Fichajes Unicaja: El mercado aprieta, pero no ahoga

Jornada intensa y asfixiante en el Unicaja, con hasta tres operaciones de calado manejándose a la vez. Las diabluras del mercado veraniego, que efectivamente iba a ser movido en Los Guindos. Kameron Taylor y Yankuba Sima jugarán en Valencia Basket, un huracán naranja, para arrancar de cuajo dos jugadores que han sido importantes en este ciclo, sobre todo Taylor, una de las grandes operaciones en la trayectoria del club malagueño. Dejará 800.000 dólares, unos 680.000 euros al cambio, que se suman a los 50.000 euros de Osetkowski y los 100.000 de Tyson Carter, todavía esperando la transferencia del escolta, que llegará en cualquier momento. Más el medio millón que se ingresará por Sima, también al contado, y la cláusula de Mario Saint-Supéry, otros 500.000 euros. Amplitud por si hay que acometer una apuesta más contundente, pero no se volverán locos en el Unicaja. Recuerda a la bomba Brizuela y cómo se gestionó ese kilo pasado en 2023.

Será difícil sustituir a Kameron Taylor, en lo baloncestístico y humano. Two way de manual, que tapa boquetes, equilibra quintetos y proporciona un buen suelo. Pierde el Unicaja demasiadas cosas, indispensable desde el primer día y un jugador que ha adquirido otra dimensión en Málaga. Además de lo económico, lo interesante para el Unicaja es que deja una plaza de extracomunitario. Más opciones y un catálogo que se amplía, jugadores sin esa traba. Y el club ya está contemplando esas opciones guardadas con llave. El Unicaja hará una jugada con fuerza, así lo exige el hasta ahora rol de Taylor. Acción-reacción, como el fichaje ya acordado de Sulejmanovic, el recambio de Sima, en una reestructuración forzosa en el Unicaja, pero con sentido. El bosnio será ese denominado cuatro y medio, con Kravish y Balcerowski (más peso ahora para el polaco) de pívots puros. Tyson Pérez y Killian Tillie, una renovación que se trabaja, en el cuatro, más el híbrido Sulejmanovic. Los planes parecen firmes hasta que el mercado los rompe: lo que ayer era estabilidad, hoy exige alternativas o rediseños inesperados. El Unicaja pagará 150.000 euros por el todavía jugador de Casademont Zaragoza.

La nueva Euroliga ha variado el paradigma, el centro gravitacional que ordena el mercado y el negocio. El Unicaja ha sido, en los últimos años, el proyecto más coherente, competitivo y reconocible del baloncesto europeo fuera de esa esfera. Este ciclo ganador, su filosofía... El elogio continuo a lo que se ha construido y solidificado en Málaga. Pero cuando el éxito llama a la puerta, también lo hace el mercado. Y ahí es donde el club malagueño vuelve a toparse con el muro. El Unicaja resistió, bajo alguna circunstancia especial, a esa ofensiva de la Euroliga en los pasados veranos. Pero la ampliación de la Euroliga a 20 clubes significa 30 plazas más de rotación, más fichas, más minutos que llenar, más sueldos por repartir. Valencia Basket y la apuesta desenfrenada de Juan Roig y ese Roig Arena, el proyecto personal del mecenas y esa declaración de poder. Y lo que buscan lo compran. Da igual si hay contrato, si el jugador está blindado o si el proyecto tiene recorrido: si un club Euroliga llama, lo hace con cifras imposibles. Paga bien el Unicaja, pero la Euroliga toma otra dimensión ahora, con un mercado en constante inflación, además, por esa presencia de Dubai.

No hay tanto jugador para ocupar todo ese espacio. "Tenéis que entender que si vienen a por jugadores nuestros, somos un equipos de BCL, no de Euroliga. Imaginaos cómo está el mercado", contextualizaba Juanma Rodríguez en Zona Verde sobre cómo está la situación para fichar: "Habría soluciones, no hay que ponerse nerviosos. Empezamos la tercera semana de agosto, el día 20-21. Quedan dos meses, hay agencia libre de NBA, draft, un Europeo... Calma y paciencia y buscaremos lo mejor". Horas locas en Los Guindos. A jugar.