Se va acabando la temporada y dos victorias en los últimos siete partidos van condenando progresivamente al Unicaja al destierro, a acabar pronto la temporada. El equipo lo intentó y tuvo mejor actitud que en otros partidos pese a un comienzo nefasto, pero no llega para competir con equipos de u propia liga. Y así es complicado pensar que se pueda competir en la postemporada.

Deon Thompson (**)

Va enlazando buenos partidos el norteamericano, ahora que se acaba su vínculo con el club. Metió 19 puntos con sólo dos fallos en el tiros, aumentó su nivel defensivo y quiso pelear por la victoria.

Jaime Fernández (*)

El madrileño quiere, tiene arrebatos del gran jugador que es, pero aún no tiene la consistencia habitual. Tras una técnica por quejarse por un codazo de Hannah metió un triples e intentó echarse al equipo a las espaldas. Pero no tuvo acierto.

Darío Brizuela (*)

Acabó expulsado por dos técnicas, una por protestar y otra por simular. También le han tomado la matrícula los árbitros. Es jugador racial, pero debe serenarse.

Alberto Díaz (**)

Quiso la victoria. Subió el nivel defensivo, intentó tirar del equipo y metió varios triples que acortaron. No metió dos que podían haber cambiado el partido. La actitud es innegociable para él.

Francis Alonso (*)

Un triple y dos tiros libres del malagueño, que debe ganarse para Katsikaris los minutos desde atrás, desde la defensa. El de La Malagueta intenta ofrecerle lo que quiere.

Malcolm Thomas (**)

Buenos números del jugador americano, con 12 puntos, cinco rebotes y tres asistencias. Es el interior que está dando más consistencia, sin Nzosa.

Adam Waczynski (*)

El polaco intenta esforzarse, es un buen profesional. Sumó defensivamente en la remontada del equipo. Pero no tuvo peso en ataque.

Tim Abromaitis (-)

En su línea grisácea. Un buen jugador de complemento, nunca para tener un peso importante en un equipo.

Rubén Guerrero (-)

Mal arranque de partido y no volvió a salir. Va desaprovechando oportunidades el pívot marbellí.

Axel Bouteille (*)

Guadianesco, como suele, se le vio celebrar una canasta con una rabia no mostrada hasta ahora.