Oficial. Melvin Obinna Ejim (Toronto, 1991) vuelve a ser jugador del Unicaja. Es la pieza elegida por el club de Los Guindos para cerrar el juego interior. Es el tercer regreso a Málaga de este verano tras los de Will Thomas y Augusto Lima, tres perfiles con muchas similitudes y que elevan el nivel atlético y competitivo de un equipo malagueño que carecía de esas virtudes. El internacional canadiense, que no ocupará plaza de extracomunitario al tener pasaporte nigeriano, firma por una temporada. Quedó la duda de si era aprovechable cuando se marchó en 2020, que se despejará en los siguientes meses. 

Había rendido Ejim, de 31 años y 2.01 metros, antes de aterrizar en la Costa del Sol. Tras salir de Iowa State había hecho kilómetros en la Virtus Roma, en el Erie BayHawks, en el Reyer Venezia y en el Unics Kazan. En la segunda etapa en Italia y en Rusia comenzó a acaparar foco, con un MVP de la Lega incluido. No acabó de explotar en Málaga, donde se le apreciaron condiciones pero no terminó de tener regularidad. Tuvo alguna lesión seria, de meses de baja. Luego se marchó al Buducnost y esta última temporada ha estado en el Cedevita Olimpija. En los dos ha rendido a su nivel. Sin ser protagonista, pero sí parte importante. En la ABA League promedió 7.7 puntos, 4.9 rebotes y 1.7 asistencias; mientras que en la Eurocup sus números fueron 9 puntos y 4.6 rebotes.

Su llegada da otro salto en la capacidad física de la plantilla, con un jugador muy fuerte capaz de jugar de ala-pívot y también rendir de alero. Es el molde al que está acostumbrado a dirigir Ibon Navarro. No es un prodigio técnico, pero es un guerrero. Y, se ha visto en Málaga, este tipo de jugadores son necesarios en toda plantilla. Y es uno de los principales motivos por los que se le da una segunda oportunidad. Un tipo maduro, en la pista y fuera de ella, que también subirá el colmillo competitivo. Completa la pintura, haciendo pareja en el cuatro con Will Thomas. Otro guerrero. El comodín es Dylan Osetkowski, Y los pívots serán Augusto Lima y David Kravish. Quizá falta algo de tiro exterior (no hay ningún lanzador sólido), pero hay puntos, físico y experiencia. Parece un buen puzle de inicio. 

El canadiense es la guinda de una plantilla que está pendiente de la oficialidad de Tyson Carter. Dos elementos codiciados y que son un señal inequívoca de donde mira el club de Los Guindos. Suben el suelo, pero también el techo. Y permiten tener el roster cerrado aún sin la pretemporada iniciada. Hay que recordar que la fase previa de la Basketball Champions League, a finales de septiembre, marca el primer punto de no retorno. Ahí no hay margen, lo que no sea estar en la fase de grupos es un fracaso. De momento, el Unicaja de la 2022/23 ilusiona por nombres. Melvin Ejim es el último en llegar, aunque ya se le conoce.