El sueño americano de Mario Saint-Supéry: "Aquí todos son superatletas, tengo que recurrir más a lo técnico"
El joven baloncestista malagueño habla en 'Málaga Hoy' y relata su experiencia en Gonzaga, cómo va su desarrollo físico y técnico en Estados Unidos y sus expectativas a corto y largo plazo
Sólido ante Oklahoma
Mario Saint-Supéry (Málaga, 2006) tiene ahora su casa en Spokane, en el estado de Washington, cerca de la frontera de Estados Unidos con Canadá. A 8.500 kilómetros de distancia de la Costa del Sol, con nueve horas de diferencia, allí se machaca para crecer como jugador en la Universidad de Gonzaga, donde se forjaron John Stockton o Domantas Sabonis, en una carrera fulgurante que le llevó a debutar con 15 años con el Unicaja y a jugar un Eurobásket con 19. El día después de la victoria ante Oklahoma, desde su habitación atiende con amabilidad a Málaga Hoy, relata su experiencia, expectativas y también mira por el retrovisor para no olvidar de dónde viene.
Pregunta.-¿Cómo son los primeros pasos y la rutina diaria en Spokane?
Respuesta.-Es diferente el verano a durante el curso porque en verano era todo muy centrado en el aspecto físico y en la mejora individual. Tuve el parón de la selección, pero era prácticamente todos los días una hora o una hora y media de pesas y después otro par de horas de entrenamiento ya con los técnicos. Y yo normalmente hacía otra sesión, de tiro o algo específico. Ahora en fall, como lo llaman ellos (otoño), ya es algo diferente. La gente es muy amable, todo es muy agradable y todo va súper fácil, así que bien.
P.-¿Y el tema académico? ¿Es presencial u online?
R.-Tengo todas las clases presenciales y tengo dos clases al día que duran entre 50 minutos y una hora y cuarto. Y es mucho más tranquilo que Bachillerato en España, pero tienes que esforzarte, ir a clase y hacer las tareas, aunque no es tan exigente académicamente.
P.-Por lo que hablamos con otros malagueños que estuvieron allí los primeros años son conocimientos más comunes y después especialización.
R.-Sí, mi especialidad, mi major, como dicen aquí, es Sports Management, que es básicamente todo lo relacionado con el deporte, pero sí, como dijiste, los dos primeros años son algo más general. Y ya los dos últimos, como que te cierran y te vas especializando en lo que quieres hacer.
P.-¿Cómo fue la decisión de ir a la NCAA y por qué Gonzaga? Nos consta que no fue precisamente la única opción.
R.-Si te digo la verdad, hace un año no me hubiera imaginado que estaría aquí. Pero nunca. Pero conforme fue pasando el año, tuve algunas reuniones con mi agente, llamaron muchas universidades, hablé con mis padres y empezamos a ver que podía ser una buena opción para este año. Y al final Gonzaga tenía a Jorge Sanz, entrenador ayudante, con el que estuve en la selección española [coincidieron en la sub 18], que es como un bonus, un plus para venir aquí. Y aparte, la historia que tiene este programa con los proyectos internacionales, con los bases internacionales, es muy buena. Básicamente busqué el sitio donde iba a tener más competencia e iba a ayudarme a mejorar y a crecer como jugador.
P.-De alguna forma, Gonzaga está unida a Málaga y Unicaja. Allí se fue Domas Sabonis, Killian Tillie está ahora en la plantilla, antes Kyle Wiltjer. ¿Pudo recabar información de ellos antes de ir?
R.-La verdad es que antes de ir no hablé con nadie externo respecto a la decisión, hasta que salió oficial. Pero sí es verdad que vi a Killian, estuvo una semana por aquí. Ya me contó su experiencia y me habló genial. Entonces eso me motiva para estar en un buen sitio y para pensar que las cosas van a ir bien.
P.-¿Cómo fueron las conversaciones? ¿Los técnicos le presentaron algo concreto? Queremos esto o aquello.
R.-Sí. Al final, ellos el año pasado tenían a Ryan Nembhard [ahora a caballo entre Dallas Mavericks y Texas Legends de la G League], que jugaba 30 minutos y era un jugador muy dominante. Estaba en su último año y ellos tenían que buscar un base. Y yo tuve una reunión con todo el cuerpo técnico, con Jorge y con todos. Y me explicaron un poco por qué creían que yo era el indicado. Qué podían darme ellos, qué podía darles yo a ellos y cómo podía ser nuestra relación. Y me gustó bastante. Seguimos adelante y aquí estamos.
P.-¿Base, escolta, combo?
R.-Tenemos muchos jugadores en la posición 2-3. Entonces, este año, no sé si voy a pisar mucho en la posición de escolta, aunque en algún momento igual sí. Pero, básicamente, voy a jugar de base. Y ellos me enfocan mucho a la dirección del juego y a no perder balones. El balón es lo más importante. Y tengo que ser capaz de, con el ritmo que queremos jugar, que es un ritmo muy alto, en transición todo lo que podemos, de controlar y cuidar el balón lo máximo posible. Y yo creo que está yendo bien, por ahora.
P.-Aquí a veces se tiene la idea de que la NCAA es un poco anárquica. ¿Hay muchos sistemas? ¿Piden control del juego dentro de esas rapidez que demandan?
R.-Nosotros tenemos bastante sistemas, tengo que decir que no tantos como en España. Pero sí bastantes sistemas. Y al final queremos un poco mezclar los sistemas con el jugar en transición, jugar libre. Y yo creo que eso, al final, está muy bien. Aquí nos permiten esa libertad. Nos dicen 'jugad los sistemas, pero corred. Nosotros confiamos en vosotros. Y al final, queremos que juguéis baloncesto'. Y eso, al final, está muy bien.
P.-Hablaba de la figura Jorge Sanz, con el que estuvo en la FEB ¿Le ayuda con el idioma? Le hemos visto hablando en ruedas de prensa en inglés bien.
R.-Si te digo la verdad, al principio me costó un poquito, sobre todo, entender en los entrenamientos, cuando todo va al 100%. Me costaba un poco poner el foco en jugar y en el idioma, pero ya me he acostumbrado. Y a veces Jorge me ayuda con algunos términos muy específicos, pero, en general, todo bien con el idioma. Ya me he acostumbrado. Y también en rueda de prensa con los medios, sí, sin problemas.
P.-¿En qué le insisten más, tanto físicamente, en trabajo de cuerpo, como en la pista para crecer como jugador?
R.-Lo que te decía, el tema de las pérdidas, para ellos el balón es como sagrado. Entonces, ellos quieren que yo llegue al punto de ser capaz de tener un ritmo de juego súper alto y tener muy pocas pérdidas. Es algo en lo que puedo mejorar y creo que voy en buen camino. Y, después, a nivel físico, te diría que he cogido 6-7 kilos desde que estoy aquí. Cuando vine pesaba 85 y ahora peso 91-92. No hay ningún misterio, se trata de comer mucho y hacer muchas pesas (risas).
P.-¿Alguna dieta en concreto con nutricionistas?
R.-No es ni volumen ni dieta. Tienes que comer mucho y hacer pesas. Ya está. Y lo que queremos, lo que buscamos, es ser capaz de coger más peso y ponerme más fuerte sin perder la velocidad, la explosividad.
P.-¿Se nota ese cambio a la hora de jugar? ¿Algo más pesado o fuerte en los contactos?
R.-Sinceramente, no. A veces, me siento, sobre todo en los contactos con el pecho, a lo mejor no más fuerte, pero sí más grande. Y me siento bien ahí. Pero yo no noto que haya perdido velocidad ni explosividad. Entonces, con eso, estoy contento.
P.-Ha jugado ya partidos de exhibición y de temporada. ¿Cómo se siente en pista? ¿Qué nivel ve? Supongo que depende del rival.
R.-Sí, hay mucha diferencia entre los equipos. Hay algunos que los puedes comparar a equipos europeos y otros, a lo mejor, con equipos de LEB Plata. Hay mucha diferencia entre los buenos y los demás, por así decirlo. Pero te diría que que me estoy adaptando bien. Siempre hay un periodo de adaptación, como tuve en la LEB y como tuve el año pasado en la ACB, pero creo que lo estoy llevando bien. Y, como he dicho antes, mi equipo me está ayudando, los entrenadores me están dando confianza, así que bien. Es verdad que hay mucha diferencia aquí con el físico, o sea, todos son atletas. En Europa, por equipo, pues hay tres o cuatro que son superatletas y los demás son jugadores normales. Y para que te hagas una idea, cuando estaba en Manresa tenía un compañero, Alex Reyes, y me vacilaba con que yo era un superatleta y tal. Y ahora aquí veo a mis compañeros y soy de los menos atletas. Tengo que adaptarme ahí también, porque antes en mi edad era el más rápido, el más fuerte, el más alto... Y me falta jugar con eso, que no soy el que más salta, no soy el más rápido, no destaco... Entonces tengo que recurrir mucho más a lo técnico.
P.-¿Hay mucha carga táctica allí en la NCAA comparado con lo que ha vivido estos años en la ACB?
R.-Te diría que hay, tácticamente, algo menos de carga que en un equipo ACB, pero también depende de cómo lo quiera llevarlo cada cuerpo técnico. Porque es verdad que nosotros preparamos mucho los partidos. Tuvimos un partido muy importante contra Oklahoma el sábado, y el jueves y el viernes nos centramos solo en Oklahoma y preparamos el partido y el scouting solo para ellos, con cosas especiales para el partido. Esta semana hay también rivales potentes, pues igual.
P.-Ahora están en partidos de non-conference y la WCC, la conferencia en la que está Gonzaga, empieza a finales de diciembre. ¿Cómo se plantea allí la temporada?
R.-Aquí la temporada como que se divide en dos fases antes del March Madness. Como tú dices, desde octubre hasta diciembre se juega non-conference, que al final es jugar para ir cogiendo forma y también para llegar al March Madness con el mejor ranking. Porque con un ranking más alto te vas a enfrentar ahí contra un equipo supuestamente con un ranking menor. Ya después, a partir de final de diciembre, empezamos la conferencia y lo que jugamos es para ganarla y llegar al March Madness.
P.-Estuvimos antes del inicio de la ACB con Dani Pérez, compañero en Manresa el año pasado, y nos decía que "Mario va a jugar en la NBA, estoy convencido". ¿Es el sueño el motivo de este viaje, intentarlo al menos?
R.-Bueno, yo te diría que no es el motivo principal. El motivo principal es ser un poquito mejor cada día. Y al final este es un sitio en el que me ofrecen y me ayudan a conseguirlo, pero obviamente es un sueño el llegar a la NBA y el poder jugar ahí pues sería flipante, sería increíble. Pues no sé cómo decírtelo, crecer como jugador es como un poco el objetivo.
P.-¿Igual es más fácil saltar desde allí tal y como se ha montado ahora desde la NCAA para ese paso intermedio?
R.-Es verdad que aquí todo es mucho más mediático, pero yo creo, sinceramente, que si tienes nivel para jugar en la NBA, estés en Europa o estés aquí, te ven. Que no es tanto el sitio, sino eres tú.
P.-Hay compañeros suyos de generación contra los que ha jugado, como su buen amigo Hugo González, o Egor Demin y Jakucionis, que están ya allí. Uno desde Europa y los otros dos de la NCAA.
R.-Es eso, lo que te digo, que si eres bueno, si tienes nivel para jugar, es que ellos te van a ver. Y está guay verlos ahí, sobre todo a Hugo, que es muy amigo mío. Verlo ante jugadorazos y defendiendo a superestrellas... Está muy bien. Eso, la NBA es un sueño, pero yo tampoco tengo prisa. Las comparaciones son odiosas, cada uno tiene su camino y ya llegará.
P.-Vamos un poco para atrás. ¿Cómo fue la experiencia del Eurobásket?
R.-La verdad es que acabé con un mal sabor de boca porque el resultado que conseguimos no fue bueno y duele un poco vivirlo allí dentro. Pero la sensación es flipante, el poder estar con la selección y jugar en el Eurobásket contra Antetokounmpo, contra jugadores que son de los mejores del mundo... Con mi edad y con un equipo como España, que si no es de las mejores del mundo... No es la mejor del mundo porque los rankings no lo dicen, pero para mí es la mejor del mundo. Ya lo ves aquí (señala de fondo en su habitación hay una bandera de España). Y lo que te digo, que es flipante. Tuve la oportunidad cuando Lorenzo no puede ir. Me llamaron, hablé con mis agentes, hablé con mis padres, y nos dieron la posibilidad de ir. Y era un sí absoluto. No había posibilidad de rechazarla, iba 100%.
P.-¿Cómo fue compartir la cabina de dirección con Sergio de Larrea? Dos chavales de 19 años al mando.
R.-Pues, si te digo la verdad, si no lo mejor sí fue de lo mejor, porque el tener a alguien así de mi edad fue muy importante en un ambiente tan adulto. Es verdad que los dos ya estamos a ir entre hombres y entre adultos, pero creo que nos vino muy bien a los dos. El base es una posición especial, y al compartir posición, yo creo que estábamos aún más cercanos el uno al otro.
P.-Hay cambio de entrenador, en breve es la ventana aunque los que están en América no pueden ir. ¿El reto es consolidarse en la selección?
R.-Hombre, al final, una vez entras el reto es intentar no salir. Lo más grande es competir por tu país y este verano tuve la oportunidad, espero ganarme más oportunidades de hacerlo.
P.-El futuro del baloncesto español está en gran parte ahora desarrollándose allí en Estados Unidos, como por ejemplo otro buen amigo, Álvaro Folgueiras, al que conoce desde pequeño. ¿Le ayudó eso a tomar la decisión de marchar?
R.-Sí, ver a jugadores como a Fol o a Baba, este tipo de jugadores, es algo que te ayuda a decir 'es un buen sitio', porque al final tú lo ves y la diferencia entre Fol el primer año y el segundo año es brutal, la mejora que tiene es increíble. Pasa de ser un buen jugador en su liga a ser el mejor jugador de su liga y ahora está en una muy buena universidad y haciéndolo muy bien. Entonces, es algo que sí ayuda.
P.-¿Tienen la consciencia en esta generación de que es un grupo muy potente que puede hacer grandes cosas?
R.-Bueno, por suerte, me ha tocado compartir generación con un grupo de chicos muy, muy talentosos, muy, muy trabajadores y muy, muy buenas personas. Entonces, creo que todos tenemos muy buena relación entre nosotros y, bueno, tampoco queremos adelantarnos pero creo que el futuro tiene buena pinta.
P.-Vamos un poco más hacia atrás. ¿Cómo fueron sus inicios y cómo se enganchó al baloncesto? ¿Su primer recuerdo con balón?
R.-Pues mira, mi primer recuerdo con balón es en El Palo jugando con uno de mis mejores amigos, que se llama Pedro, y empezamos los dos en El Palo con la misma edad, con cuatro años y me acuerdo jugando con el suelo de piedrecilla, que te caías y no veas... Sí, yo disfrutaba ahí. Era un niño y hacía algo que me gustaba, que yo era muy activo de pequeño y eso era algo que me relajaba, me daba a descargar energía. Y así tenía a mis padres más tranquilitos (risas). De pequeño era muy alto, era rápido, entonces empecé a ver como que se me daba bien y a partir de ahí te diría que con 10-11 años di un paso más y empecé a hacer entrenamientos extras con mi padre, a irme a jugar. Tenía una canasta en casa, teníamos una terraza pequeña y pusimos ahí una canasta y todos los días estábamos ahí un montón de horas y la verdad es que guay, porque al final el tener a tus padres que te ayuden pues es genial. Mi padre es un friki y mi madre jugó al baloncesto cuando era pequeña y, aunque ella no sabe tanto de baloncesto, siempre han estado ahí los dos para apoyarme y ayudar. Y la verdad es que eso es increíble.
P.-¿Cuando entrena ya con 15 años con el primer equipo del Unicaja y debuta es cuando se da cuenta de que esto va en serio?
R.-Bueno, te diría que el momento en que me doy cuenta que esto va en serio, que no sólo estaba cumpliendo un sueño, sino que podía llegar a ser verdad esto de vivir del baloncesto fue sí, ya con 15 años, meses antes de debutar. Ayudé al primer equipo en una ventana de selecciones y por tema de lesiones tuve que seguir entrenando con ellos. Y me doy cuenta de que ya estaba en el ambiente ese profesional y ya cuando debuto todo va bien, todo va muy guay y al entrar como jugador del primer equipo es como 'buah', un sueño.
P.-Aquel no era el Unicaja de ahora, que ha ganado mucho, había más problemas. ¿Era un vestuario no tan sencillo en el que aterrizar?
R.-Creo que fue un año un poco difícil por tema de lesiones y resultados. Pero la verdad que yo me sentí muy arropado. Tuve la suerte de entrar en un momento en el que había jugadores como Carlos Suárez, Alberto, Darío, como Jony Barreiro, que estaba ya también, Jaime... Había un grupo de españoles muy grande y yo creo que ellos me ayudaron mucho desde el primer momento y siempre me decían que tuviese confianza en mí y me ayudaban a que todo fuese más fácil.
P.-¿Qué modelo de comportamiento se llevó de esos años en el primer equipo del Unicaja?
R.-Bueno, te he dicho todos esos nombres, pero si te digo la verdad, Carlos al principio me ayudaba mucho, pero después, cuando sale de Unicaja, Alberto y Darío son un poco mis padres adoptivos, mis hermanos mayores. Me enseñaron que tenía que trabajar mucho, con ejemplos cómo ellos curraban, y que tenía que confiar en mí. Tengo la suerte de haberme rodeado de ellos dos, que me enseñaron un poco todo lo que está bien dentro del baloncesto profesional.
P.-Su carta de despedida fue muy emotiva. ¿Le dolió dejar la tierra y no haber jugado más en el primer equipo de Unicaja?
R.-Sí, no duele como tal, pero es la sensación de que me hubiese encantado que mis padres, mi abuela, mis primos me hubiesen visto más veces en el Carpena. Porque al final, como dije en mi carta de despedida, yo soy malagueño. Y el Unicaja, al final, como el Málaga, son los equipos de mi vida y yo siempre voy a ser fan de ambos equipos, tanto fútbol como baloncesto. El poder haber estado en el equipo durante estos años creo que me ha ayudado mucho y yo estoy muy agradecido. Lo que pasa es que, por circunstancias de la vida, no he podido jugar tanto como me hubiese gustado.
P.-¿Qué le dio esa cesión en Burgos a mitad de temporada?
R.-Creo que hay una palabra clave, un nombre clave en todo esto, que es Diego Ocampo, que al final es el entrenador que confía en mí sin prácticamente recorrido profesional, confía en mí para darme minutos, para darme responsabilidad y para ponérmelo todo super bien desde el primer momento, siendo súper exigente, pero porque sabe que puedo hacer lo que me pide, entonces eso está muy bien. Y la verdad es que tuve mucha suerte con el núcleo de jugadores que había en Burgos porque desde el primer momento nunca hubo esa diferencia de edad que a lo mejor había en Málaga y me trataron como uno más desde el primer momento y me ayudaron muchísimo.
P.-¿Y Manresa?
R.-Al final, Diego sigue confiando en mí y lo que te digo, que yo le estoy súper agradecido porque al final la persona que hace saltar mi carrera de verdad es Diego, y al final yo estoy muy agradecido a eso. Y aparte de todo, como te digo, es copia y pega de Burgos, en vez de LEB Oro en ACB, porque el núcleo de jugadores que había, los fisios, todo, súper bien desde el primer momento, incluso la gente en la ciudad es súper positiva todo el rato, animándome siempre, la verdad. Y bueno, es algo que me llevo en el corazón, muy agradecido.
P.-Por último, ¿cuál es el grado de motivación y de seguridad en esta experiencia en Estados Unidos? ¿Qué quiere experimentar allí?
R.-El objetivo es ser un poco mejor cada dia y ser capaz de desarrollarme. Lo que venga, bueno será. El objetivo aquí es ganar. El torneo de conferencia primero y en el March Madness lo mismo, a mí lo que me gusta es ganar. Y eso y crecer como jugador es lo que quiero.
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