ahora de los picos, de llegar a febrero en un pico y en mayo… Estas cosas son muy complicadas porque tienes que ganar todas las semanas; lo que pasa es que nuestra forma de funcionar, donde los jugadores no tienen que estar preparados para jugar 30 minutos todos los días, sino entre 15 y 23 algunos y entre 10 y 15 otros todos los días. En el momento que pasen cosas, se lesionen jugadores, algunos que tengan que jugar y no juegan, que todo eso haga que se te descompense el equipo, pues aparece ese encaje de bolillos de Marcos, para que los jugadores no se queden descolgados, ninguno se pase. Eso a medio plazo ya sabes qué jugadores pueden tener muchos más minutos y que estén preparados. No es eso que se lee tipo ‘el equipo se está preparando para llegar al mejor nivel de forma en junio’. El equipo lo que hace es trabajar para ver si en mayo o junio podemos tenerlo. Las cosas no van a tan largo plazo, antiguamente sí. Nosotros venimos de ser exitosos y sabemos las consecuencias de querer apretar tras una derrota. Ese apretar tiene que ver en corregir errores y no permites que esos errores los vaya autogestionando. Apretar todos los días te permite volver a ganar y dejar de perder, pero eso tiene las patas muy cortas. Llega un momento que el equipo cortocircuita, más cuando vas así desde mediados de agosto. El equipo llega un momento que no escucha más, porque le dices que cada partido es importante. Llevas con partidos importantes tres meses. Eso es lo que nos intentamos readaptar y asumir que la derrota nos puede ayudar, el año pasado no tuvimos malas rachas, todo era maravilloso: ganar, ganar, ganar… Hasta que perdimos. Y el equipo no estaba preparado para competir tras haber perdido. Eso nos pasó factura. Hay que dejar que el equipo aprenda de malos momentos, malas sensaciones, porque jugar cuando todo va bien, tienes Flow, todo eso es muy fácil. Jugar cuando estás perdiendo y todo no es tan bonito, te meten el dedo por el c…, ahí es donde tenemos que intentar readaptarnos y reaprender, aprender a jugar con mala confianza y sensaciones", del proceso hasta hoy.

Un trabajo que también en consiste en ver mucho baloncesto, tener las antenas puestas para robar algún recurso a rivales. “Esa es nuestra vida. Estamos todo el día viendo el baloncesto. A veces nos cogemos el lujo de ver una serie, pero vemos todos los partidos de la Euroliga, todos los partidos del play off, de la ACB igual nos dejamos uno o dos sin ver, vemos ligas extranjeras, otros equipos por ver jugadores que puedan ser interesantes. Tenemos una carpeta de cosas interesantes que vemos, tendré 190 clips solo de este año de cosas que vas viendo, en el IPad, el ordenador o te los guardas en el teléfono. Siempre estás viendo cosas. Es verdad que no hay tantas cosas tácticas en la Euroliga, salvo Paris, Fenerhahce o Zalgiris, que puedas aplicarlas por un tipo de juego que no es el nuestro. Y luego hay situaciones que no son de pizarra, sino de jugadores en su toma de decisiones. Genera ideas. Es lo que hacemos todo el día".