"En el Unicaja me dieron la oportunidad de mi vida"
Entrevista con Augusto César Lima, jugador del San Pablo Burgos
Lima hace un repaso de su carrera antes de recibir al Unicaja en Burgos, donde recupera su mejor versión
"Me vuelvo a sentir el mismo de siempre", dice el jugador, que estuvo en la anterior etapa de Luis Casimiro en Málaga
Hay sangre cajista en una de las revoluciones de la ACB, el San Pablo Burgos. Se desató la fiebre del baloncesto en la ciudad de un equipo que no deja de subir y sin dar un paso atrás. Corre por las venas de Augusto César Lima (Río de Janeiro, 1991), que aterrizó hace más de una década en Málaga y salió un lustro después. No consiguió hacerse un hueco en el Unicaja, pero después de descollar en Murcia tuvo momentos en el Real Madrid y en el Zalgiris. En los últimos tres años pasó por Turquía, Lituania, España, China y Croacia. Ahora encuentra la estabilidad en Burgos, desde donde echa una mirada agradecida hacia atrás con Málaga Hoy. Palabras interesantes.
-Atraviesan un buen momento, ¿cuál es la clave?
-Al final tenemos mejores jugadores que el año pasado, digo ofensivamente. Se ha ido construyendo un equipo sobre la base del año pasado que se quedó y a partir de ahí se trajo a Earl Clark, que es nuestro MVP y al final es vital en esta plantilla.
-Se habla mucho de la fiebre por el baloncesto que hay en Burgos, ¿cómo la vive en primera persona?
-Tenemos un presidente y un director deportivo que creen en el proyecto. Desde el primer momento han traído el equipo desde la LEB a la ACB y en poco tiempo ya está jugando una competición europea. Es un hito que no todos lo hacen tan rápido. Además tiene una afición que vienen más de 10.000 personas todos los días a ver los partidos, hay muy pocos pabellones que pueden decir eso. Están con nosotros día a día. Los otros días a Madrid fueron muchísimo aficionados, yo nunca había visto eso. Miraba a la grada y había casi más aficionados de Burgos que de Estudiantes.
-¿Lo nota también por la calle?
-Muchísimo y cada vez hay más. No es una ciudad muy grande y da igual que te encuentres con personas mayores o con niños. Te dicen ‘este fin de semana voy al partido’, ‘estáis jugando muy bien’... Al final eso se agradece.
-¿Qué tal le va la temporada?
-Me vuelvo a sentir el mismo Augusto de siempre. Al final hago lo mismo de siempre que es rebotear, bloquear, jugar el pick and roll y ahora juego un poco más en el poste bajo. Tengo buen feeling con Joan y con todos más compañeros. Es más fácil para estar más años en un equipo cuando cada uno sabe su papel, hace que sea más fácil y podamos crear un grupo bastante sólido.
-A Burgos llegó desde el Cedevita, ¿qué pasó allí?
-Fue un equipo que quería que nosotros estuviéramos ahí dos años e íbamos a jugar Eurocup y a intentar ir a la Euroliga y en dos meses se rompió todo. Al final no puedes controlar eso, la gestión del club no fue buena y se partió. Ahora se unió con el Olimpija de Liubliana y es otro club. Es algo que nadie esperaba y pasó así, pero la vida te hace aprender de las cosas. Igual que yo espero que les vaya bien, nosotros [refiriéndose a Benite] estamos bien en un club que nos cuida y estamos en España, vivimos aquí y yo me considero español.
-Antes había pasado por el Real Madrid y el Zalgiris.
-Son grandes clubes a los cuales tengo mucho cariño, sigo hablando con mucha gente de ahí. Con el entrenador, que es Saras, que le tengo mucho cariño. Le tengo mucho aprecio a esa gente.
-¿Cómo se vive el baloncesto en Kaunas?
-Son dos pabellones diferentes, pero se vive el baloncesto a muerte. Es una pasado cómo se vive en Lituania, 14.000 personas en el pabellón todos los días apoyándonos. Es muy parecido a Burgos. Es una gozada tener aficionados así.
-No es la primera vez que habla de la importancia de Jasikevicius en su carrera. ¿Cómo es?
-Tenemos mucho feeling, de hecho sigo hablando con él. Es como fue como jugador, lo vive y por eso sólo quiere jugadores que realmente quieren jugar para él y den el 200%. Él lo hacía como jugador y lo busca como entrenador. Tener un club como Zalgiris que lo apoya en todo hace que su trabajo sea mucho más fácil. Estoy seguro que en nada estará en un grandísimo de Europa porque se lo merece y lo demuestra en cada partido.
-También pasó por China, ¿qué puede contar de esa experiencia?
-Al final todo el mundo piensa que el baloncesto chino es de un nivel inferior o que la organización no está bien. Allí te sientes como un jugador de la NBA. Todos los días están los pabellones llenos con 15.000 o 20.000 personas, con jugadores de la NBA que cada vez son mejor... Es una competición a la que volvería seguro. Además te dan bastante protagonismo, quieras o no juegas en un país donde hay muchos millones de personas y la competición es cada vez más fuerte. Lo que busca Yao Ming y la Federación es que se acerque lo máximo a la NBA.
-Ahora le toca enfrentarse de nuevo al Unicaja, ¿sigue siendo especial?
-Es donde me crié, tuve mis primeras experiencias en Málaga y sí es un partido especial. Jugando en casa no se nota tanto, más en el Carpena porque es donde debuté y tienes las sensaciones allí. Para mí aquí es un partido más normal y que tenemos que ganar sí o sí porque nosotros queremos ganar cada partido en casa y además darle un regalo a esta afición que se la merece y está cada día con nosotros.
-¿Qué le está pareciendo?
-Es un equipo que ha pasado una transición, ahora tiene jugadores diferentes. Por ejemplo la pintura es diferente, antes tenía a Shermadini. Este año juega más físico, tiene jugadores que corren más y rebotean más y eso crea una cultura más dinámica que la del año pasado. Jaime y Albertito son bases muy buenos, se complementan y pueden jugar juntos en la pista y Carlos Suárez que es un veterano que siempre hace su función. Para mí tienen mejor equipo que el año pasado, pero no están en la posición que quieren estar. Poco a poco van a subir porque la liga es muy larga y no es como empieza.
-¿Qué es lo que más le gusta?
-Me gusta mucho que tengan dos bases que se complementen tan bien como Jaime y Alberto. A Alberto le tengo un cariño tremendo y ver que es de la cantera y se ha asentado ahí... Poco a poco salen menos jugadores. Además es un base, que lo que las canteras más sacan son aleros o pívots y el Unicaja sacó un base para el primer equipo.
-¿Tan difícil es llegar al primer equipo?
-No lo sé, el Unicaja siempre fue una buena cantera por lo que no creo que sea difícil sacar canteranos. Mira el Joventut, que lo hace casi cada año y hay cuatro o cinco que tienen un nivel tremendo. Cada vez son mejores, si le das oportunidades va a ir bien. Es obvio que el Unicaja opta a ganar la Eurocup o a estar en la Euroliga, también tienes que pensar eso y traer un jugador de más nivel. Pienso que en Málaga sí pueden sacar jugadores porque si te pones a mirar los que han salido es una pasada. Sólo se van, nunca se quedan en el primer equipo. Los únicos que están son Alberto y Rubén Guerrero.
-¿Cómo los ve?
-Rubén llegó el año pasado y tiene un rol diferente, irá poco a poco porque es un pívot bastante grande. Tiene dos jugadores en su posición que tienen que jugar. Alberto cada año se va haciendo más importante. Antes sumaba mucho desde la defensa y ahora también desde el ataque, cada vez es más completo.
-¿Cómo fue su etapa aquí?
-Significó todo, es donde empezó mi carrera y le tengo mucho aprecio al club. Sigo yendo a Málaga cada verano para disfrutar de mi gente porque es donde tengo mis raíces. Fue la mejor experiencia, que me abrió los brazos y me acogió y me permitió estudiar y seguir haciendo lo que más me gustaba que era jugar al baloncesto. Fui campeón dos veces de junior y al tercero estaba debutando con el primer equipo. Pude jugar con el Clínicas en LEB, no todos los jugadores pueden hacer eso. También le tengo mucho cariño a Aíto porque él me hizo debutar y es un entrenador igual de importante para mí que Paco Aurioles y Paco Alonso, dos entrenadores que me ayudaron bastante. En la cantera me despertaba a las siete de la mañana para hacer tecnificación con Paco Alonso, es una persona con la que he pasado mucho tiempo. O con el director de la cantera, Ramón García. Esta gente marcó mi historia y no sería lo mismo sin ellos.
-¿Qué le faltó para asentarse en el Unicaja?
-Creo que no me faltó nada, soy el mismo jugador que era antes. Lo que pasa es que el club estaba pasando una transición. Yo estuve en el primer equipo y hubo muchos cambios de entrenadores. Nunca entendí lo que querían de mí, pero tampoco pasa nada. La vida es así, me dieron la oportunidad de mi vida y se lo agradezco y los caminos se separaron pero sigo queriendo al Unicaja. Las cosas fueron así y no las puedes cambiar, cada uno está feliz en su lado.
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