El Unicaja no tardó en cortar su racha de malos resultados. Lo hizo además desde un partido en el que cada uno aportó algo importante y en el que Darío Brizuela y Will Thomas brillaron en la anotación.

Dylan Osetkowski

Cerró mal el partido por la falta y técnica seguidas que le costó la eliminación. Importante en algunas canastas de cuco bajo el aro.

Melvin Ejim

Se cargó de faltas enseguida y estaba absolutamente fuera del partido, pero tuvo su momento con algunas canastas claves para tomar distancia en el último cuarto. Siete rebotes.

Augusto Lima

Apenas llevaba un minuto en la pista cuando tras un mal gesto le llevó a tirarse al suelo y se tuvo que retirar tras ser asistido.

Jonathan Barreiro

Fue puro pundonor y anotó su única canasta tras una asistencia de Darío desde su zona. No brilló pero cumplió.

Darío Brizuela

De repente empezó a sacar canastones, sacar faltas y dar un asistencia brillante. Y ya era el máximo anotador del equipo.

Alberto Díaz

Repartió varias asistencias en momentos en que todo era oscuridad. Cuando hizo correr al equipo se notó. Top en defensa, forzando a los rivales a tomar decisiones precipitadas pero negado ante el aro.

Tyson Carter

Se enchufó rápido en el primer cuarto en el intercambio de golpes, luego no dio grandes soluciones y se activó en el último parcial y cerró con un triple después de un día con la mirilla torcida. 13 puntos al final.

Nihad Djedovic

Empezó bien pero luego se le bajó un poco la persiana. Hasta vio una técnica para arrancar el último periodo, pero acabó con 10 puntos y siete rebotes y recuperando chispa.

Will Thomas

Fue el que sujetó en el segundo cuarto al equipo, siendo una amenaza por dentro y por fuera. 14 puntos y seis rebotes y la personalidad para saber cuándo es él o nadie.

David Kravish

9 puntos y 7 rebotes en la primera mitad y canastas que fueron importantes en momentos puntuales. 11 puntos y 11 capturas además de cuatro asistencias. Sus tiros de media distancia dieron mucho aire.

Kendrick Perry

No estuvo bien en el tiro, con dos triples y una penetración para acabar la primera mitad en la que midió mal. En el tercero cuarto resucitó y ya no perdió el compás.