Killian Tillie, un emotivo debut con Francia desde las cenizas: "Su tolerancia al dolor es excepcional"

El jugador y su entorno relatan todo lo que ha pasado hasta debutar con 27 años con la selección absoluta: "Siento un poco menos de dolor y mi cuerpo se está adaptando cada vez mejor al alto nivel de competición"

Su actuación

Killian Tillie firma tras el partido.
Killian Tillie firma tras el partido. / FFB

Killian Tillie debutó con 27 años con la camiseta de la selección absoluta de Francia. Había sido MVP de un Europeo sub 16, había competido en un Mundial sub 17 y se le auguraba esa proyección de ser importante con la selección bleu. Pero el camino no ha sido nada sencillo. Estas ventanas de selecciones encierran historias curiosas, con oportunidades para jugadores de fondo de armario en países como Francia o España. Con el combinado galo debutó en Rouen, ante Bélgica, Killian Tillie con la selección absoluta. Y fue un día muy especial, para él y para su familia. El periódico Nice Matin realizaba un interesante reportaje, con testimonios de gente cercana sobre cómo había sido el proceso con los problemas físicos que había atravesado, cuando se veía todo negro. Ayuda a entender mejor al ala-pívot cajista. Su madre jugó al voleibol con Países Bajos, su padre Laurent y su hermano Kévin jugaron con la selección francesa y fueron campeones olímpicos, el primero como entrenador. Su hermano Kim fue también internacional bleu en baloncesto y su tío fue internacional francés en waterpolo. Una familia con genes que también le arropó.

“Este debut con la selección es una recompensa fantástica. Estamos todos contentos, tanto amigos como familiares. Conocemos su trayectoria, con tanta resiliencia… Claro, sus hermanos también sufrieron lesiones, pero él estaba solo, lejos de casa. Por suerte, contó con un buen apoyo en Estados Unidos. Estuvo fuera de las canchas durante más de dos años, pero aún conserva esa visión. Es un joven muy maduro", explicaba Laurent, su padre, sobre la alegría que suponía en su familia este debut del jugador del Unicaja.

Tillie, en un posado.
Tillie, en un posado. / FBB

De 2017 a 2024, hasta su llegada a Málaga, Tillie tuvo que lidiar con varias lesiones de tobillo (incluida una fractura por estrés), un problema de rodilla y un problema de espalda. Este último lo mantuvo alejado de las canchas durante dos años, justo cuando estaba dando sus primeros pasos en la NBA, con una operación que no salió bien. "Me conmovió mucho ver esta convocatoria, dada la trayectoria de Killian", decía Christophe Keller, preparador físico en las instalaciones de Creps Paca en Antibes y que trabaja habitualmente con el jugador cajista: "Cuando me hice cargo de su preparación a principios de 2024, le dije: 'Si conseguimos que vuelvas a vestir la camiseta de baloncesto, ya será un logro'. Y después ya tendrás mucho tiempo para pensar en rendir al máximo, en encontrar un club… Durante un año y medio, se dedicó por completo al baloncesto". Limitado por un "problema nervioso debilitante", Tillie vio cómo nuevos problemas agravaban su dolor inicial. "Lo que admiro es su resiliencia y ética de trabajo. Ha tenido mucha mala suerte con las lesiones, a pesar de ser increíblemente profesional y dedicado... Su tolerancia al dolor es excepcional. Incluso cuando sufre un dolor insoportable, ni siquiera se inmuta", aseguraba Keller.

Ayuda a entender todo el proceso que ha vivido Tillie y que en Málaga ha conseguido olvidar jugando a buen nivel, con el trabajo del staff cajista detrás. Hay momentos en los que parece que su progresión se detiene, pero también se entienden los altibajos físicos y dolores con los que convive. Para el ala-pívot cajista, aunque igual para su evolución hubiera sido mejor descansar y trabajar en Málaga, esta convocatoria era demasiado importante y simbólica como para renunciar.

"Boris Diaw (director deportivo de la selección) me llamó la noche antes de que anunciaran la lista y me dijo que Freddy Fauthoux me había convocado para la selección francesa. Me alegré muchísimo; la verdad es que no me lo esperaba. Siempre lo tuve presente. Pero mi objetivo principal era jugar en un club. Incluso jugar al baloncesto después de unos años difíciles", decía el propio jugador, que recordaba que "era el único de mi familia que no había jugado con la selección francesa absoluta. Era algo que me preocupaba un poco. Era un objetivo, tenía que lograrlo. Es un gran orgullo vestir la camiseta de mi país por primera vez, especialmente con mi historia familiar...".

Tillie, con su selección.
Tillie, con su selección. / FBB

"Siempre hay algunas dudas. Cuando pasé por esos años difíciles, ni siquiera pensé que podría volver a jugar a un alto nivel. Pero yo estaba concentrado en venir al gimnasio todos los días, hacer el trabajo, aprovechar la ayuda... Tuve niveles muy, muy bajos, sí, durante unos días. Pero cuando vas al gimnasio, vuelves a sonreír y tratas de no pensar demasiado en ello. Es cierto, fue duro. Nunca se me pasó por la cabeza dejar el baloncesto, aunque los años sin jugar fueron los peores. Soy feliz jugando al baloncesto. Incluso cojeando, jugué, y nada me impedirá seguir jugando. Voy tomando las cosas como vienen. Me resulta más fácil que tener siempre un objetivo en mente que te consume por dentro. La selección francesa era un objetivo que tenía de muy joven y veía jugar a mis hermanos. Ahora quiero seguir en ella, pero hay mucho trabajo por hacer antes de lograrlo", reflexionaba el jugador cajista, que también explicaba para Francia cómo ha sido su evolución en Málaga: "El tiro es una de mis mayores fortalezas, pero también soy versátil en defensa; he mejorado este año, especialmente en las defensas de cambios. Siento un poco menos de dolor y mi cuerpo se está adaptando cada vez mejor al alto nivel de competición".

Es la historia de Killian Tillie, que cumplió un sueño en Rouen y ahora jugará este lunes en Finlandia, en un duro partido en esta clasificación para el Mundial. El martes se le espera de vuelta en Málaga.

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