Francis Alonso sigue de dulce y toca la puerta de Chus Mateo

Francis Alonso ha caído de pie en el Río Breogán de Luis Casimiro, con quien coincidió en el Unicaja. Después de dos temporadas dominando en Primera FEB con Estudiantes, el malagueño parece haber encontrado el ecosistema ideal: un club gallego bien estabilizado en la ACB, donde puede continuar desarrollando su carrera en la élite del baloncesto español, su hábitat natural. Sigue encadenando actuaciones de mucho nivel: anotó 18 puntos (4/5 en triples) y 18 de valoración en la victoria de Breogán ante Covirán Granada. Viene de hacer 17 en el Palau y le metió 19 puntos al Valencia Basket en la segunda jornada en el Pazo, dos rivales de Euroliga que refrendan este estado de gracia. Promedia 14.8 puntos por partido, con un 66.7% en tiros de dos y un 51.9% en triples, con más de cinco lanzamientos de tres intentados por encuentro. Son números muy serios tras cinco jornadas, que, obviamente, irán regulándose con el tiempo.

En un escenario realista de vuelta a la selección, Alonso presenta una candidatura potente para Chus Mateo. A su favor, su estado de forma y un perfil escaso, más el hecho de que la próxima ventana no contará con jugadores de Euroliga, tampoco lógicamente de NBA y NCAA. Alonso no acude con la selección desde noviembre de 2022, cuando militaba en Surne Bilbao Basket, con la mala fortuna de sufrir una lesión de rodilla que le apartó de la ACB. Ahora, a sus 29 años, vive una madurez plena, con mucho aprendido en su trayectoria: mejorando debilidades como el aspecto físico y explotando su principal virtud, el tiro, donde siempre ha sido un prodigio. Este es el camino para terminar de asentarse. Además, al ser cupo, un perfil tan preciado en los tiempos actuales, aporta un valor extra a la estabilidad de una Liga Endesa que ahora le abraza tras un recorrido con algunos obstáculos.

El malagueño concedía una interesante entrevista esta semana en El Progreso de Lugo. Teniendo una gran exposición y un eco que cruza fronteras. Razonaba su elección de Breogán. "En primer lugar por la imagen que yo tenía del Breogán por las veces en las que había jugado aquí; es una cancha muy difícil, con una afición increíble y como visitante siempre tienes ese cosquilleo a la hora de salir a pista y ver la pasión que tiene la afición. Lugo es un sitio y el Breogán un club donde a un jugador le gusta jugar. Luego, ya conocía a Luis como entrenador y el sabía cómo soy yo. Le quedé muy agradecido por tener de nuevo la oportunidad de volver a competir en la ACB c e intentar ayudar a este equipo", reflexionaba Alonso, que hablaba de esas opciones de selección. "Acudir a la selección es un premio al trabajo y a que las cosas están yendo bien. Nunca tengo en la mente eso, si llega, si no llega...yo voy a seguir con lo mío, trabajando con humildad y concentrado en lo que hay que estar. Ahora tengo una buena racha. Lo más importante es el equipo e intentar conseguir victorias par aspirar a lo más alto; aunque a nivel individual hagas un buen partido, si no ganas no merece mucho la pena. Esa es mi mentalidad, sé que las cosas están yendo bien, pero no me voy a conformar y tengo esa ambición al mismo tiempo que continúo con los pies en la tierra.

Y palabras de cariño hacia el Unicaja. "Para mí poder actuar en Málaga fue un sueño, porque siempre he sido simple; mi deseo era vivir del baloncesto, debutar con el equipo en el que he crecido, con la afición, la cultura de mi tierra... Fue algo increíble que me hizo evolucionar como jugador". En su etapa en el Unicaja, de 2020 a 2022, Alonso disputó 96 partidos, con medias de 7.7 puntos, 1.3 rebotes 7.3 de valoración en 17 minutos por encuentro.