Kendrick Perry, por 200 razones: Si sonríe, el baloncesto fluye
El base cumplió ese efeméride de partidos con la camiseta verde
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En la previa del Unicaja-Joventut hubo un reconocimiento para la figura de Kendrick Perry. 200 partidos oficiales con la camiseta del club malagueño, pocas semanas después de que Tyler Kalinoski llegara a esa cifra simbólica. Siete títulos y la fotogenia de ser quizá el jugador que más ha marcado el estilo de esta época de gloria en el equipo malagueño, también el más carismático, el que el próximo lunes representará a Baltasar y repartirá ilusión en la cabalgata de Sus Majestades los Reyes por las calles de la capital.
Perry fue el primer fichaje concretado en el verano de 2022 que cambió la historia del club, tras haber estado en el Panathinaikos y no haberse sentido cómodo en la Euroliga. Experiencias en Australia, Hungría, Macedonia, Rusia, Serbia, Eslovenia, Grecia y Montenegro antes de aterrizar en Málaga, su lugar en el mundo. En estos tiempos en los que hay carestía de jugadores por la competencia de Estados Unidos y también desde Asia es un factor que hay que tener en cuenta. Con 26 años, Perry estaba en un equipo de baloncesto underground en Hungría. Con 33 recién cumplidos es un icono en Málaga. Por constatar también el sentido de las apuestas y la paciencia en la maduración de los jugadores, que la exigencia de la élite devora. Pero hay que sembrar.
Ha sido un 2025 de cambios en la vida personal de Perry, que días atrás se explayaba en redes sociales. "El año pasado por esta época estaba en guerra conmigo mismo. Luchando contra demonios internos, buscando soluciones que hagan felices a otros mientras ignoraba subconscientemente mi propia felicidad. Entrando en mi próximo capítulo de la vida, puedo decir con confianza que he encontrado mi felicidad. Estoy completamente listo para cualquier desafío que pueda enfrentar sabiendo que tengo la fuerza interior y el sistema de apoyo adecuado para conquistarlos a todos sin poner en peligro mi felicidad en el proceso", recordaba. Se ha visto también en estos primeros compases de temporada algunos partidos en los que Perry no disfrutaba en la cancha, no fluía, sin la sonrisa y la alegría que desprende. En ocasiones se olvida que hay una persona detrás del personaje.
"La vida se trata de crecer. Cuanto más afortunados somos de vivirlo, más bendecidos somos de adquirir conocimiento y aplicarlo para mejorar nosotros mismos. Para aquellos que leen, solo espero que nunca dejen de buscar su felicidad, no importa lo oscuro que pueda parecer. ¡Porque al otro lado de esa oscuridad hay una luz que irradia tan brillante como el sol de Málaga!", escribía a través de las redes sociales.
Su partido ante el Joventut fue soberbio. Más allá de los números, es llevar la batuta, imponer el ritmo del partido. Y cuando Perry baila y corre, el Unicaja es un equipo difícilmente abordable. Es el sello de este equipo en este trienio dorado que se intenta extender. Con contrato hasta 2027, es uno de los jugadores que privilegió quedarse en un lugar en el que es reconocido y tiene estabilidad. Con esfuerzo del club, pero también suyo. Si Perry sonríe, el baloncesto fluye.
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